Artículo publicado en Rojo y Negro nº 397, febrero 2025
El Estallido se acerca. No lo veremos venir. Serán los futuros cronistas quienes lo daten y acoten. Nosotros, con suerte, lo viviremos ignorando el devenir de los acontecimientos. Será una oleada larga de insurrecciones que quizás ya haya empezado. Quizás estemos en las postrimerías, o quizás habrá que seguir aguantando la impaciencia. Pero lo cierto es que el Estallido se acerca y con él una ventana de oportunidad revolucionaria.
El Estallido se acerca y será la juventud la protagonista principal de esta insurrección. Comenzará con una secuencia de enfrentamientos al sistema capitalista inicialmente inconexos, una reacción visceral a la precarización de la vida que se propagará por todo el planeta a través de la juventud, un crescendo de indignación y movilización multitudinaria que acumulará la fuerza suficiente para impugnar el sistema capitalista en todos sus términos. No será un choque violento ni un asalto al poder, sino una deserción masiva a seguir siendo engranajes del sistema capitalista, más que un paro de productores será una gran huelga de consumo, una desobediencia civil al sistema.
Pero el Estallido no es de por sí un acto revolucionario; es más, la impugnación del sistema puede derivar en el advenimiento de una involución contrarrevolucionaria. Por eso es necesario prepararnos para el Estallido y no es posible hacerlo si no creemos en él. Necesitamos creer en que va a ocurrir, o que ya está ocurriendo, para encauzarlo hacia un proceso revolucionario ecosocialista, necesitamos creer en ello de una forma espiritual, casi religiosa. Recobrar el brillo en la mirada de las y los que se saben hacedores de la Historia.
Creer es poder. Esta es la tercera certidumbre profética y la que completa este llamamiento a la acción revolucionaria. No podemos seguir militando como quien consume una ideología a modo de experiencia porque acabamos siendo una mercancía más dentro de la diversidad de ofertas del capitalismo cultural.
Debemos hacerle entender a nuestro entorno que no se puede seguir siendo polizones del movimiento haciendo que la acción recaiga sobre unos pocos realmente involucrados; convencernos y convencerles de que el Estallido se acerca y que hay una oportunidad real de emancipación colectiva tiene que ser un acicate para un reparto equitativo del esfuerzo revolucionario. Creer en el Estallido y que este será nuestra oportunidad revolucionaria es además imprescindible para adquirir esa identidad comunitaria fundamental para que nuestra ideología pueda ser una alternativa real al capitalismo.
La vida de las y los jóvenes está en creciente conflicto con el sistema capitalista. Sus expectativas vitales están muy lejos de ser satisfechas. La falta de trabajo, el trabajo precarizado o el encarecimiento de la vivienda, entre otras opresiones, imposibilitan la emancipación de una Juventud aleccionada para considerar el éxito individual cómo único fin del desarrollo vital, una juventud educada para proyectarse a través únicamente de su vida laboral. Por eso la desafección al sistema no será tanto por la carestía material como por la percepción subjetiva de una vida insatisfecha, de una realización personal imposibilitada, de un futuro hurtado.
Esta opresión es intrínseca al capitalismo. El sistema imperante no puede evitarla y cada vez tiene más difícil compensarla con la oferta de un mundo virtual idílico. El conflicto abierto hace que la Juventud se reconozca como parte actora y al capitalismo, su opresor, como parte oponente. Esta construcción de identidades por alteridad es central para dotar a la insurrección juvenil de la consistencia y continuidad necesaria para provocar el Estallido.
Desterremos nuestra percepción de una juventud exánime e indolente porque su forma de actuar es dispar con nuestra tradición, con nuestra memoria revolucionaria. Creamos en ellos y ellas, creamos en su insurrección y preparémonos para facilitarla, pero sobre todo preparémonos para alumbrar una salida del Estallido cara a nuestro horizonte de emancipación colectiva.
Ser revolucionaria es un acto de fe en la especie humana. Aquí y ahora seamos revolucionarias: preparémonos para el Estallido.
Cristóbal López
Anarcosindicalista, ecologista en Acción y militante Anticapitalistas
Fuente: Rojo y Negro