El pasado lunes 30 de marzo el compañero Mumia Abu-Jamal fue trasladado del State Correctional Institution at Mahanoy, lugar donde se encuentra encarcelado, a la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro Médico Schuylkill, en Pottsville, Pensilvania. La explicación que dieron los encargados de dicho centro penitenciario fue que el luchador social había tenido una “crisis médica”.

A través de sus familiares y compañer@s se denunció que Mumia se encontraba encadenado a su cama, solo y despojado de toda comunicación con su familia. Tanto desde la prisión como en el hospital se difunde información falsa, ocultando su estado de salud y la información médica necesaria que permita tener una idea más clara de la integridad física de nuestro compañero.

A través de sus familiares y compañer@s se denunció que Mumia se encontraba encadenado a su cama, solo y despojado de toda comunicación con su familia. Tanto desde la prisión como en el hospital se difunde información falsa, ocultando su estado de salud y la información médica necesaria que permita tener una idea más clara de la integridad física de nuestro compañero.

Estos hechos sólo confirman que el sistema carcelario mundial es fundamentalmente estúpido, racista y con vocación de clase; y sirve como el instrumento de impunidad de los dueños del dinero y de los capataces que nos mal gobiernan en todo el mundo. No dejan de ser ridículas las acusaciones en contra de un periodista y un activista que lleva más de 30 años como rehén de un Estado y un régimen que usa un discurso farsante de la “democracia” y los “derechos humanos”.

Lo anterior no sólo refleja la falta de servicios médicos en las prisiones de los Estados Unidos, es fundamentalmente una consigna política de exterminio en contra de quienes continúan alzando la voz denunciando tanto la voracidad del sistema capitalista y sus consecuencias que atentan contra la vida en el planeta, así como los crímenes de guerra que la vocación bélica del sistema financiero produce en muchas partes del mundo.

La voz y la resistencia de Mumia Abu-Jamal son incómodas para el sistema capitalista, principal responsable de su encierro, y ella, siempre solidaria con las luchas de los pueblos, seguirá peleando desde la nación encarcelada. Nos queda claro que este sistema no sólo nos quiere muertos, también nos desea amordazados, pero estamos convencidos de que la necia resistencia hará que desde la grieta más pequeña caiga la explotación, el despojo, el desprecio y la represión que mueve al capital.

Desde la Red contra la Represión y por la Solidaridad queremos decirle a nuestro compañero Mumia Abu-Jamal, a su familia y amigos, que no está solo, que lo abrazamos y que desde nuestros sencillos esfuerzos seguiremos levantando la bandera de la verdad y la justicia hasta que Usted, de nueva cuenta, regrese a la calle, a su comunidad, con su familia, amig@s y compañer@s.

De Usted, compañero Mumia, hemos aprendido que la lucha es algo que nos quita el aliento, pero que no hay cosa más necesaria para que los muros de las prisiones y las fronteras se borren, para que el amor a la vida y a la libertad sigan siendo el motor de esta necia lucha por la humanidad.

Hacemos un llamado a que las y los compañeros adherentes a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona desde sus tiempos, modos y formas, expresen su solidaridad y compañerismo en esta lucha por la libertad.

¡Libertad a Mumia Abu-Jamal!

Contra el despojo y la represión: ¡la Solidaridad!

Red contra la Represión y por la Solidaridad

(RvsR)

 


Fuente: Red contra la Represión y por la Solidaridad