¿De dónde saldría esa renta universal, incondicionada y básica? Exigir el reparto del trabajo y la riqueza es la máxima que permite resolver las contradicciones que una economía capitalista viene demostrando años tras años que le es incapaz de hacerlo. Para comprender la nueva situación, en la que sea posible el reparto del trabajo, es preciso repensar el Trabajo, y utilizar la mejor definición del concepto. Porque no es posible sostener por más tiempo que el trabajo sea una “ocupación retribuida”.
Millones de personas no pueden realizar esta ocupación retribuida y seguimos sosteniendo que la única fuente legítima de ingreso es el que procede del trabajo. Estamos en un verdadero atolladero. Millones de personas deben dejar de existir porque no podrán obtener ingresos que le garanticen una vida digna. Por otro lado, en los procesos productivos, cada vez es más innecesaria la intervención humana. Por ello sería aconsejable inclinarse por otras de las definiciones que nuestra lengua contiene sobre el trabajo.
Millones de personas no pueden realizar esta ocupación retribuida y seguimos sosteniendo que la única fuente legítima de ingreso es el que procede del trabajo. Estamos en un verdadero atolladero. Millones de personas deben dejar de existir porque no podrán obtener ingresos que le garanticen una vida digna. Por otro lado, en los procesos productivos, cada vez es más innecesaria la intervención humana. Por ello sería aconsejable inclinarse por otras de las definiciones que nuestra lengua contiene sobre el trabajo. De las más de diez que ofrece el diccionario de la Real Academia podemos quedarnos con estas dos: 3. m. obra (cosa producida por un agente). 4. m. Obra, resultado de la actividad humana.
Las personas que convivimos en sociedad necesitamos organizar mantenimientos, cuidados, y servicios para vivir dignamente. Tendrá que volver a la colectividad, aquellos aspectos esenciales de la vida humana, la alimentación, el vestido, el hogar, los transportes, los medios de comunicación….,para desde la colectividad gestionarlos. De esa forma aquellos aspectos que requieran el concurso de la actividad humana serían trabajos. Un trabajo necesario para la colectividad, un trabajo imprescindible para mantener a las personas en sociedad. Este tipo de actividad humana organizada no podría ser explotada, ni por otras personas ni por empresas privadas, con la intención apropiarse de las plusvalías que produce ese trabajo colectivizado.
En este sentido la iniciativa privada, los mercados quedarían ubicados en aquellas producciones de bienes y servicios, que no formarían parte de de los aspectos esenciales de la vida humana. En este contexto de colectivización de las actividades humanas, necesarias para mantener una vida digna en sociedad, es donde la Renta Básica puede ser mejor entendida, ya que será posible el reparto del trabajo (resultado de la actividad humana) y de la riqueza producida por éste.
Alguna persona objetará pensando que, lo hasta aquí expuesto, pertenece al mundo de la ciencia ficción o algo semejante. Para asentar en lo real lo que comentamos basta recordar como evolucionó la atención médica de las personas trabajadoras y sus familias a lo largo de la historia. Cómo una sociedad, como la nuestra, resolvió colectivizando la atención sanitaria y universalizándola. Este enorme patrimonio que atesoramos en la llamada “Seguridad Social” y en otras iniciativas como el Instituto Social de la Marina, o la Escuela Pública, o tantas y tantas iniciativas, estatales o colectivas, son la garantía de que es posible extender está buena lógica a todos los aspectos esenciales de la vida humana, garantizando que pueda ser vivida dignamente.
Rafael Fenoy Rico Comunicación Educación CGT
Fuente: Rafael Fenoy Rico