El Estado siempre agradece los servicios prestados a sus hijos más insignes, y sus ilustres súbitos, a su vez, por eso del efecto llamada, acostumbran a servirse del Estado. Sin importar el color de las ideologías que utilizan de fachada. Catalanista y “padre” de la Constitución, uno, y socialista y ex dirigente europeo, el otro, Miguel Roca Junyent y Javier Solana Madariaga, dos biografías terminales, encarnan a la perfección estos días de brotes verdes fritos el tinglado de la farsa que algunos llaman aún democracia.

El Estado siempre agradece los servicios prestados a sus hijos más insignes, y sus ilustres súbitos, a su vez, por eso del efecto llamada, acostumbran a servirse del Estado. Sin importar el color de las ideologías que utilizan de fachada. Catalanista y “padre” de la Constitución, uno, y socialista y ex dirigente europeo, el otro, Miguel Roca Junyent y Javier Solana Madariaga, dos biografías terminales, encarnan a la perfección estos días de brotes verdes fritos el tinglado de la farsa que algunos llaman aún democracia.

Un informe jurídico realizado por el bufete del ex dirigente de CiU y miembro de la ponencia que elaboró la Constitución de 1978, Miguel Roca, ha sido la base legal utilizada por el tripartito (CiU, ERC y PSC) del ayuntamiento catalán de Vic para intentar impedir que los inmigrantes sin papeles sean empadronados en la localidad. El dictamen, radicalmente contrario al espíritu de la Carta Magna de cuya elaboración alardea Roca, permitiría dejar sin asistencia sanitaria ni educación escolar a miles de trabajadores y sus familias. Y de paso ofrecería un filón a cuantos partidos y trabucaires políticos manosean el voto del miedo de los sectores más alienados de la sociedad.

Nada nuevo bajo el sol. Del fascismo venimos y al fascismo volvemos, impasible el ademán. Vic, la lanzadera del independentismo municipal ; el foro público elegido por Joan Laporta para dar su último mitin a favor de los referendos soberanistas, ha abierto la veda contra la población patera con un patriarca de la Constitución oficiando de Le Pen jurídico. Es la segunda muerte de Carlos Palomino, el joven madrileño asesinado en el metro por un militar nazi en cuando iba a protestar contra una manifestación facha que pedía la expulsión de los inmigrantes ilegales.

El otro referente es uno de los integrantes del famoso “clan de la tortilla”, el grupo de jóvenes socialistas que desbancaría al PSOE republicano para negociar con los franquistas una transición sin rendimiento de cuentas que pusiera al heredero de Franco al frente del nuevo Estado. Javier Solana, que acaba de recibir la más alta distinción de la Casa de Borbón, ha sido varias veces ministro durante el felipismo, secretario general de la OTAN tras dirigir la campaña contra la entrada de España en esa organización militar, y últimamente Alto Representante de la Unión Europea para la Seguridad. Carrera de fondo que haría valorar este último galardón como un premio a toda una vida de camaleonismo político e ideológico que ni el mismísimo Churchill redivivo superaría.

El oropel de Solana yace en una galería de celebridades entre las que destacan gentes como un secretario general del Movimiento Nacional (Adolfo Suarez), un escritor fascista y monárquico (José María Pemán) y el Rey Saud de Arabia Saudí, una de las últimas monarquías feudales existentes, denunciada reiteradamente por Amnistía Internacional por haber institucionalizado la tortura. El Toisón de Oro también fue ofrecido a Franco por el padre de Juan Carlos con ocasión de los 25 años de dictadura mediante una carta que decía «al Caudillo de todos los españoles y en expresión del reconocimiento por parte de la Dinastía de los altos servicios prestados por Vuestra Excelencia a lo largo de toda su vida de soldado y de hombre público». RIP



Rafael Cid