De nuevo otra vez, y van ya ni se sabe, al acercarse un proceso de negociación colectiva aparecen las dudas sobre el futuro y las amenazas de deslocalización. En esta ocasión, la negociación –pendiente del último convenio- es la de la movilidad entre Valladolid y Palencia, que parece va a ser retomada en breve, y el muerto que nos pretenden colocar encima de la mesa de negociación es la futura fábrica Renault a abrir en Tánger.

De nuevo otra vez, y van ya ni se sabe, al acercarse un proceso de negociación colectiva aparecen las dudas sobre el futuro y las amenazas de deslocalización. En esta ocasión, la negociación –pendiente del último convenio- es la de la movilidad entre Valladolid y Palencia, que parece va a ser retomada en breve, y el muerto que nos pretenden colocar encima de la mesa de negociación es la futura fábrica Renault a abrir en Tánger.

La jugada de la Empresa es evidente : nunca había difundido en fábrica, de la forma en que ahora lo ha hecho, el anuncio de apertura de un nuevo centro de trabajo ; además, ahora se explica la “charla” que hace poco han dado a los trabajadores de Montaje Valladolid criticando abiertamente la calidad de la factoría.

Por lo que a CGT respecta, el riesgo de deslocalización está presente tanto si la nueva fábrica se abre en Marruecos, como si lo hace en Egipto, Eslovenia o Singapur. Nuestro sindicato no sólo ha denunciado ya la amenaza de deslocalización -siempre ha existido y existirá-, sino que en previsión de que pueda ocurrir ha sido la única organización sindical que ha dejado constancia por escrito en los tribunales denunciando que la crisis del Modus era inducida y estaba programada, oponiéndose, en consecuencia, a los ERE´s aprobados (la oposición al último sigue su curso y está actualmente en manos de la Sala Contencioso Administrativa).

Pero lo que ahora más llama la atención es la “preocupación” que ante este hecho están mostrando aquellos a los que no les tiembla el pulso ni a la hora de firmar lo que la empresa les pide ni a la hora de llenarse la boca presumiendo de garantes del empleo. Lo que están haciendo ahora con sus grandilocuentes peticiones de reuniones “lo más urgentes posibles” y al “más alto nivel” son, fundamentalmente dos cosas : una, echar un demagógico brindis al sol haciendo oposición a la empresa cuando es inútil (UGT, CCOO y CC sólo contradicen a la empresa cuando no sirve para nada) ; otra, hacer de coro de la empresa en su nuevo intento de sembrar la inquietud entre los trabajadores.
Primero, la explicación que tiene que dar la empresa no tiene que ser en otro sitio más que en el Comité Intercentros. Segundo, no nos pongamos más nerviosos de lo que nos tenemos que poner ; preocupación por lo que nos pudiera repercutir sí, pero la justa… Por desgracia, la amenaza de deslocalización está vigente desde hace ya demasiados años y sale a la palestra cada vez que a la empresa le interesa…


Fuente: MIRYAM LARGO