Artículo de Antonio Pérez Collado publicado en el blog Alkimia de El Salto.
Desde los años 60 del siglo pasado la población de la península ibérica se viene concentrando en las zonas costeras y en algunas capitales interiores como Zaragoza, Valladolid y, principalmente, Madrid. El fenómeno empezó a denominarse como la España vacía, aunque al final se ha impuesto la más realista expresión de la España vaciada porque la emigración a las ciudades no es casual, sino que obedece a decisiones tomadas por las castas dirigentes que se han venido sucediendo. En su primera fase, durante la segunda mitad de la etapa franquista, el éxodo a la ciudad respondía a la enorme demanda de mano de obra que originaba el acelerado desarrollo industrial de Madrid, Barcelona y el País Vasco.
Fuente: El Salto