Las decenas de miles de muertos (solo en Francia veinte mil) por la ola de calor del pasado verano de 2003 no es una desviación de la norma climática europea, según los expertos.
El constante incremento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera y de la temperatura se retroalimentan. Las señales son ya alarmantes.

James Lovelock. LA ENERGÍA NUCLEAR COMO ÚNICA SOLUCIÓN ECOLÓGICA

Las decenas de miles de muertos (solo en Francia veinte mil) por la ola de calor del pasado verano de 2003 no es una desviación de la norma climática europea, según los expertos.

El constante incremento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera y de la temperatura se retroalimentan. Las señales son ya alarmantes.

James Lovelock. LA ENERGÍA NUCLEAR COMO ÚNICA SOLUCIÓN ECOLÓGICA

Pequeñas variaciones traen consecuencias económicas tremendas. Sin duda el calentamiento de la tierra será el principal y más inmediato problema de supervivencia de la civilización, mucho más grave que el terrorismo. Respecto al calentamiento del planeta la fuente más disponible y eficaz es la energía atómica, sus “defectos” son secundarios comparados con el cambio climático.

Este es un resumen de la exposición del científico James Lovelock, creador de la hipótesis Gaia (el Planeta como organismo auto regulado) y pope del ecologismo. Lovelock pide a los ecologistas que no sean obtusos y asuman esta emergencia dejando de oponerse a la energía nuclear.
De acuerdo. Supongamos que se detiene la combustión de carbón inmediatamente y que comenzamos una “brutal” reconversión ambiental implantando el gas (ni una fuga) por petróleo. Diversificamos al máximo eficiente las energías renovables. Exploramos las energías visionarias, gestionamos modelos productivos con resultados ecológicos comenzando por la alimentación y las medicinas blandas. También habrá que revisar el uso de la energía nuclear, siempre desde una perspectiva de control de la demanda.

Sería un pacto por la supervivencia. Lamentablemente no hay quien se lo crea. El desarrollismo depredador y las cuentas de resultados de las grandes corporaciones, así como la pusilánime complicidad de nuestros gobiernos, nos arrastran al suicidio colectivo. Además, tal y como dice Lovelock, aunque detuviésemos ahora mismo el consumo de combustibles fósiles, el efecto invernadero se dejaría sentir durante todo el milenio. Por otra parte, Lovelock no menciona que en la pasada ola de calor las centrales nucleares francesas se recalentaron peligrosamente, hasta el punto de que era preciso “regarlas”, no precisamente con la regadera de mi abuelita.

Mucho me temo que el famoso experimento del Centro de Investigaciones sobre la Vida (CIRDAV-París) se va a hacer realidad en nuestro propio pellejo. Los científicos franceses tomaron un acuario donde introdujeron varias ranas. Poco a poco fueron calentando el agua. Las ranas no se inmutaban, pero al intentar introducir otras, huían despavoridas. Al final, en dos o tres días, las ranas que “no notaban nada” (no sabemos si se mofaban de las otras ranas que rechazaban el «progreso», la «calefacción total»), acaban cocidas.

James Lovelock asegura que “somos resistentes y hace falta algo más que una catástrofe climática para acabar con todas las parejas capaces de reproducirse”. Y añade : «lo que está en juego no es la supervivencia de la especie, sino la civilización». Bueno, seguramente nuestra civilización es tan estúpida y engreída como para «cocerse en su propio progreso» y no merece sobrevivir.

La propuesta de JL es de agradecer, pero la energía es un problema cuya solución viene tras abordar el verdadero problema : el modelo de desarrollo y de convivencia. Necesitamos otro Plan Histórico que debe ser Verde, ya que Los Verdes denunciamos hace décadas lo que ahora es una emergencia.

Los dirigentes privados y públicos así como sus Medios nos llamaban catastrofistas y, según su costumbre, nos ridiculizaban. A ver si ahora va a resultar que los ecologistas y antiatómicos somos los responsables del cambio climático.

Lo que hay que implantar es la Justicia Social y el reparto equitativo de la riqueza. En este contexto podemos utilizar la energía nuclear, el carbón y hasta los zepelines de helio.