Rafaell Cid
« El pasado 18 de febrero, en el cierre de campaña sobre la Constitución Europea el ultra italiano Roberto Fiore, presidente del Frente Nacional Europeo, intervenía en un acto público de La Falange en Madrid bajo el eslogan “NO a Turquía en Europa”. Era un mitin de marcado corte xenófobo, orientado contra la presencia étnica en el proyecto común europeo, que tenía como orador destacado al activista más acusado por la justicia italiana -hasta que prescribió la causa- como principal responsable de la matanza de la Estación de Bolonia en 1980. Aquel atentado, atribuido al terrorismo negro, dentro de lo que se denominó estrategia de la tensión para impedir la alianza entre el PCI y la Democracia Cristiana, dejó 85 muertos y más de 200 heridos. Fue una masacre nunca totalmente esclarecida porque Inglaterra se negó a extraditar a Fiore “por razones de seguridad nacional”, eufemismo con el que se encubría la protección que le brindaría su servicio secreto durante casi dos décadas »
Rafaell Cid

« El pasado 18 de febrero, en el cierre de campaña sobre la Constitución Europea el ultra italiano Roberto Fiore, presidente del Frente Nacional Europeo, intervenía en un acto público de La Falange en Madrid bajo el eslogan “NO a Turquía en Europa”. Era un mitin de marcado corte xenófobo, orientado contra la presencia étnica en el proyecto común europeo, que tenía como orador destacado al activista más acusado por la justicia italiana -hasta que prescribió la causa- como principal responsable de la matanza de la Estación de Bolonia en 1980. Aquel atentado, atribuido al terrorismo negro, dentro de lo que se denominó estrategia de la tensión para impedir la alianza entre el PCI y la Democracia Cristiana, dejó 85 muertos y más de 200 heridos. Fue una masacre nunca totalmente esclarecida porque Inglaterra se negó a extraditar a Fiore “por razones de seguridad nacional”, eufemismo con el que se encubría la protección que le brindaría su servicio secreto durante casi dos décadas »

Esto decía el periódico alternativo Diagonal con ocasión de la campaña para el referéndum europeo, quien añadía :

« El grupo que ha conseguido poner en valor a esta camada negra en el marco de la Unión Europea se llama Alternativa Española (AES) y está dirigido por un yerno de Blas Piñar, el abogado y hombre de negocios Rafael López Dieguez. El flamante líder se dio a conocer ante la opinión pública española encabezando una sonada protesta contra la representación de la obra “Me cago en Dios”, considerada por los nuevos cruzados como blasfema y parte de una campaña de las izquierdas para implantar la laicidad.

AES nació de las cenizas de Fuerza Nueva (FN), el partido ultra acaudillo por Blas Piñar López, un notario toledano de 86 años de edad, antiguo consejero nacional del Movimiento Nacional franquista, que representó durante la dictadura la posición más intransigente del régimen y entre cuyos militantes se reclutaron los asesinos de los abogados laboralistas de la calle Atocha, un brutal atentado que, como en Italia en el caso de la estación de Bolonia, buscaba dinamitar el proceso de reforma política en marcha. Esas violentas credenciales, sin embargo, son asumidas con toda naturalidad por los dirigentes de Alternativa Española, sólo que vistiéndolas de fervor católico como un guiño al electorado confesional más integrista.

Según tiene declarado el secretario general de AES Rafael López Dieguez, el anciano y sin embargo activo fundador de Fuerza Nueva es “la persona que más ha escrito de religión en el último tercio del siglo XX en España” y “nuestro referente católico”, así como la más reveladora cita de que “el voto católico no tiene representación política” en nuestro país. Con esos mimbres resulta coherente que Blas Piñar oficie de presidente honorario de AES, que ésta tuviera su primera sede en el domicilio social de la antigua editorial de FN, que un “piñarista” consumado como Luís Fernández Villamea, ex responsable de prensa de Fuerza Nueva, ostente cargo en su Junta Nacional y que AES tenga por vicesecretario general de Relaciones Internacionales a Gianfranco Sangalli, a la sazón secretario particular de Blas Piñar ».

Y seguía el quincenal Diagonal

« Pero lo que más sorprende de la meteórica y silenciosa singladura de AES como patrón del posfascismo europeo es su capacidad de convocatoria y la holgura de medios invertidos. He aquí algunos datos. En el acto de presentación oficial, celebrado en el Hotel Convención de Madrid el 31 de marzo del año 2004, intervino como ponente el Defensor del Pueblo de Austria, Ewald Stadler ; en un tiempo record de apenas doce meses la asociación ha abierto sedes en ocho comunidades, celebrado casi una treintena de reuniones públicas en distintas ciudades y patrocinado cumbres en el Este, como la celebrada en Lituania el 7 de febrero de 2004, en vísperas de su constitución, con asistencia de delegaciones de siete naciones de la antigua URSS. Y lo que es aún más sorprendente, ha mantenido prácticamente desde sus inicios una relación preferencial con Roberto Fiore, hasta el punto de que la manifestación convocada por La Falange (cuyo ex presidente de la Junta Política, Miguel Ángel Loma, ha sido fichado recientemente por AES dentro del procreso para fagocitar a su entorno) se prolongó con otro mitin de Alternativa Española donde el que fuera considerado el mayor terrorista fascista de los ochenta figuraba como estrella invitada.

Porque no se trata sólo de las acusaciones que pesaron sobre Fiore como presunto cerebro del “caso Bolonía”. Junto a la teoría de la estrategia de la tensión, al italiano le persiguen otras leyendas que le presentan como un siniestro peón de la guerra sucia y el terrorismo de Estado. Según informaba en el diario El Mundo el 19 de abril de 2000 el periodista Claudio Betsalel, Fiore fue dirigente de la organización extremista italiana “Advanguardia Nazionale, que colaboró en 1975 con la policía secreta de Pinochet en un atentado en Roma contra el dirigente chileno Bernardo Leighton”.

¿A qué es debida esta conjunción de los herederos de Blas Piñar con antiguos matones de la internacional negra ? ¿Cómo es posible que el buque insignia del ultracatolicismo, dirigido por un influyente asesor de empresas que participa en sociedades propiedad de la alta clase financiera española, como Ana Patricia Botín o el multimillonario soriano Emiliano Revilla, tenga tratos con un sospechoso de crímenes contra la humanidad ?. Demasiadas incógnitas para una misma oscura trama. Pero en el mismo registro que acompañó siempre al fascismo ibérico representado por la saga “piñarista”, un modelo que hacía compatible la políticamente correcta línea de adhesión incondicional a Franco y la ideológicamente heterodoxa de blandir un antiamericanismo sin bozal.

Una contradicción que se ceba globalmente en la cohabitación de AES con Roberto Fiore, el antiguo dirigente de Terza Posizione y Avanguardia Nazionale, dos formaciones terroristas declaradas ilegales. Como ponía de relieve un escrito de la opositora Falange Auténtica (FA), al preguntarse por qué ahora, cuando el posfacismo europeo emerge de la alianza seminal entre ultras españoles e italianos, a nadie parece importarle el pasado de Roberto Fiore. Citando como referencia al diario Corriere Della Sera, de 4 de agosto de 1998 (“Nuevas revelaciones sobre la Masacre de Bolonía”) los “joseantonianos auténticos” recordaban que el compañero de viaje de la ultranacionalista Alternativa Española ha “vivido un dorado exilio en Londres a la sombra del Mi6, frecuentando los centros islámicos de la capital inglesa y haciendo fortuna alquilando viviendas a inmigrantes de origen pakistaní o hindú, base económica de un imperio inmobiliario que se extiende también por España”.

Las últimas noticias sobre Fiore le sitúan con creciente frecuencia desplegando una intensa actividad en territorio español. A nivel económico, tratando de adquirir tierras en la localidad levantina de Los Pedriches (Diario Oficial de la Generalitat de Valencia 09/07/99). Y en el plano político, presidiendo reuniones con sus afines ideológicos en Málaga (16/08/04) y Aranda de Duero (04/01/05)>.

Para esta gente, amigos y propagandistas de presuntos terroristas en busca y captura durante decenios, sicarios de la desestabilización, agentes dobles, espías a sueldo de oscuros servicios secretos, profesionales de la dialéctica de los puños y las pistolas y del cuanto peor mejor, hampones y gansters, para este tropa está pidiendo públicamente el voto la Iglesia Católica española a través del arzobispo de Pamplona Fernando Sebastián.

¿Aplicará el Tribunal Supremo a esta asociación cofinanciada con dinero público la misma receta que a AS y ANV ? ¿No son esas recomendaciones de autoridad un caso flagrante de incitación a la violencia prevista en la Ley de Partidos ?


Fuente: Rafael Cid