En los últimos meses el Grupo Financiero francés BNP Paribas ha emprendido una política de despidos de sus empleados en las distintas filiales del Grupo empresarial, que comenzó con los despidos tras la fusión de CORTAL/CONSORS, operador en Internet, y que ha alcanzado su máxima virulencia en abril al eliminar su actividad de Equities en España con el despido de 16 trabajadores, al tiempo que su filial de Banca Privada ha despido a tres trabajadores en Barcelona y otros tres en Madrid, que se suman a otros dos más en el pasado marzo.
La falta de capacidad de la cúpula directiva de BNP Paribas España para generar negocio y la presión de su casa matriz de París, que habría fijado el año 2.004 como última oportunidad para que los actuales directivos demostrarán que con su gestión pueden lograr beneficios, están en el origen de la política de despidos iniciada por el Grupo francés en España.
Tras la fusión en Francia de los dos grandes bancos Banque Nationale de París y Paribas, se realizó la de sus filiales en España, en el año 2000., sin que las sinergias que sus equipos directivos esperaban con la fusión hayan llegado a materializarse en España, cuya Dirección no ha sabido evitar las continuas perdidas en la filial de BANCA PRIVADA, pese a los excepcionales instrumentos y medios de los que dispuesto y que ha dilapidado sin obtener ningún rendimiento.
Primero fue la venta a Caixa Galicia, por más de 4.000 millones de las antiguas pesetas, del 80 % de su red de oficinas, con su plantilla de empleados incluida, lo que redujo la red de sucursales de 72 a tan sólo 9 en la actualidad. Más tarde fue la venta de su sede social en el número 27 de la calle Génova por más de 7.500 millones de pesetas. Posteriormente la venta de sus actividades mas rentables, a precios inferiores al de mercado, en algunos casos a sociedades del propio Grupo Empresarial, lo que ha supuesto para otras filiales magros beneficios a costa de la rentabilidad y descapitalización del propio Banco.
Junto a todas estas medidas, se alcanzaron acuerdos con la representación sindical de los trabajadores, a través de diferentes Planes Sociales de bajas incentivadas y prejubilaciones, que incorporaban la renuncia por parte del Banco a despedir trabajadores como forma de gestionar la crisis. Estos Planes han permitido reducir, de forma pactada y no conflictiva, una plantilla de cerca de 1.100 empleados a los 225 actuales.
Ante los negativos resultados económicos, pese a todos estos instrumentos excepcionales, el equipo Directivo en España ahora trata de esconder su falta de capacidad en la gestión y salvar su posición ante la casa matriz en París. Para ello opta, como única medida, con destruir lo que hasta ahora había sido dialogo y negociación con los trabajadores, y para reducir costes acude a despidos totalmente arbitrarios, en la mayoría de los casos de trabajadores de avanzada edad con fondo de pensiones constituido, para, a la postre pagar el coste del despido con las propias provisiones para pensiones de los trabajadores, llevando la diferencia a beneficios. La formula además intenta burlar la normativa laboral vigente, al alegar falta de productividad como motivo de los despidos, cuando la propia Dirección de Recursos Humanos del Banco ha reconocido a la representación sindical que los despidos obedecían a la necesidad de poner al Banco en beneficios.
Los Comités de Empresa y la totalidad de los Sindicatos presentes en BNP PARIBAS en España rechazan enérgicamente los despidos y, tras la negativa del Banco a dialogar y negociar, han acordado iniciar un proceso de movilizaciones, huelgas, y concentraciones ante las sedes del Banco, como medida de protesta, y en solicitud de la readmisión de los trabajadores despedidos, así como también demandando la dimisión o cese de la Dirección del Banco en España por su nefasta gestión al frente de la entidad.