Si las palabras, ellas solas, pudieran
amar y odiar sin cuerpo y sin razones.
Si ellas solas pudieran edificar las torres
donde vigilar las demencias
y gritar hasta que la locura sea un diminuto
espasmo en la nada.
Si letra a letra, hombro con hombro,
pudieran levantarse en pie de guerra,
cargar con el fusil de la conciencia
y empezar esta batalla
donde cayò primero la memoria,
donde sepultaron con impunidad la rabia,
Si las palabras, ellas solas, pudieran
amar y odiar sin cuerpo y sin razones.
Si ellas solas pudieran edificar las torres
donde vigilar las demencias
y gritar hasta que la locura sea un diminuto
espasmo en la nada.
Si letra a letra, hombro con hombro,
pudieran levantarse en pie de guerra,
cargar con el fusil de la conciencia
y empezar esta batalla
donde cayò primero la memoria,
donde sepultaron con impunidad la rabia,
donde con sables y con leyes y balas
mataron mil veces en la historia
este dulce empeño por vivir
atados a la tierra.
Si ellas solas pudieran,
hacer con el porvenir
un lugar para mirarse sin crudeza
para tocarse sin fronteras,
para decapitar a los verdugos
con la afilada guillotina de la justicia de veras.
Si ellas solas pudieran…
Pero ellas,
las palabras solas,
son piedras.
Necesitan manos
para ser lanzadas fuera.
Fuente: JKAL