Sólo en Sudamérica se concentra el 65% de la pérdida anual de bosques del planeta, y la mayor deforestación ocurre sobre todo en la región amazónica, donde se pierden 3,1 millones de hectáreas al año, más del 40% del total mundial.
Según la FAO, América del Sur cuenta con la mayor biodiversidad de la Tierra. La deforestación afecta sus cuencas hidrográficas y la riqueza de sus suelos. Produce sequías, inundaciones, modificaciones en el clima regional y mundial, pero también provoca migraciones, hambre y enfermedades. Afecta su biodiversidad y la forma de vida de los habitantes de los bosques.
La deforestación se produce principalmente para convertir los bosques en tierras agrícolas y ganaderas, y se realiza a un ritmo alarmante : unos 13 millones de hectáreas al año.
Sea para plantar pinos para las pasteras, soja o cualquier otro monocultivo, o extraer especies autóctonas por la calidad de su madera, se está cometiendo un gigantesco ecocidio. Se atenta contra la vida, tanto humana como animal y vegetal de las regiones directamente afectadas y de las que funcionalmente se hallan vinculadas con aquellas.
Cada hectárea deforestada es un pedacito de pulmón que le estamos sacando al planeta. El mayor productor de soya en América del Sur, Brasil , durante la zafra 2004/2005 deforestó 1,2 millones de has. de selva Amazónica durante la zafra 2004/2005 como consecuencia principal de la expansión sojera.
En Argentina, en los últimos 4 años se han deforestado 1 millón de hectáreas de bosques. Se calcula que se pierde un promedio de 821 hectáreas de bosques por día y la mayor parte de estas tierras han sido plantadas con soya.
La Unión Europea, para cumplir con sus obligaciones dentro del Protocolo de Kyoto, está empeñada en cambiar sus sistemas energéticos a base de combustibles fósiles, por agrocombustibles. En Europa no existen tierras suficientes para producir la cantidad de agrocombustibles que se pretende utilizar, por lo que se plantea es su importación. Esto lleva a profundizar la deforestación de regiones como Latinoamérica.
Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del carbono. Si se eliminan, se libera dióxido de carbono en la atmósfera agravando el calentamiento global, cuyos efectos serán mas catastróficos con cada décima de grado que aumente la temperatura.
El Protocolo de Kyoto tiene muchas deficiencias, pero en muchos aspectos ha sido un paso adelante. Muchas buenas intenciones han sido tergiversadas en beneficio de unos pocos, muchos compromisos no han sido cumplidos y muchos países directamente lo han desestimado.
Lo mas preocupante es que el Protocolo de Kyoto fue firmado en diciembre de 1997, es decir, hace 12 años. En toda esta última década hemos tenido innumerables estudios e informes científicos que aseguran que ni siquiera cumpliendo con todas y cada una de sus cláusulas, sería suficiente para detener el cambio climático. Y no sólo no podemos decir que se haya avanzado en un nuevo acuerdo global al respecto sino que hoy, a menos de un mes de la COP 15, parece estar aun mas lejos que 12 años atrás.
¿Será que quienes vienen tomando las decisiones no entienden el idioma de la Tierra, el de las sequías, inundaciones, tsunamis, huracanes, terremotos y demás catástrofes climáticas ?
¿Será que no entienden el idioma en el que la Sociedad Civil trata de hacerles entender, el de las marchas, los cortes de ruta, los referendos, las cumbres, los foros sociales y todas las formas de expresión que venimos utilizando ?
¿O será que ya ha terminado su época, que ha pasado su momento, que ya no pueden hacer más nada y que va llegando el tiempo de que seamos nosotros, la sociedad civil, los pueblos, los que tomemos la posta de un cambio radical, tan necesario para nuestra supervivencia como el oxígenos que respiramos ?.
Ricardo Natalichio, Director Ecoportal