Rafael Cid
Hace una semana tuvo lugar en Madrid un encuentro de radios libres organizado por la Fundación Redcon Voz. Se trata de un colectivo ligado al denominado “tercer sector” de la comunicación que intenta hacerse un sitio en el dial precisamente para dar la palabra a los sin voz (y casi sin voto). Cooperativas, ONG’s, radios comunitarias españolas y latinoamericanas, compartieron sus experiencias entre la base y el bordillo ante la general indiferencia de los grandes medios de comunicación y sus fastuosos aparatos. Porque ellos son marginales, piezas que casi nunca cuentan. No como “la Otra”, la cadena de televisión full que se ha sacado de la manga la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza, Aguirre, que ese es otro cantar.
Rafael Cid

Hace una semana tuvo lugar en Madrid un encuentro de radios libres organizado por la Fundación Redcon Voz. Se trata de un colectivo ligado al denominado “tercer sector” de la comunicación que intenta hacerse un sitio en el dial precisamente para dar la palabra a los sin voz (y casi sin voto). Cooperativas, ONG’s, radios comunitarias españolas y latinoamericanas, compartieron sus experiencias entre la base y el bordillo ante la general indiferencia de los grandes medios de comunicación y sus fastuosos aparatos. Porque ellos son marginales, piezas que casi nunca cuentan. No como “la Otra”, la cadena de televisión full que se ha sacado de la manga la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza, Aguirre, que ese es otro cantar.

Pues bien, entre el largo centenar de representantes de esas radios que no son coz (con ce de burro) de su amo, dinamizadas en el proyecto LIS de la Comisión Europea, se encontraba Radio Klara, la decana de una estirpe librepensadora que desde Valencia lleva más de 23 años emitiendo programas alternativos de calidad con marcado sello antiautoritario. En muchas ocasiones contando en directo (por ejemplo, la insumisión cívica del 13-M) lo que a menudo los mayores líderes y ventrílocuos de las ondas callan porque la publicidad o el capataz de turno les tapa la boca, que sarna con gusto no pica.

Por Radio Klara han pasado gentes de verdad y no sólo caretos o simulacros mediáticos, auténtic@s protagonistas de las historias mínimas que mueven el mundo y las mareas vivas, convirtiendo su comprometido trasunto en una leyenda urbana.

Son fama esas estadísticas oficiales del Estudio General de Medios (EGM), algunos no les gusta que uno tenga su propia fe”. Hablo del magnífico espacio sobre literatura de Olga, la compañera del inmenso José Luís Sanpedro, otro buen amigo de Radio Klara ; de la antigua presencia en su programación de mantenidas en impúdico secreto por los celadores del cotarro, reveladoras de que Radio Klara, en su franja de emisión, ha figurado entre las emisoras más seguidas por la juventud. Datos nunca difundidos por ser políticamente incorrectos, por la mala reputación que decía Georges Brassens porque “a “Presuntos implicados”, cuando realmente eran genuinos implicados, o del heterodoxo escritor Marcelino Rutea, premio Francisco Umbral de novela, personaje que, aún así, no se resigna al dictado del marketing y edita él mismo sus libros, como hasta el final de sus días hizo el genial iberista portugués Miguel Torga.

Todo eso y a contracorriente es Radio Klara, nombre de mujer Y por eso todólogos de fortuna, tertulianos con bandera de conveniencia, inquisidores, “aquilinos polainos” y unos pocos honestos comentaristas (especie a extinguir) de los púlpitos de manipulación de masas ni se inmutan ante la cruzada contra las muchas radios klaras que hormiguean por el éter. Suelen ser gentes de orden, que sólo se conmueven ante la muerte (aunque para eso siempre existe a mano una indulgencia) y los impuestos.

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Radio Klara, LLiure y libertaria, puedes oirla por Internet en : http://www.radioklara.org


Fuente: Rafael Cid /Red libertaria Apoyo Mutuo