Matías Escalera Cordero (Coord.). Tierradenadie Ediciones, 2008. 190 págs. 20 euros
Hay una literatura que oculta y huye de lo real, y otra que desvela las condiciones y reglas que rigen nuestras vidas. Desde el origen de las literaturas vernáculas europeas sabemos que la clase y la ideología condicionan y determinan el uso de las técnicas literarias y la expresión poética de lo real. Hemos renunciado a expresar la realidad presente amparándonos en la búsqueda del silencio y de lo eterno constante al tiempo que tratan de convencernos de que sólo la posesión y disfrute de las cosas/mercancías tiene sentido.
Matías Escalera Cordero (Coord.). Tierradenadie Ediciones, 2008. 190 págs. 20 euros

Hay una literatura que oculta y huye de lo real, y otra que desvela las condiciones y reglas que rigen nuestras vidas. Desde el origen de las literaturas vernáculas europeas sabemos que la clase y la ideología condicionan y determinan el uso de las técnicas literarias y la expresión poética de lo real. Hemos renunciado a expresar la realidad presente amparándonos en la búsqueda del silencio y de lo eterno constante al tiempo que tratan de convencernos de que sólo la posesión y disfrute de las cosas/mercancías tiene sentido.

Y, no obstante, hay quienes resisten esa atracción del abismo y no renuncian. Este es el caso de Belén Gopegui, de Iris M. Zavala, de Jorge Riechmann, Quique Falcón, Antonio Orihuela, Juan Antonio Hormigón, Alicia García, José Antonio Fortes, Julio Rodríguez Puértolas, Constantino Bértolo y Alfonso Sastre ; novelistas, poetas, dramaturgos, profesores y editores, que, coordinados por Matías Escalera, se sumaron a este proyecto.

Conquistar la realidad ; puede que nos perdamos, que nos entretengamos y extraviemos el camino ; o que no sepamos cumplir esta tarea y acabarla del todo… Pero hay algunas cosas que sí sabemos : que los realismos, a menudo, ocultan la realidad ; que la relación entre lo real y lo verdadero no siempre es lineal ; que la realidad no se muestra mediante la copia, sino mediante la síntesis ; que los signos artísticos no pueden renunciar al referente ; y que necesitamos una literatura que no tema a las consecuencias.


Fuente: Redacción