Los pilotos que trabajan en la extinción de incendios forestales en Castilla y León temen por su vida cuando han de subir a uno de los helicópteros qeu vuelan sobre las llamas. Son aparatos que, según la Junta castellanoleonesa, cumplen todos los requisitos legales, pero su siniestralidad no disminuye con los años.
El lunes 17 de julio volvió a nacer. Nicanor Marín se repone ahora en León de las leves lesiones que le produjo su último accidente. A alrededor de las nueve de la noche, pilotaba su helicóptero Bell 212 matrícula EC-HOY de regreso a la base de Camposagrado (norte de la provincia de León), tras trabajar en la extinción de un incendio. Iban con él dos técnicos y los siete miembros de una cuadrilla de forestales. Al parecer, un patín del aparato se partió ; la aeronave se desequilibró y se precipitó contra el suelo, quedando volcada en un valle del municipio leonés de Los Barrios de Luna. Nicanor Marín y sus compañeros tuvieron suerte. Salieron por su propio pie y algunos de ellos incluso conservaron la presencia de ánimo suficiente para hacerse una foto cuando el aparato quedó envuelto en llamas a causa del combustible vertido.
Los pilotos que trabajan en la extinción de incendios forestales en Castilla y León temen por su vida cuando han de subir a uno de los helicópteros qeu vuelan sobre las llamas. Son aparatos que, según la Junta castellanoleonesa, cumplen todos los requisitos legales, pero su siniestralidad no disminuye con los años.


El lunes 17 de julio volvió a nacer. Nicanor Marín se repone ahora en León de las leves lesiones que le produjo su último accidente. A alrededor de las nueve de la noche, pilotaba su helicóptero Bell 212 matrícula EC-HOY de regreso a la base de Camposagrado (norte de la provincia de León), tras trabajar en la extinción de un incendio. Iban con él dos técnicos y los siete miembros de una cuadrilla de forestales. Al parecer, un patín del aparato se partió ; la aeronave se desequilibró y se precipitó contra el suelo, quedando volcada en un valle del municipio leonés de Los Barrios de Luna. Nicanor Marín y sus compañeros tuvieron suerte. Salieron por su propio pie y algunos de ellos incluso conservaron la presencia de ánimo suficiente para hacerse una foto cuando el aparato quedó envuelto en llamas
a causa del combustible vertido.

El lunes 17 de julio volvió a nacer. Nicanor Marín se repone ahora en León de las leves lesiones que le produjo su último accidente. A alrededor de las nueve de la noche, pilotaba su helicóptero Bell 212 matrícula EC-HOY de regreso a la base de Camposagrado (norte de la provincia de León), tras trabajar en la extinción de un incendio. Iban con él dos técnicos y los siete miembros de una cuadrilla de forestales. Al parecer, un patín del aparato se partió ; la aeronave se desequilibró y se precipitó contra el suelo, quedando volcada en un valle del municipio leonés de Los Barrios de Luna. Nicanor Marín y sus compañeros tuvieron suerte. Salieron por su propio pie y algunos de ellos incluso conservaron la presencia de ánimo suficiente para hacerse una foto cuando el aparato quedó envuelto en llamas
a causa del combustible vertido.

Éste ha sido el último susto importante después del accidente sucedido en Tenerife el pasado día 8, cuando un helicóptero que se dirigía al taller para una revisión cayó al mar : cinco ocupantes perdieron la vida y el copiloto aún está desaparecido.

Estos dos casos han vuelto a encender la polémica entre los pilotos que intervienen en los incendios forestales. Es un colectivo donde abundan las quejas por la falta de seguridad de numerosos aparatos, especialmente los que pertenecen a la denominada categoría restricted. Bajo esta clasificación se agrupan las aeronaves que poseen un Certificado de Operación Especial Restringida para la lucha contra los incendios forestales. Estos helicópteros tienen prohibido el transporte de personas, excepto si se trata de una cuadrilla de bomberos forestales. Esta paradoja tiene indignados a numerosos trabajadores.

Según Apythel (Asociación Profesional de Pilotos Comerciales y Técnicos de Mantenimiento de Helicópteros), los aparatos que se están utilizando en Castilla y León son desechos de origen militar y datan de los años 1967 y 1968. Unas aeronaves tan viejas preocupan seriamente a quienes se ven obligados a trabajar con ellas. Según el presidente de Apythel, Marino Aguilera, “estos helicópteros ‘restricted’ no reúnen las mismas condiciones de seguridad que los helicópteros con certificado de aeronavegabilidad no restringida”. Además, “carecen de la potencia necesaria para realizar ciertas maniobras durante el despegue o el aterrizaje”. Un experimentado agente medioambiental añade que, “al no apostar por una flota moderna y de calidad, se pone en peligro el buen servicio público que debería prestar la Junta de Castilla y León”.

De auténtico vejestorio está tildado el helicóptero Bell 212 EC-GOG que opera desde Cantalejo (Segovia). Es un aparato restricted fabricado en Estados Unidos en 1967 y matriculado en España el 12 de agosto de 1997. Durante su larga vida fue utilizado como transporte de personal en la guerra de Vietnam.

Por sólo 3.000 euros

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León alquila estos aparatos restricted a compañías privadas como FAASA o Helisureste. El helicóptero que está operando en Cantalejo pertenece a la primera. La compañía que adquiere estas antigüedades se las alquila a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León -cuyo responsable es Carlos Fernández Carriedo- por unos 240.000 euros por los tres meses que dura la campaña de verano contra incendios. Contrata los servicios la Dirección General del Medio Natural de la Consejería, que dirige Mariano Torre Antón. Según Apythel, helicópteros como éste son adquiridos en subastas por precios bajísimos, incluso de 3.000 euros.

Según fuentes de la base de Cantalejo, el restricted EC-GOG ha sido usado con frecuencia este mes en diversos incendios de los más de quince que ha sufrido Segovia. Su última salida la realizó el martes 12. “Los que se ven obligados a utilizar ese aparato de Cantalejo tienen más miedo al helicóptero que al fuego al que se enfrentan a menudo”, cuenta un piloto en activo. “Lo hacen por dinero ; si no lo necesitaran, no volaban”, opina el agente forestal. Pero no hay fortunas por medio : un bombero de una de estas cuadrillas cobra alrededor de 800 euros al mes.

Tanto el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA), como UGT y la Confederación General del Trabajo (CGT) han advertido varias veces a las autoridades del peligro de la utilización de estos aparatos para la extinción de incendios, sobre todo teniendo en cuenta que transportan numeroso personal. CGT envió el pasado 2 de mayo una carta al consejero de Medio Ambiente de la Junta y al delegado territorial del Gobierno autónomo en León avisando de que varios modelos utilizados para el transporte de personal de extinción no son los adecuados y se consideran “auténticas chatarras volantes con graves restricciones en su certificado de aeronavegabilidad”. El consejero recibió la carta, según reconocen en su departamento. En el sindicato todavía están esperando su respuesta.

Hace dos años, Mariano Torre Antón se reunió con representantes del SEPLA, que ya entonces planteaba que los restricted son inseguros. El director general les respondió, según portavoces de su departamento, que “los helicópteros cuentan con las correspondientes autorizaciones emitidas por Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento, que es el organismo encargado de determinar qué helicópteros son seguros y cuáles no”.

El helicóptero “hotel”

No todos los que luchan contra el fuego vuelan en las mismas condiciones. Al igual que hay billetes de primera clase y de turista, también hay helicópteros de distintas categorías. La Dirección General de Medio Ambiente de Castilla y León cuenta con un helicóptero, con base en Valladolid, para desplazar a ingenieros de montes, veterinarios, biólogos o altos funcionarios en labores de coordinación. Le llaman el helicóptero “hotel”, porque la H (hotel, en la jerga aeronáutica) es su distintivo. Según el pliego de condiciones para la contratación de ese helicóptero, la Junta de Castilla y León exige que el aparato no tenga más de diez años de antigüedad. Ésta es otra de las quejas que la CGT incluyó en la carta que envió a la Consejería de Medio Ambiente en mayo. Delegados sindicales de la CGT se preguntan : “Si los helicópteros que están utilizando las cuadrillas antiincendios son tan seguros como dicen en la Consejería, ¿por qué no los usan los altos funcionarios ?”


Demasiados accidentes

Siniestros ocurridos en España desde 2000 con helicópteros calificados como ’restricted`.

26/05/1999 Barcelona

Helicóptero Bell 205. Durante un incendio pierde potencia y cae.

/06/2000 Málaga.

Helicóptero Bell UH-1H. Durante la extinción de un incendio el aparato choca contra unos cables y el piloto muere. Compañía contratante : FAASA.

04/08/2000 Almería.

Helicóptero Bell UH-1H. Cargando agua en una operación de extinción pierde el rotor de cola al despegar. No hay daños personales. Contratante : FAASA.

02/09/2000 Mallorca.

Helicóptero Bell UH-1H. Aterrizando tras una operación de extinción las palas golpean un árbol. No hay daños personales. Contratante : Tragsa.

15/09/2002 León.

Helicóptero UH- 1H pierde potencia durante la extinción de un incendio y cae. Cinco heridos. Contratante : Heliduero

/06/2002 Cazorla (Jaén).

Un helicóptero Bell 205 cae al descargar agua. Un herido leve.

01/08/2004 Málaga.

Helicóptero Bell 205 cae mientras carga agua. Sin daños personales. Contratante : FAASA.

28/07/2004 Huelva.

Helicóptero UH-1H cae al agua mientras carga en un pantano. Sin daños personales. Contratante : Helisur.

17/07/2006 León.

Helicóptero Bell 212 cae al suelo con diez ocupantes. Un herido leve. Contratante : Heliduero.


Fuente: Karin Cabrera / Interviu