Poblado Juan Diego, Chis., 27 de agosto. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no está sujeto a los tiempos del poder, sino que tiene su propio calendario para "imponerlo al de arriba", afirmó el subcomandante Marcos.
Poblado Juan Diego, Chis., 27 de agosto. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) no está sujeto a los tiempos del poder, sino que tiene su propio calendario para «imponerlo al de arriba», afirmó el subcomandante Marcos.
Recordó que en mayo de 1993, luego de un choque contra el Ejército federal «aquí en esta zona, las tropas zapatistas se replegaron porque el alzamiento debía iniciar cuando lo decidiéramos nosotros, no el enemigo».
Ante unas mil personas que asisten a la cuarta de seis reuniones preparatorias para impulsar la otra campaña, Marcos indicó que en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona hay «pocas definiciones y muchas por definir», entre las cuales está la de «cómo nos vamos a organizar para esa locura de caminar todo el país para escuchar y aprender de quienes son como nosotros y resisten y luchan».
En la única alusión que hizo en su mensaje de hoy al PRD y su precandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador -que ha generado un amplio debate en las semanas recientes por sus críticas a ambos-, el subcomandante sostuvo que el argumento de que el EZLN «le está haciendo el juego a la derecha y favoreciendo el regreso del PRI, como si el uno y la otra se hubieran ido algún día, es un cuento engañabobos».
Por primera vez en los cuatro encuentros de las recientes semanas, el dirigente rebelde llegó custodiado por no menos de 20 guerrilleros armados, a las 10:15, para su encuentro con 650 delegados de 220 organizaciones no gubernamentales, grupos y colectivos, y 258 observadores. Marcos arribó en medio de consignas de «Zapata vive, la lucha sigue», y «EZLN, EZLN», hasta el presídium donde segundos antes habían tomado su lugar los 16 comandantes que forman parte -junto con el propio sup- de la Comisión Sexta para impulsar la otra campaña.
El primero en hablar fue el comandante Simón, quien dio la bienvenida y agradeció la presencia de los delegados y observadores. Luego tomó la palabra la comandanta Rosalinda, quien mencionó nombre por nombre a las organizaciones asistentes.
Mujeres con «más fuerza»
Exigió que se respeten los derechos y la cultura indígenas, y pidió a las mujeres luchar juntas para que «así tengamos más fuerza de hacer nuestro trabajo cuando los hombres se pongan cabroncitos». En respuesta recibió una fuerte ovación del sector femenino, que llegó en número importante. Fue ella la que le dio la palabra al subcomandante, quien, como lo ha hecho en las reuniones anteriores, explicó la mecánica del encuentro y los objetivos de la Sexta Declaración : «Estamos aquí para sacar propuestas, que junto a otras que ya se han dado y otras que surgirán en las reuniones posteriores, habremos de discutir» en la reunión del 16 de septiembre.
En seguida informó que hasta el 24 de agosto se han adherido a la otra campaña 48 organizaciones políticas de izquierda, 95 organizaciones indígenas, 135 agrupaciones sociales, 287 ONG, grupos y colectivos, mil 79 individuos y 286 en lo internacional.
Tras destacar que la mayoría de los asistentes al encuentro son jóvenes, el sup hizo un reconocimiento a los presentes : «a nosotros nos parece que con ustedes nos entendemos bien», por algo que «se fue construyendo, en algunos casos desde antes del inicio de nuestro alzamiento» y porque en casi 12 años «construimos, juntos, un lenguaje común, un modo de hablarnos y escucharnos».
Tal vez por eso, subrayó Marcos, es que «ustedes no se han tragado ese cuento engañababos de que le estamos haciendo el juego a la derecha y favoreciendo el regreso del PRI».
Comentó que entre los presentes y el EZLN «hay más cosas en común : la experiencia en el trabajo pequeño, en el que empieza con todo en contra, el que es ninguneado y despreciado por los grandes» y no sólo despreciado, sino también calumniado y denigrado, perseguido, encarcelado, como el ecologista preso en Guerrero, Felipe Arreaga, o asesinado física y moralmente, como Digna Ochoa y Pável González.
«Nosotros vemos en ustedes más de un espejo. Su rebeldía. Su sacrificio. Su nada esperar a cambio. Su pagar rigurosamente la cuota de entrega que demanda la lucha por un lugar para los que no hay lugar. Su empeño por construir algo mejor», añadió.
«Si algo pudiera definir, en síntesis, a los que están hoy aquí es el doble despropósito que los anima : el despropósito de emprender una lucha gigantesca, y el de hacerlo con un grupo pequeño».
Sabedor de la presencia de representantes de dependencias oficiales, el subcomandante afirmó : «seguramente los agentes que el gobierno, los empresarios y los partidos políticos han enviado para que les informen lo que aquí pase, después de oírnos a nosotros y después de oírlos a ustedes, escribirán en su reporte : ’falsa alarma. Nada de qué preocuparse. Son pocos, están locos, y no se han dado cuenta de lo uno ni de lo otro. Fin de reporte’».
En seguida dedicó una buena parte de su mensaje a explicar los alcances de la Sexta Declaración y de la otra campaña. La primera plantea una concepción de la realidad, una idea de lo que es el mundo, el continente, el país y el horizonte geográfico inmediato, precisó.
Luego aclaró que la Sexta plantea un problema : el límite de la acción local, pero también una definición frente a ese problema, pues «dice ’no’ y dice ’sí’. No a tratar de organizar sometiendo las sucesivas realidades en las que se ubica el quehacer propio», es decir, «no a hacer una organización nacional, continental o mundial que absorba y subordine a los otros en lo local, nacional, continental o mundial».
Pero también plantea «sí a reconocer que en la realidad propia y en las que ésta incluye, hay otros esfuerzos, es decir, organizaciones con el mismo pensamiento y corazón en el mismo lugar, es decir, a la izquierda pero con diferentes historias, experiencias, pasados y presentes».
Marcos reiteró que la Sexta invita a una unión entre los que comparten los planteamientos hechos en ésta con un reto : otra forma de hacer política, construir un programa nacional de lucha de izquierda anticapitalista, una nueva Constitución, «que es otra forma de decir, un nuevo acuerdo para una nueva sociedad».
Aseveró que el reto para echar a andar la Sexta y la otra campaña es «encontrar una figura y un color que no signifique desdibujar ni desteñir lo que cada quien es en donde es y con su historia. Una figura y un color que pueda contener todas las figuras y colores que se congregan hacia un mismo destino y con el mismo objetivo».
En esta parte, el sup se refirió al problema de la estructura organizativa, ya que, siendo esquemáticos, se abren dos grandes posiciones sobre lo que debe hacerse para la otra campaña. «Una, la estructura centralizada en decisiones y líneas de acción : se hace esto y se hace así. Implica un centro de mando y una periferia de subordinación».
La anterior, explicó, es una estructura de cuadros a través de los cuales «sube la información y el ’sentir’ de sus ámbitos de acción, los lugares donde se mueven y actúan», lo que significa que «arriba se procesa la información y el ’centro’ interpreta esos informes y ’sentires’ ; toma decisiones y da indicaciones».
Esta estructura, abundó, se basa en el convencimiento sobre puntos clave : una identidad que define, un objetivo común, un destino en el que ese objetivo se logra, un plan para caminar hacia ese destino y llegar a él, y un plan para concretar el objetivo.
La otra, manifestó, es una estructura amplia, sin jerarquías, que traza líneas generales por consenso de los participantes, y deja a la iniciativa, creatividad, imaginación e inteligencia de cada persona o colectivo la concreción de esas líneas. «No hay verticalidad, sino horizontalidad. Hay acuerdo en un objetivo común y cada quien en su lugar y con su modo, es decir, con su autonomía e independencia camina ese objetivo».
Dicho lo anterior, el dirigente rebelde contó la historia de este nuevo poblado zapatista Juan Diego, creado a un lado de la comunidad San Miguel, luego de que en 1995 las autoridades autónomas del municipio autónomo Francisco Gómez repartieron las tierras de la finca Santa Rita, de seis mil hectáreas, que se asentaba en estas tierras, y cuyo último propietario fue Adolfo Nájera Domínguez.
Aseguró que el finquero les pagaba siete pesos a los indígenas por una jornada de dos horas. Hace 13 años, dijo, cuando los habitantes querían ir a pescar, recoger caracol o a cortar leña, el finquero no lo permitía, a través de sus «guardias blancas».
Tras contar la historia de vejaciones y malos tratos que el finquero daba a los pobladores de San Miguel, Marcos se refirió a uno de los principales dirigentes indígenas que ha tenido el EZLN : Francisco Gómez, cuyo nombre de lucha era Hugo, pero se hacía llamar el señor IK.
Contó que este indígena, cuyo nombre lleva el municipio autónomo que abarca esta zona, «con su hablar pausado explicaba (a los nativos de la región) la explotación, el desprecio, la represión», cuando aún estaba en formación el movimiento zapatista». El sup relató que el señor IK Ies decía : «hay una palabra que se llama zapatista y que habla de que la tierra es de quien la trabaja y que debemos organizarnos y luchar por nuestra libertad como campesinos y como indígenas y como mexicanos que somos». Era un secreto que había que cuidar.
Al terminar la historia sobre Francisco Gómez, el subcomandante recordó que en mayo de 1993 en la sierra Corralchén, que se ubica muy cerca de aquí, el EZLN tenía un cuartel que se llamaba El Calabazas. «Una columna de federales había entrado a la cañada y, haciendo base en La Garrucha, había subido a la sierra, donde ambas fuerzas chocaron con saldo de tres militares y un zapatista -un desconocido, se dijo entonces- muertos, como publicó La Jornada días después.
«Después de algunos combates, nuestras tropas se replegaron y fueron acogidas por los pobladores de San Miguel y luego acompañados por ellos hasta una zona segura», contó y agregó : «todo el EZLN se replegó entonces. Según nuestro pensamiento, el alzamiento debía iniciar cuando lo decidiéramos nosotros, no el enemigo».
Desde mucho antes, concluyó Marcos, «habíamos aprendido que no debíamos nunca sujetarnos a los tiempos del poderoso, sino que teníamos que seguir nuestro propio calendario e imponerlo al de arriba. Así lo seguimos haciendo. Por eso se desesperan con nuestro modo».
En la imagen : El subcomandante Marcos lee su mensaje de bienvenida a los asistentes a la comunidad Juan Diego FOTO Víctor Camacho
Fuente: ELIO HENRIQUEZ / LA JORNADA