La empresa IKEA se considera un buen patrón para sus empleados. Nosotros y la gente que trabaja en esta empresa en Suecia no estamos de acuerdo. Justo ahora, la compañía sueca está intentando forzar algún beneficio extra a costa de los trabajadores de uno de sus almacenes en Torsvik (Suecia). Introduciendo un nuevo horario en el que los trabajadores tienen menos tiempo libre, éstos son obligados a trabajar algunos fines de semana, viendo reducido su tiempo de descanso, con lo que IKEA recorta gastos en los salarios. Al mismo tiempo, con esta medida el horario de trabajo es regulado con mayor dureza y los “minidescansos” han sido parcialmente prohibidos, todo esto para incrementar la producción. Esto ocurre en un trabajo que es ya muy pesado físicamente y, con frecuencia, peligroso.
Como esta realidad no debe afectar a la imagen mediática de IKEA, la empresa ha impuesto un silencio total, tanto en los almacenes como de cara al exterior. Internamente, IKEA manifiesta en numerosas ocasiones que los trabajadores deben elevar sus voces y decir lo que piensan y que ellos no tienen ningún problema en llegar a compromisos con la plantilla. En realidad, la dirección elige claramente no tener en cuenta otro punto de vista que el suyo propio y silenciar las críticas. Para garantizar la obediencia, todas las personas que tienen algún mando asisten a cursos secretos y no pueden revelar la información que aprenden en estos cursos. En los medios de comunicación suecos, el fundador de la empresa, Ingvar Kamprad, es elogiado por su forma de hacer negocios y por lo buen empresario que es.
A la sección en IKEA del sindicato sueco SAC no le permiten siquiera colgar tablones para informar sobre su actividad sindical y sus miembros están siendo advertidos por la empresa por expresar sus puntos de vista acerca de la política de IKEA. ¿A qué precio quieres tener muebles baratos ?
Fuente: Sección Sindical de SAC en IKEA-Suecia