A pocas horas de la Huelga General hemos venido escuchando múltiples razones para NO secundarla. Algunas de ellas tienen su lógica. Con la Huelga no se consigue nada, es más, se paraliza la producción y empeora la situación económica del país. Esta otra; los convocantes están deslegitimados porque ¿Qué han hecho estos años atrás? ¿Ahora se acuerdan? O esta Otra; no puedo permitirme perder el salario de ese día, tengo cargas familiares extraordinarias….

Sin
embargo en general pocas personas están satisfechas con el rumbo que
se sigue por quienes, al parecer son responsables directos o tienen
“poder” para resolver esta crisis que nos atenaza. Muchas
piensan que la Reforma Laboral solo producirá más despidos y
empeorará la situación general.


Sin
embargo en general pocas personas están satisfechas con el rumbo que
se sigue por quienes, al parecer son responsables directos o tienen
“poder” para resolver esta crisis que nos atenaza. Muchas
piensan que la Reforma Laboral solo producirá más despidos y
empeorará la situación general.

Tantas
dudas, tantas incertidumbres en las personas que aún trabajamos,
tanta zozobra, tanta inquietud, tanta agonía en quienes no tienen
trabajo, y lo buscan porque lo necesitan. Tanta indignación y
resignación en quienes no tienen ni siquiera para comer y requieren
o aceptan la ayuda de otras personas.

Mirando
a los ojos claros, indagadores y tiernos de nuestros niños y niñas,
sean hijas e hijos, sobrinos o sobrinas, nietos o nietas o vecinos
siquiera, se despejan esas dudas, se aclara el horizonte, aflora el
sentimiento y entonces, sólo entonces, asumimos que ¡ALGO HAY QUE
HACER! Quedarse quieto supone condenar esa mirada de esperanza a la
ceguera más absoluta.

Hoy
estamos convocados, guste más o menos,
a
manifestar como pueblo un NO a la reforma laboral y al pacto social.
Ese que nos ha encajonado en donde estamos. Mañana tendremos que
organizarnos como ciudadanas y ciudadanos libres para, no secundar,
sino provocar respuestas a tanta infancia y juventud sin futuro.

El
titulo de este artículo está medido, pretendiendo que aquellos que
tienen dudas o rechazan apoyar la Huelga General se acerquen a estas
palabras, que pretenden trasmitir más que un pensamiento un
sentimiento. Como nos dice el poeta Miguel Hernández:

¿Quién salvará este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De
dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?

Q
ue salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de
ser hombres son
y han sido niños yunteros.

Rafael
Fenoy Rico


Fuente: Rafael Fenoy Rico