El acuerdo para la negociación colectiva sellado ayer por patronales y sindicatos, que se firma el viernes y que podría cubrir dos años, consagra el principio de que la competitividad no debe sustentarse en los bajos costes, plantea batallar contra el absentismo laboral "injustificado" y empuja a las empresas a fomentar su responsabilidad social y medioambiental. La negociación de convenios seguirá guiándose en 2005 por las subidas salariales moderadas, según la inflación prevista (2%), con cláusulas de revisión.

Uno de los puntos clave, la política salarial, ya se había acordado, de modo que se esperaba en estos días la fumata blanca para el acuerdo global. Éste cubre aspectos como la creación de empleo, la mejora de su calidad, la salud en el trabajo, la defensa de la igualdad de trato, la contratación, la formación o la igualdad de oportunidades.

El acuerdo para la negociación colectiva sellado ayer por patronales y sindicatos, que se firma el viernes y que podría cubrir dos años, consagra el principio de que la competitividad no debe sustentarse en los bajos costes, plantea batallar contra el absentismo laboral «injustificado» y empuja a las empresas a fomentar su responsabilidad social y medioambiental. La negociación de convenios seguirá guiándose en 2005 por las subidas salariales moderadas, según la inflación prevista (2%), con cláusulas de revisión.

Uno de los puntos clave, la política salarial, ya se había acordado, de modo que se esperaba en estos días la fumata blanca para el acuerdo global. Éste cubre aspectos como la creación de empleo, la mejora de su calidad, la salud en el trabajo, la defensa de la igualdad de trato, la contratación, la formación o la igualdad de oportunidades.

La fórmula elegida, que recomienda incrementos de salarios que consideren la inflación prevista, con cláusulas de revisión, más la productividad, ha favorecido que las subidas se hayan situado en los últimos años entre un 2% y un 3%. Esta fórmula es «un modelo apropiado para evitar espirales inflacionistas nada deseables», reza el texto.

El acuerdo, que se viene renovando desde 2002, se firmará en este caso con retraso debido al cortocircuito en el diálogo social que provocó el rechazo por parte de la patronal CEOE a introducir cláusulas de revisión en el salario mínimo, por el potencial efecto de arrastre que esta cláusula puede causar en el resto de los salarios.

Teniendo en cuenta que la renovación de este Acuerdo Interconfederal de Negociación Colectiva -cuyas directrices sirven de guía para los convenios- para 2005 ha sido más costoso de lograr, un aspecto destacado es su propia duración.

Prórroga en 2006
Aunque el acuerdo tiene vigencia hasta diciembre de este año, las partes han acordado que, si se mantienen las principales variables de la economía (crecimiento y empleo), los criterios pactados se podrán «prorrogar» de cara a 2006.

El cierre del pacto, que incluye el reparto negociado de la productividad, se produjo ayer tras una reunión matinal celebrada para muchas de las cuestiones pendientes. Este preacuerdo lo suscribieron Juan Jiménez Aguilar y Elías Aparicio por CEOE y Cepyme, y también Ignacio Fernández Toxo y Toni Ferrer, por parte de los sindicatos CC OO y UGT.

En muchos de los aspectos que cubre, el acuerdo, adaptable a cada realidad, es «equilibrado», valoró Ferrer. Los criterios sobre la situación económica -en la que se señalan elementos de «incertidumbre» como la aportación negativa del sector exterior al crecimiento o el endeudamiento de las familias- o sobre la competitividad -que deberá basarse en las actividades de valor añadido más que en el recorte exclusivo de los costes- partían de posiciones alejadas. Pero retos como la liberalización del comercio, con su impacto en sectores como el textil, requieren de visión «compartida».

Otros aspectos a destacar son que los procesos de externalización de la actividad no deriven en cesión ilegal de trabajadores, y también en el énfasis en la preocupación creciente por el estrés laboral.

Fuente EL PAIS