Tras una etapa de análisis, previsión organizativa y activación de recursos económicos para poder comprar el equipo, RÀDIO KLARA salió al aire desde la cocina de la vivienda de una casa particular el día 26 de marzo de 1982.

Es de justicia reconocer que RÀDIO KLARA no surgió de terreno baldío: El fenómeno de las radios libres tenía antecedentes significativos en EEUU, México, Brasil, o Italia, Holanda o Grecia, impulsadas por colectivos ecologistas, autónomos y libertarios. En  Francia tuvieron un gran auge en el contexto de mayo del 68 y tiene un referente: Radio Libertaire de Paris.

En el Estado español, la primera radio libre fue Radio Maduixa de Granollers, que inició sus emisiones en 1977. Le siguió O­na Lliure de Barcelona en 1979, (cerrada dos veces por la policía). Otras radios pioneras, creadas al inicio de los 80, fueron Radio Paraíso de Iruña o Txomin Barullo de Bilbao. Todas ellas con un nexo común: el rechazo al monopolio de las ondas, la exigencia de emitir y expresarse libremente y practicar la comunicación bidireccional (emisor-receptor). Es decir, se trata de un movimiento heterogéneo en esencia pero con finalidades comunes y definidas.

Volviendo a RÀDIO KLARA, el contexto social, político y mediático en el que se creó se ha ido modificando de forma notable a lo largo de los años y para seguir en antena después de 40 años, ha sido preciso un esfuerzo de adaptación  a las nuevas realidades, única manera de subsistir y no perecer como lo hicieron, no siempre por agresiones del poder, la gran mayoría de radios libres que surgieron en la época. Así pues, la pervivencia de RÀDIO KLARA no es gracias a un «milagro» o a la permisividad del poder, como algunos creen, sino al esfuerzo cotidiano  de muchas gentes que hemos creído en su validez para el futuro.

La realidad cambiante obliga necesariamente a la reflexión y la autocrítica para ajustar el rumbo en la dirección que cada momento histórico requiere. Así, tras varios cierres e incautaciones, a  principios de los 90 se presentó la posibilidad de una existencia legal y, con ella, un gran debate interno: De una parte quienes daban por sentado que legalizarse equivalía a someterse al poder y sus dictados. De otra, quienes creíamos y seguimos creyendo que sólo se somete quien se deja someter y que las energías que habríamos de dedicar a la lucha por emitir, se podrían invertir en emitir más y mejor, que es, en definitiva, de lo que se trata. No fue, pues, un paso fácil y, como siempre, generó muchas incomprensiones y no pocas deserciones.

Por fin RÀDIO KLARA tenía una licencia de emisión. Licencia que  celebramos no como un regalo sino como una conquista y que propició unos años de relativa tranquilidad con el poder, la consolidación de la programación y una mejor gestión de las finanzas con campañas de captación de socios aportando dinero en forma de cuotas periódicas que aliviaron, en parte, la economía de mínimos de la emisora.  Las puertas de RÀDIO KLARA se abrieron a nuevos colectivos y personas que, si bien enriquecieron la programación  en contenidos y frescura, terminó suponiendo un estancamiento desde el punto de la gestión de la emisora al terminar imponiéndose la asamblea como órgano máximo de decisión y pertenecer a ella con todos los derechos y, en muchos casos, pocos deberes cualquier persona que decidiera aparecer por la emisora. Si se quería seguir apostando  por una radio alternativa pero creíble, con vocación de futuro y donde la izquierda social y política pudiera expresarse, era preciso reaccionar. Así, CECA (Centro de Estudios y Comunicaciones Alternativas), como titular de la licencia de emisión de RÀDIO KLARA decidió intervenir y asumir en exclusiva la gestión. El precio fue alto: traumas, deserciones y bastante dosis de incomprensión por parte de algunos colectivos.

Como se ha puesto de manifiesto en estos 40 años, RÀDIO KLARA no nacía con vocación de marginalidad sino que, conscientes del papel de los medios de comunicación sociales en las sociedades modernas y al servicio de quien están, se pretendía una auténtica alternativa de comunicación radiofónica que se proyectara hacia el futuro como libre y como libertaria. Libre porque no se vincula ni está tutelada por ningún grupo político, sindical o mediático. Y libertaria porque lalternativa que desde RÀDIO KLARA se pretendía y se pretende divulgar es la libertaria, entendida ésta en un sentido amplio dada la extensión del Movimiento Libertario.

Hoy, cuando RÀDIO KLARA cumple 40 años, seguimos convencidos de su necesidad. Fenómenos como la implantación  progresiva de un capitalismo salvaje y globalizado y las respuestas que se vienen generando en todo el planeta, nos hacen pensar que no es momento de sectarismos ni de izar banderas partidistas sino de aunar esfuerzos con quienes detestan el mundo que nos quieren imponer y apuestan y luchan por la posibilidad de otro mundo justo, solidario y libre. Es en este contexto donde creemos que cobra sentido, en este momento, un medio de comunicación como RÀDIO KLARA, apostando por el rigor, la credibilidad y el compromiso como señas de identidad, alejada del sectarismo, la demagogia y el panfleto, y que sea, a la vez atractiva y amena.

Para terminar, se hace imprescindible el reconocimiento a la audiencia. Especialmente a aquella que, con su aportación, ha contribuido, de una manera definitiva, al sostenimiento económico de RÀDIO KLARA durante estos 40 años. Sin ese apoyo no estaríamos celebrando este aniversario. GRACIAS A TODAS.

SALUD

Aniceto Arias Suárez, miembro de RÀDIO KLARA

https://listaradio.com/radioklara

 


Fuente: Aniceto Arias Suárez