Sirvan estas reflexiones para situar este asunto en un marco donde no sea fácil predicar en general de la docencia, las direcciones de los centros o de la Inspección Educativa. Es preciso hilar fino para comprender la quiebra que se ha producido en el clima de convivencia en los centros educativos, entre docentes. Es conveniente comenzar a cerrar las heridas, porque evidentemente la lucha no ha hecho más que empezar y la “campaña” se nos antoja muy larga.

Por primera vez, se convoca una huelga de manera inteligente, precisa, concreta, dirigida a conseguir un objetivo dimensionable, operativo: EVITAR LA APLICACIÓN DE LAS PRUEBAS DIAGNÓSTICO. Por primera vez, la presión ha sido tremenda sobre las personas que secundaron la huelga.

Por primera vez, se convoca una huelga de manera inteligente, precisa, concreta, dirigida a conseguir un objetivo dimensionable, operativo: EVITAR LA APLICACIÓN DE LAS PRUEBAS DIAGNÓSTICO. Por primera vez, la presión ha sido tremenda sobre las personas que secundaron la huelga. Una presión que se manifestaba en forma de esquirolaje, por la cara, en su cara, y a punto de llevar a situaciones violentas, ante la desfachatez de quienes, sin ningún rubor y despreciando el ejercicio del derecho a huelga de las personas que habían sido designadas para aplicar las pruebas, se prestaban a reventar el objetivo de los huelguistas. Es necesario preguntarse ¿Por qué? y ¿Para qué? Evidentemente en esta ocasión los esquiroles no defendían ningún principio encomiable. Ni el derecho a la educación, ni la atención educativa al alumnado estaban comprometidos. ¿Por qué tanto empeño, sobre todo en algunas direcciones de centros, para sustituir ilegalmente al profesorado en huelga? Por primera vez, se ha roto, en los centros educativos, una relación entre docentes que parecía de “iguales” o al menos de “primus inter-pares”. Por primera vez, algunas direcciones escolares, han ofrecido la más descarnada y agria cara del capataz al servicio de intereses políticos o, mucho peor, de sus propios intereses. Porque esos intereses personales (carreras profesionales) son los que han primado en aquellas direcciones de centros que han propiciado, instado, animado e incluso realizado personalmente, la más vil de las conductas entre trabajadoras y trabajadores: El Esquirolaje.

Es cierto que la Sra. Consejera Mar Moreno no ha sido capaz de dar instrucciones precisas a las direcciones de los Centros Educativos, ante la incertidumbre que producían las convocatorias de paros, sin servicios mínimos establecidos. Es cierto que desde la Consejería de Educación se ha alentado el que se azuzara “verbalmente” a los servicios provinciales de Inspección de Educación, para que jaleasen “verbalmente” a las direcciones de los centros en un “corre ve y dile”, con el objeto de que las pruebas diagnósticos se aplicasen “sí o sí”, abstrayéndose conscientemente de la inseguridad jurídica a la que conducían estas “instrucciones verbales”. Afortunadamente, en la Inspección de Educación o en las Direcciones de los Centros, no han faltado personas con un alto grado de honorabilidad, que no se han prestado a tal canallesca jugada.

Las conclusiones de estos paros: Por un lado, las comunidades educativas desean que se cierre la AGAEVE, por ser un ente inútil, que ha consumido más de 20 millones de euros en su corta existencia sin que se concrete mejora alguna en nada. Por otro, más allá de la niebla de datos, de quienes secundan o no el paro, o del número (enorme) de familias que han objetado para que sus hijas e hijos no participen de esta “pantomima”, la realidad es que las Pruebas Diagnóstico de 2013 han sido un autentico fracaso. Filtradas antes de tiempo, para conocimiento de “tirios y troyanos”, y vapuleadas por huelguistas y objetores, que han conseguido que en cientos de centros educativos no se hayan aplicado. Debemos felicitarnos porque, a pesar de las tensiones generadas por irresponsabilidades políticas, las personas han sido capaces de manifestar inteligente y rotundamente su indignación de forma pacífica, a pesar de las provocaciones.

Rafael Fenoy Rico. Comunicación Educación CGT


Fuente: Comunicación Educación CGT