El próximo jueves 24 de marzo los trabajadores estamos llamados a votar en referéndum sobre un Preacuerdo que cerrará un período de más de tres meses de movilizaciones en toda la red de Aena. Entendemos que a todos el corazón nos lleva a decir que no, pero ¿qué nos dice la cabeza?
Ver también Análisis jurídico del Preacuerdo realizado por la CGT
Lo primero a considerar
es que los que ahora somos trabajadores de Aena, temporales
incluidos, pasaremos a formar parte de diversas empresas con todas
sus consecuencias, quebrando la fuerza que ahora nos da nuestra
unidad de acción y reivindicación. Fijos por un lado, temporales
por otro, controladores (de TWR y ACC), trabajadores de nuevo ingreso
con diferentes derechos, filiales, concesiones… ¿En qué situación
nos deja esto a medio plazo?
Lo primero a considerar
es que los que ahora somos trabajadores de Aena, temporales
incluidos, pasaremos a formar parte de diversas empresas con todas
sus consecuencias, quebrando la fuerza que ahora nos da nuestra
unidad de acción y reivindicación. Fijos por un lado, temporales
por otro, controladores (de TWR y ACC), trabajadores de nuevo ingreso
con diferentes derechos, filiales, concesiones… ¿En qué situación
nos deja esto a medio plazo?
A nadie escapa que con el
Preacuerdo perdemos la única garantía real de estabilidad en el
empleo, la condición de trabajadores públicos. Abandonamos la
defensa del No a la privatización. Pero ser empleado público no es
sólo estabilidad frente a despidos colectivos; sino también frente
a despidos objetivos individuales, movilidad geográfica y funcional,
horarios y jornadas, permisos, licencias y carrera profesional, que
no vemos que garantice el Preacuerdo, y ni siquiera garantiza que los
trabajadores subrogados a empresas concesionarias en caso de
regulación reviertan a Aena.
Los acuerdos tomados
competen a las partes; Aena muestra “buenas intenciones” en el
Preacuerdo, pero no necesariamente han de competer a terceros, hecho
que muestra el propio texto al referirse a las “garantías” en
caso de despidos colectivos y objetivos de los que serán nuestros
nuevos empleadores en muchos casos y los únicos que tendrán por ley
capacidad de gestión.
No se ha desarrollado el
nuevo decreto de aeropuertos de interés general, y no sabemos cómo
va a quedar. Este acuerdo está firmado por un gobierno con fecha
pronta de caducidad, y quedamos expuestos a regulaciones diferentes
por el o los próximos gobiernos de turno.
Por último, vamos a
votar un texto que todavía no conocemos, el del I Convenio Colectivo
del Grupo Aena, sujeto a control de legalidad en el momento de la
firma y, posteriormente, por los nuevos empleadores. La reforma
laboral ha ampliado las condiciones de aplicación de las cláusulas
de descuelgue de los convenios.
El acuerdo nos deja a
unos mejor y a otros peor. Temporales, SSCC, concesiones, aeropuertos
“no rentables”… y a todos sin saber qué puede pasar pasado
mañana. No creemos que la situación se resuma en el Preacuerdo o el
caos. Hay otras respuestas y hay otro mañana.
Los trabajadores de Aena
nos hemos movilizado como nunca con manifestaciones, encierros,
acampadas, recogidas de firmas, concentraciones, caceroladas, paros,
bicicletadas. Queda mucho margen de mejora y ahora somos fuertes: No
a la privatización. Mantenimiento de la condición de empleados
públicos. Consolidación de los trabajadores temporales a fijos.
Fuente: CGT Aena