ACCION DIRECTA POR LAS SEIS HORAS DE TRABAJO.
UNIDAD DESDE ABAJO FRENTE A LA REPRESIÓN.
Coyuntura.
Enfrentar y derrotar a los opresores.
Un conjunto de voces se alza eufórico contra las manifestaciones de los pobres.
Juan Carlos Blumberg es el referente carismático de un proyecto fascista de mano dura, de tolerancia cero que iguala pobreza con inseguridad y piquetes con delito.
Ricardo López Murphi encarna el proyecto político favorito del establishment, un economista de fuertes vínculos con el ejercito, liberal ortodoxo, fanático de la represión para limpiar las calles de protesta social.

ACCION DIRECTA POR LAS SEIS HORAS DE TRABAJO.

UNIDAD DESDE ABAJO FRENTE A LA REPRESIÓN.

Coyuntura.

Enfrentar y derrotar a los opresores.

Un conjunto de voces se alza eufórico contra las manifestaciones de los pobres.

Juan Carlos Blumberg es el referente carismático de un proyecto fascista de mano dura, de tolerancia cero que iguala pobreza con inseguridad y piquetes con delito.

Ricardo López Murphi encarna el proyecto político favorito del establishment, un economista de fuertes vínculos con el ejercito, liberal ortodoxo, fanático de la represión para limpiar las calles de protesta social.

Los multimedios, el grupo Clarín, los grupos Massot, Ávila, Hadad-Moneta, La Nación ; periodistas golpistas como el staff de canal nueve, Guillermo Andino, Santo Biasatti, Magdalena Ruiz Guiñazú, Joaquín Morales Solá, Mora y Araujo u Horacio Vervitsky, construyen un consenso reaccionario antipiquetero relativamente amplio en la opinión pública.

Quieren terminar con las protestas piqueteras. El gobierno ejerce chantaje y presión sobre las organizaciones para que no salgan de sus barrios donde pronto serían olvidadas y quedarían a merced de la depredación de las patotas policiales y parapoliciales. Se las reprime con mecanismos judiciales muy duros y arbitrarios y se prepara la legitimación de una represión aleccionadora.

Los ricos piden que cesen las protestas de los pobres sin reducir antes la miseria que las origina.

Las reformas introducidas por el neoliberalismo construyeron el modelo que hoy sufrimos, modificando la estructura social, ganando la batalla cultural. La seguridad jurídica reclamada por los inversores extranjeros y por el FMI significa que esta estructura no tenga vuelta atrás.

Estamos ante un escenario político-social complejo, hijo directo de la crisis de 2001-2002 en el que la lucha de clases busca definiciones con particular persistencia.

Con millones de trabajadores desocupados, cientos de empresas quebradas, miles de despidos y un colapso financiero comparable al crack del año ’29, la clase trabajadora, en estado de rebelión pero sin programa alternativo, no pudo dar resolución a la crisis y la clase dominante recuperó terreno armada de implacable furor (ELC Nº52).

Una vez más, la crisis del capitalismo en argentina se resolvió con una caída brutal del nivel de vida de las mayorías populares.

Lejos de la redistribución de la riqueza reclamada por la CTA los capitalistas aumentaron su rentabilidad general pulverizando los salarios para volver a los negocios a partir de abaratar el costo de la mano de obra.

Las primeras recuperaciones económicas se dieron en empresas y sectores ligados a la exportación y a la sustitución de importaciones favorecidos por un mercado internacional que mejoró los precios de productos clave (la soja por Ej.), y la clase alta recobro el consumo postergado.

De la mano de la mejoría económica, la burguesía se recomponía políticamente.
Las asambleas barriales perdieron terreno cuando mejoró la recaudación fiscal, bajaron las tasas de interés y apareció el crédito, crecieron entonces los depósitos ahí donde un año atrás las cacerolas golpeaban las puertas de los bancos.

Los capitalistas recobraron la confianza y volvieron a presentarse como si nada hubiera sucedido.

Pero algo había cambiado ya. En este contexto el gobierno de Néstor Kirchner resulta expresión de esta disputa, pero no es una expresión neutra, es una manifestación de clase.

El gobierno no es una amenaza para las clases dominantes y trabajó para limpiar las instituciones repudiadas el 19 y 20 de diciembre de 2001. El diálogo entre Kirchner y los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y de Venezuela Hugo Chavez no representa una prueba del nuevo Proyecto Nacional en curso. Se puede tener una política de dos caras, en los años setenta, mientras en política exterior el gobierno mexicano cobijaba a los exiliados políticos argentinos, al interior perseguía y exterminaba a los movimientos sociales contestatarios (masacre de estudiantes en Tlatelolco, persecución y aniquilación de los movimientos campesinos de Ruben Jaramillo y mas tarde el del maestro rural y guerrillero Lucio Cabañas).

Siguiendo una vieja tradición reformista, Kirchner busca armonizar los intereses del capital “nacional y productivo” con los del trabajo. Para ello interviene desde el Estado en la economía en sintonía con una tendencia que se verifica en Brasil, Chile, Venezuela, México, una inclinación que no es rechazada por el Banco Mundial ni por el FMI.

El Ministerio de Economía elaboró un presupuesto que asigna mayores partidas a la actividad aérea nacional, a fabricaciones militares, fomenta a las PYMES, las políticas industriales y el comercio exterior. También para ferrocarriles, obra pública y capacitación laboral.

Pero, como señala Rolando Astarita, son intervenciones en acuerdo con el capital para fomentar la ganancia privada (Ciclo y coyuntura económica, octubre de 2003).
Recién un año después de que los números de la economía demostraron la recuperación de la burguesía, los capitalistas, a regañadientes, consienten en sentarse conversar la recuperación del salario para la clase obrera mientras estructuralmente subsiste :

Un régimen laboral precario y flexibilizado. La reducción al mínimo posible de los gastos en salud, educación y salarios de empleados estatales. Una continuidad de las privatizaciones pactando con el capital un equilibrio en las tasas de ganancia. Una inserción en el mercado global en base a aumentar la extracción de plusvalía. El capital privado sigue gozando de excepcionales condiciones de explotación.

El MERCOSUR busca negociar en bloque una mejor posición dentro del ALCA. Todas sus cláusulas benefician a los capitalistas, ninguna acuerda mejores condiciones laborales o protecciones a los trabajadores y la inserción argentina se da en el marco de un desarrollo económico tecnológicamente atrasado y dependiente.

Este es el país que gobierna Kirchner, con altos beneficios al capital, equilibrio político mas allá de las disputas entre fracciones burguesas y control de la protesta social.
¿Qué viene sucediendo en el último tiempo ? La política del gobierno en materia de control social no satisface las demandas de la burguesía.

Si bien aún ningún sector importante del capital esta en abierto enfrentamiento con el gobierno se está vertebrando una oposición política de claro signo fascista, racista con sed de asesinato, una política de Estado de larga preparación, ensayos represivos, millonarios recursos y una multitud de alcahuetes y lacayos a su servicio.
Frente a este panorama los que temen el avance fatal de la derecha buscan sostener el conformismo con este orden injusto.

Pero esta coyuntura económica y la acción consecuente de las agrupaciones populares combativas mejora las condiciones para la lucha por el salario, introduce la lucha sindical antiburocratica, los métodos de acción y democracia directa y el debate por la reducción de la jornada laboral a 6hs, una reivindicación económica que en el marco actual sólo puede resolverse con una dura lucha política, de clase.

La continuidad de las condiciones de penuria en las que vive la mayoría popular, su desprecio al aparato corruptor de los partidos burgueses y los resultados a ojos vista que la lucha da en el mejoramiento de sus condiciones de vida hace de las organizaciones sociales anticapitalistas una opción política para la población de nuestras barriadas.

La lucha de los desocupados no está aislada de la sociedad, la realidad es que termina enfrentándose a los capitalistas, que la combaten con todos sus recursos.

Trabajo, dignidad y cambio social. La realidad ha venido demostrando permanentemente que las dos primeras consignas sólo podrán tener resolución al cumplirse la tercera.

Esta es la acumulación que las fuerzas populares vienen construyendo desde las resistencias al menemismo, que debería dar forma a programas económicos y políticos en base a las experiencias de clase.

Todos los avances de la clase obrera se lograron enfrentando y derrotando a la clase dominante, no se puede pactar con el lobo una tregua por las ovejas.

ORGANIZACION SOCIALISTA LIBERTARIA

Argentina

Periodico EN LA CALLE, organo de difusion del anarquismo organizado

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