Basta con entrar en alguno de los portales más populares de búsqueda de empleo en internet. Una gran parte de las "ofertas laborales" publicadas esconden modalidades de contratación becada. Antonio Costa, profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Córdoba, cree que no sólo debemos hablar de becarios, sino "en general de prácticas profesionales no laborales, pues en muchos casos la beca no es imprescindible para prestar servicios en régimen de formación-prácticas, lo que es más alarmante si cabe, pues ni siquiera se abona una cuantía económica ".

Después de la alta tasa de desempleo juvenil (57,2%) y la prevalencia de la contratación temporal, la otra arista de la precariedad juvenil es el supuesto período de formación laboral. «Estas prácticas en empresas acaban alargándose y encadenándose, cambiando de empresa pero en la mayoría de los casos sin expectativas de contrato laboral futuro y sin que se reciba formación como contraprestación», explica Eduardo Ocaña, activista de la Oficina Precaria .

Después de la alta tasa de desempleo juvenil (57,2%) y la prevalencia de la contratación temporal, la otra arista de la precariedad juvenil es el supuesto período de formación laboral. «Estas prácticas en empresas acaban alargándose y encadenándose, cambiando de empresa pero en la mayoría de los casos sin expectativas de contrato laboral futuro y sin que se reciba formación como contraprestación», explica Eduardo Ocaña, activista de la Oficina Precaria .

Las modalidades de este tipo de vinculación entre empleador y empleada son muy variadas. Una de ellas son las prácticas no laborales del subsistema de Formación Profesional para el Empleo. Van dirigidas a personas desempleadas (general y principalmente, jóvenes), con escasa o ninguna calificación, que hayan superado el correspondiente curso de Formación Profesional Específica (certificado de profesionalidad). Esta modalidad exige que exista un convenio entre el Servicio Público de Empleo correspondiente y la empresa donde se desarrolla. El programa, que desarrolla una administración (local o regional), también incluye el pago a la empresa para compensar los gastos «de formación». Un ejemplo de esto serían las 30 becas que las tiendas Leroy Merlin ofrecen en Cantabria. Dotadas de una «ayuda» de 350 euros mensuales, el supuesto período formativo transcurrirá entre el 1 de julio y el 15 de septiembre de 2013 en su tienda de Santander, probablemente en el período que la mayoría de la plantilla disfrutará sus vacaciones .

Otra modalidad son las prácticas no laborales en empresas para no titulados-académicas universitarias externas, curriculares o extracurriculares, basadas en un programa de formación y prácticas en FP reglada-, que requieren de un convenio entre la empresa y la institución educativa . También requieren de un convenio con algún Servicio de Prácticas en Empresa (organismo perteneciente a las universidades) las prácticas no laborales en empresas, que incluyen una subvención a la empresa y un compromiso de contratación mínima por parte de ésta de entre tres y nueve meses posterior a la finalización de la beca. Esta situación lleva a muchos estudiantes a dejarse asignaturas sin aprobar para seguir matriculados un año más y poder seguir optando a puestos becados que requieren de convenio con alguna institución educativa.

«Lo escandaloso del tema es que existen dos modalidades contractuales formativas-contrato en prácticas y para la formación y el aprendizaje-que sirven a los mismos o similares objetivos. En algunos casos es prácticamente imposible diferenciar si lo que hace el becario en prácticas es como trabajador con tales contratos o como becario «, explica Antonio Costa.

Trabajadores de segunda

«Al no ser considerado trabajador, el becario no tiene contrato laboral ni se acoge al convenio colectivo de su sector, dejando su salario y condiciones a total discreción de la empresa», lamenta Ocaña. Antonio Costa aclara que en esta modalidad laboral «no existe ni salario mínimo, poco o nada de jornada máxima-aunque sí algunas limitaciones generales-, ni derecho de vacaciones o permisos, ni causalidad en las extinciones, ni derechos de conciliación, ni de representación sindical en la empresa, huelga, etc. Y en cuanto a la Seguridad Social, carece de derecho a las principales prestaciones «.

A esta desprotección y ausencia de derechos hay que sumar la situación de incertidumbre y presión de las personas que están en esta situación. «Asimilar que hacen prácticas que son su futuro trabajo-incluso en este mismo lugar-, porque en definitiva es algo así como una especie de período de prueba previo, y por tanto, como tal, implica trabajo que tiene poco de formación y sí mucho que demostrar como trabaja «, lamenta Costa.

Las empresas se benefician en varios aspectos además del ahorro en salarios. «Permite modelar el tipo de trabajador», expone Costa, para quien «el caso de las empresas de comunicación es paradigmático». Las ofertas de prácticas «» en medios de comunicación están llenando las redacciones de «becarios» que desarrollan labores de empleados. De hecho, existen empresas en el sector que tras un ERE extintivo refuerzan su plantilla con trabajadores vinculados a través de alguna de las modalidades de trabajo becario. Redacciones de medios como Público.es, Intereconomía o numerosas cabeceras locales o digitales son un buen ejemplo de ello. Becarios que llevan apenas unos meses desempeñan funciones y responsabilidades laborales. «Durante todo el período que pasé de becario, trabajé como cualquier otro. En la mayoría de las ocasiones, las jornadas eran de algo más de ocho horas y trabajaba entre uno y dos fines de semana al mes «, confiesa una antigua becaria de Público que prefiere mantener el anonimato por temor a cerrarse puertas profesionales. No es la única, otra antigua becaria del diario El País denuncia que cubría «un lugar estructural, sin supervisión y trabajaba fines de semana y más horas de las que expresa el convenio».

¿Es legal sustituir trabajadores despedidos por becarios? El profesor Costa afirma que «no es que sea legal, es que no hay nada que lo impida, ya que legalmente un becario no es un trabajador. Existe una regulación excesivamente ambigua y permisiva y, por otra parte, una falta de control e inspección por parte de la Administración «.

No más becas por trabajo

La generalización de este fenómeno conlleva también problemas para el conjunto de la sociedad, «como la destrucción de puestos de trabajo con contratos laborales, ya que las empresas prefieren becarios con poca o ninguna remuneración, lo que, además, genera una presión a la baja de los salarios «, señala Ocaña. Por este motivo, desde la Oficina Precaria ha lanzado la campaña «No + becas x trabajo», que cuenta con una web ( http://www.nomasbecasportrabajo.org/ ) con la que pretenden recopilar denuncias de becarios para a estudiar y visibilizar el fenómeno.

Además, presionarán para que se retiren o se modifiquen los Reales Decretos que permiten que las empresas sustituyan trabajadores regulados por becarios, así como para limitar la figura del becario únicamente a la formación práctica obligatoria ligada a los estudios. En Francia, donde activistas de Génération Précaire llevan tiempo presionando, la Asamblea Nacional acaba de prohibir las prácticas sin salario.

* Artículo de Tomás Muñoz publicado en la revista Diagonal.

http://www.diagonalperiodico.net/panorama/becarios-eslabon-mas-precario.html

http://cgtcatalunya.cat/spip.php?article9234#.UcBHK-fwkVA


Fuente: Diagonalperiodico.net