Artículo de opinión de Rafael Fenoy Rico

El mercadeo  de  “favores” llega a los municipios en aquellos estados donde la autonomía municipal en la recaudación de impuestos es tan alta que permite a Alcaldes neófitos desarrollar políticas mercantilistas.  Esto ocurre por ejemplo en el caso de un joven alcalde de 32 años, llamado Daniel Zimmermann,  que desde 2009  es alcalde de Monheim, una ciudad de  algo más de 40.000 habitantes próxima  a Düsseldorf.

El mercadeo  de  “favores” llega a los municipios en aquellos estados donde la autonomía municipal en la recaudación de impuestos es tan alta que permite a Alcaldes neófitos desarrollar políticas mercantilistas.  Esto ocurre por ejemplo en el caso de un joven alcalde de 32 años, llamado Daniel Zimmermann,  que desde 2009  es alcalde de Monheim, una ciudad de  algo más de 40.000 habitantes próxima  a Düsseldorf. Este avispado joven ha resuelto en su municipio la deuda pública, llegando a recaudar más de 130 millones de euros de superávit.

La causa de este espectacular “triunfo” es la bajada de impuestos a todas las empresas que deciden asentarse en ese municipio.  Con un envite que supone reducciones muy importantes muchas empresas, incluso una holandesa, han decidido “apostar”, por este municipio que de esta forma recoge más dinero, porque son muchas las empresas que ante las ventajas fiscales se ubican en su territorio.

La verdad es que la deuda del pueblo de Monheim se ha resuelto, aunque sea a costa de aumentar considerablemente las de los municipios vecinos o no tan vecinos.  Este joven Alcalde es un “listo”, que sólo ha seguido las recetas de un Mercado ciego de avaricia. Porque las empresas que se instalan en ese pueblo, no tienen la menor idea de ayudar a nadie, salvo a sí mismas y en el conjunto de la recaudación publica por actividad empresarial, es evidente que la población global alemana pierde recursos, aunque el 95% de los pobladores de esta urbe no se hayan dado cuenta. Estos hipnotizados por el brillo de los dineros que su flamante joven alcalde recauda para ellos, no advierten que su crecimiento, su sorpresivo bienestar se sustenta en la miseria que genera que numerosas empresas cierren sus puertas y despidan a miles de trabajadores en otros municipios vecinos. 

Y es que con un Mercado tan previsible e insolidario, es evidente lo que ocurre y más aún la ruina que se avecina, si los políticos engreídos deciden tirar por el mismo camino.  Una auténtica subasta de impuestos a la baja se avecina en todos los municipios que con capacidad para imponer sustanciosos impuestos decidan bajarlos, para hacer “más atractivos”, sus pueblos a la inversión, asentamiento o creación de empresas.  Algo así ocurre en territorios de España como el País Vasco o Navarra, por ejemplo.

Al más puro estilo capitalista ¡Quién da más!

Rafael Fenoy Rico


Fuente: Rafael Fenoy Rico