Es que alucino. Como en el juego de la oca, vamos de espéctaculo en espéctaculo.Entre la circense bronca parlamentaria ZP versus Rajoy, las airadas reacciones de ciertos jerarcas de la Iglesia Católica y políticos del PP rasgándose las vestiduras y clamando al cielo por lo del «matrimonio homosexual», estamos pero que muy entretenidos. Es lamentable que un tema que afecta a la ciudadanía y a derechos constitucionales, se use como arma arrojadiza desde la política y la religión contra cierto sector social o civico poseedor de una problemática que desde tiempo atrás requería un tratamiento legal para normalizar y regular su situación. Claro que, la nomenclatura o definición tiene su importancia, porque «unión civil» y «matrimonio» -en mayúsculas como las letras de films de Dino de Laurentiis o Cecil B. de Mille- son términos diferentes jurídica y religiosamente.
Las cosas se sacaron de contexto, se exageraron al punto de que la cuestión no es matizar el tipo de status de la unión homosexual, que tal vez posea un error léxico al llamársele «matrimonio» -es subsanable y pecatta minutta- sino las respuestas de políticos y religiosos conservadores. El remedio -furiosas reacciones- fue peor que la enfermedad -la ley de unión homosexual-.Las declaraciones de Ana Botella -¿no recuerda la Legionaria de Cristo cómo osó visitar al colectivo homosexual en campaña electoral para conseguir votos ?- las injurias de cierto cardenal italiano, las despectivas y discriminatorias negativas a casar a homosexuales por alcaldes del PP aludiendo «objección de conciencia» y las palabras humillantes de alcaldes catalanes del PP calificando al homosexual de «tarado mental» entre otras -acertadamente reaccionó Piqué expulsándoles del partido- ; muestran odio, rencor, venganza, resquemor, talibanismo político-religioso, fanatismo ideológico-dogmático, escasa sensibilidad y nula comprensión hacia un colectivo tan digno como otros, presente hasta en las altas esferas, donde nadie -ni el PP ni la Iglesia- está exento de tener alguno : como Felipe del Baño, diputado del PP valenciano y ex asesor de Zaplana que reconoció públicamente su condición.
La Iglesia, en vez de cabrearse y alegar lo «natural» -como si no existiera en la naturaleza el hermafroditismo- y lo canónico o «divino», deberia hacer contrición, actualizarse a los tiempos eliminando a los pederastas de toda su jerarquía, cesar en su acoso y derribo a los curas homosexuales, permitir el sacerdocio femenino y autorizar el casamiento general de curas y monjas. El PP ha de ser más solidario y tolerante, debiendo mirar dentro de si porque, sus militantes homosexuales estarán molestos. Que haberlos haylos y tenerlos los tiene e irán saliendo. Si la Inquisición ejecutaba por ideas y condición sexual y la Iglesia emprendía Cruzadas o los franquistas Tribunales de Orden Público torturaban a los homosexuales ; hoy existe una Cruzada moral diseñada por esos de los «Doberman» junto a portadores de sotanas cuya visceralidad aumenta. Demasiado ruido para pocas nueces. Al posible desasosiego y prisa del Ejecutivo ZP respondieron la Iglesia y el PP elevadamente a la enésima potencia. Y todo porque, no es lo mismo «unión» que «matrimonio». Por un matiz, ¡la que han armado algunos al más puro estilo fanático religioso talibán ! Vaya, vaya, el PP y la Iglesia nos han salido integristas en pleno siglo XXI humillando y rasgándose las vestiduras. Da pena.
Josep Esteve Rico Sogorb
Escritor y periodista
http://ricosogorb.blogspot.com
Par : josep esteve rico sogorb