PPSOE
Las autonómicas españolas en registro de primarias y la primera vuelta de las legislativas francesas arrojan idéntica negra realidad para los socialistas : la sociedad que vota a cántaros es de derechas y los desmovilizados de izquierdas (o mejor dicho de ex izquierdas). Por eso arrasan los neocons europeos en su versión edulcorada. El PSOE capotó en los pasados comicios por dar la espalda a aquel “no nos falles” con que culminó la campaña contra la guerra de Irak y las mentiras del aznarato, y el PSF se está disolviendo como un azucarillo por hacer oídos sordos a la izquierda social que derrotó críticamente el proyecto de Constitución Europea.
PPSOE

Las autonómicas españolas en registro de primarias y la primera vuelta de las legislativas francesas arrojan idéntica negra realidad para los socialistas : la sociedad que vota a cántaros es de derechas y los desmovilizados de izquierdas (o mejor dicho de ex izquierdas). Por eso arrasan los neocons europeos en su versión edulcorada. El PSOE capotó en los pasados comicios por dar la espalda a aquel “no nos falles” con que culminó la campaña contra la guerra de Irak y las mentiras del aznarato, y el PSF se está disolviendo como un azucarillo por hacer oídos sordos a la izquierda social que derrotó críticamente el proyecto de Constitución Europea.

Los aparatos de ambos partidos, incapaces de arriesgar sus intereses de nomenklatura hacia un referente transformador, terminan desarrollando tropismos vampirizantes en la dirección exclusiva y excluyente de lo políticamente correcto y el statu quo. Cumplido el ciclo de amagar y no dar, la gente de orden (el centro) prefiere el original a la copia, y la de contra-orden botar (con b) desde su casa. En Francia la “convergencia entre demócratas” arrancó en las presidenciales de 2002 para cerrar el paso a los ultras de Le Pen. En España la pinza entre gobierno y oposición se ha cimentado para frenar a ETA y su entorno. Pero el resultado es parejo : una derecha creciente y creativa (Sarkozy a fichado a socialistas para su gabinete) y una izquierda menguante y atrabiliaria (otra vez el discurso cuartelero del “se van a enterar”).

Se ha consumado : la montaña parió un ratón. Lo que parecía una ceremonia de iniciación, templando gaitas por parte de Rodríguez Zapatero, ha devenido en auténtica entrega al adversario. Tras su debut en el canal amigo (la Cuatro, ni pública ni influyente ; ¿será que como el nuevo jefe de la patronal piensa que la mejor empresa pública es la que no existe ?), el presidente del Gobierno se ha apropiado del inflamable discurso del Partido Popular. La reconquista comienza por Pamplona/Navarra, donde Nafarroa Bai, la vencedora moral de las pasadas elecciones, será condenada al ostracismo por el rodillo PP & PSOE, con lo que al “problema vasco” se añade el “contencioso Navarra”.

Eso en el plano civil. En el poli-mili, Moncloa-Ferraz anuncia que será “implacable con ETA”, volviendo al socorrido eslogan providencialista de armas tomar. Y la experiencia nos dice que esas arengas en clave de macizo de la raza las suele cargar el diablo. Empiezan con declaraciones solemnes y suelen terminar con maquillados estados de excepción, cuando gobierna la derecha de toda la vida, y con rancias políticas autoritarias si quien tiene que redimirse es la izquierda de salón.

Alcanzados los últimos objetivos nacionales, vencido y deshauciado el proceso de paz, se avecina otra oleada de militarización social. Y la culpa, ya lo ha dicho la mediática líder socialista francesa Segoléne Royal, está en otra parte : los jóvenes que no votan. Si sigue la racha, en la segunda vuelta el histórico Partido Comunista Francés puede pasar a mejor vida fuera de la Asamblea Nacional. Que se fastidie mi brigada que no como rancho.


Fuente: Rafael Cid