Como señalan los autores, la historia nos enseña que “apoderarse de la memoria y del olvido es una de las máximas preocupaciones de las clases, de los grupos, de los individuos que han dominado y dominan las sociedades históricas”. De ahí que la memoria institucionalizada por el Poder sea “siempre aquella que más sirve los intereses de la dominación” y que los que dominan “tengan la pretensión de decretar lo que se debe recordar y lo que debemos olvidar”. Un “olvido” que permite al Poder “reelaborar el pasado e instituir la memoria en Historia” para convertir la “amnesia histórica institucional” en “amnesia colectiva”.
El 28 de diciembre de 2007 entró en vigor la Ley “por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura”. Pero esta Ley fue finalmente el resultado de un compromiso de mínimos y no satisfizo a nadie. Además, al mantener la vergüenza de una Democracia que no se atreve a rehabilitar jurídicamente a las víctimas de la represión franquista, la insatisfacción de los colectivos de víctimas y de memoria histórica es profunda.
¿Por qué esta Ley tan tardía y tan tímida ? ¿Por qué el PSOE se acobardó y acabó cediendo a las presiones del PP que, desde el principio, se opuso en nombre de la “reconciliación” y la “concordia” ? “Miedo a la memoria” nos aporta abundante y valiosa información para responder a tales preguntas.
Fuente: Redacción