Como constructores de la realidad, los medios de comunicación se han convertido en uno de los principales focos de actividad política. Y entre todos ellos, la televisión es, sin duda, el más anhelado por la gente que desea otro mundo.
Al otro lado de Matrix, los altermundistas reunidos en el pasado Foro Social de París han comenzado a tejer las redes que permitan mostrar a los ciudadanos otros aspectos de la realidad.
“La izquierda no ha sabido entender la importancia de los medios de comunicación : tradicionalmente los ha considerado enemigos y por eso no ha prestado atención a su regeneración”. Este reproche se repite entre las personas que intentan poner en pie unos medios de comunicación alternativos. José Ángel Jiménez, enlace sindical de la CGT (Confederación General del Trabajo) en Telemadrid, asistente a la reunión de medios de comunicación del pasado foro de París, va más lejos todavía : “el mayor mal ha sido el poderoso grupo Prisa y El País, que han anestesiado a la gente que debería movilizarse”.
Actualmente, dos son las áreas en las que se trabaja en el ambiente altermundista : la producción y la creación de medios. La producción, es decir, la creación de reportajes y documentales de contenido social, que muestre esos aspectos de la realidad que niegan los medios oficiales, se ha abaratado considerablemente en los últimos años. Hoy, son bastantes las personas que tienen su propia cámara y, con un potente ordenador, editan sus trabajos, ya sea en sus casas o talleres. El problema son las redes de distribución pues, una vez más, los canales de televisión temáticos, que deberían ser los receptores de estos reportajes, han dado la espalda a las visiones comprometidas con la realidad.
El éxito de documentales como La espalda del mundo, Balseros y, sobre todo, Bowling for Columbine ha abierto un poco el mercado : los festivales cinematográficos y los propios cines se están constituyendo en una vía de difusión para estos profesionales. “En Latinoamérica se está produciendo cada vez más y son bien recibidos aquí, pero es que la realidad que se vive allí es infinitamente más impactante que la tenemos aquí”, señala José Ángel Jiménez. Desde la CGT se ha puesto en marcha un taller de imagen que pretende realizar documentales “asumibles por los medios de masas con un contenido social, pero no panfletarios. Nuestro objetivo es salir fuera de la militancia ; remover conciencias fuera del círculo habitual”. Como ejemplo de ello, los casos de Javier Corcuera, director del premiado La espalda del mundo, y Fernando León, director de Caminantes, sobre la marcha zapatista. Ambos han apoyado las propuestas de los sindicalistas de la CGT.
Pese a que sea todavía incipiente, la producción de documentales de índole social sigue una curva ascendente. Hombres como el francés afincado en España, Gonzague Petit, creador del documental Torremocha sobre un mítico anarquista español todavía vivo, desmienten la teoría de que en España no se pueden hacer documentales de profundo calado. Más difícil es la creación de medios de comunicación que puedan proyectar esos trabajos.
Nuevas emisoras
Al repasar el estado del espacio audiovisual en Europa, el panorama es muy similar en todos los países. Los nuevos canales y plataformas digitales no sólo no han contribuido a mejorar la pluralidad sino que han homogeneizado más la información, creando una oferta prácticamente clonada. El ejemplo de Italia, donde el primer ministro detenta el poder, directa o indirectamente, de la mayor parte de las televisiones, es quizás el más flagrante atentado a la libertad de expresión en Europa. Obligados a permanecer en la marginación, franceses e italianos han tratado de aprovechar los espacios no ocupados en la televisión por satélite. En Italia, en concreto, 600 televisiones locales se unieron en TV Streets para emitir por satélite información barrial. Cuando estas líneas se escriben se está discutiendo en el parlamento su legalización, aunque el magnate Rupert Murdoch ya ha comprado ese espacio en el que emitían.
La pasada invasión imperial del Estado de Irak supuso un tímido despertar en la sociedad sobre la importancia capital que hoy tienen los medios de información en nuestra percepción de la realidad. Dado que similares problemas de censura se vivieron en los países europeos, también similares han sido las respuestas y la necesidad de establecer sinergias ; los foros sociales están sirviendo para que se compartan experiencias. Mientras en Holanda y Bélgica los grupos altermundistas emiten por cable, en Francia e Italia (Zalea TV, TV Streets) lo hacen, esporádicamente, en la banda no utilizada de la televisión por satélite. Pero siempre con la amenaza de cierre por parte de unas leyes que impiden el uso de la televisión con fines no comerciales. De esta manera, sólo poderosos grupos ligados al poder económico pueden hacer uso de un bien común : el espacio de las ondas.
Todos los activistas coinciden en que la solución debería pasar por Internet, el único medio todavía libre del control, pero las experiencias de emisión de audiovisuales de gran formato por ese canal son todavía deficientes : las prometidas autopistas de la información no llegan, y muchos piensan que ni es por casualidad ni por problemas técnicos. La página de Indymedia es, hoy en día, el único medio alternativo con carácter planetario desde el que se pueden ver vídeos no censurados pero, al parecer, problemas internos están frenando su producción (en el nodo francés de Indymedia se desataron polémicas acerca de la información relativa a Israel). El último foro social de París vio el nacimiento de “freenetwork” que intenta ser el germen de una red de intercambio de contenidos audiovisuales a nivel europeo, pero el idioma y la tecnología frenan esa necesaria unión.
En España, la recientemente aprobada ley de televisiones locales ha supuesto un paso más en el estrangulamiento de los medios comunitarios, al permitir que un solo medio capitalice el 25% de las emisoras y elevar los requisitos económicos para obtener una licencia de emisión. En la práctica, ello ha supuesto la entrega por parte del gobierno a la cadena Localia (propiedad del grupo Prisa) de la exclusiva de las televisiones locales, imponiendo una “telefórmula” muy parecida a lo que ya hicieron en la radiodifusión.
Al día de hoy, sólo la sin par emisora TeleK (sita en el combativo barrio madrileño de Vallecas) emite regularmente. Su director, Paco Pérez, ansía que surjan más experiencias similares en el resto de España, con los que intercambiar contenidos. Ahora mismo, es la única televisión en España que está participando en la creación de una red que intercambia contenidos con emisoras hermanas de Bélgica, Holanda y Latinoamérica. Además, existen dos proyectos en Barcelona (Okupem les ones) y Valencia (Pluralia TV), ambas consecuencia de las movilizaciones del año pasado.
Al margen de las fuentes de ingresos y el marco legal, el gran debate estriba en cómo articular unos nuevos códigos que no vengan marcados por la televisión que tenemos actualmente.
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El proyecto “Okupem les ones” de Barcelona
A raíz de las protestas por la invasión de Irak, en Barcelona se creó una red en la que se incluyen 90 colectivos, que hicieron llegar una carta al Consejo Audiovisual de Cataluña reclamando una frecuencia, tanto de radio como de televisión. “Como era de esperar, no nos han contestado”, precisa Elisenda, representante de esta red. Después de emitir en pruebas en dos barrios el pasado verano, a principios de la primavera han comenzado sus emisiones regulares. Por problemas técnicos, primero lo harán por Internet ; en un futuro cercano, lo harán por radio FM y UHF, en televisión.
Según Elisenda : “Los contenidos son un tema que estamos tratando aún y yo creo que siempre estarán en debate. No queremos tener pequeñas parcelas de programación cerradas a un colectivo en particular sino que diferentes gentes trabajen juntas en coordinación para crear espacios plurales. Queremos una tele para todos que se aparte del panfletarismo que caracteriza a algunos medios alternativos, dinámica y con sentido del humor. Habrá algún espacio para las noticias de los colectivos aunque para ello contamos también con una carta de ajuste interactiva, que cuenta con una agenda tanto de actos como de noticias, que podrá ser actualizada por los usuarios, algo tipo Indymedia. El apartado de noticias no queremos enfocarlo demasiado hacia la actualidad sino trabajar temas de fondo, noticias olvidadas, crítica a la información oficial y en un formato abierto en principio : nada de telediario de 8 a 8:30 sino que alguna vez puede haber un debate sobre tal tema, un reportaje sobre tal otro o una entrevista en la calle.”
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