VICENTE VALERO : Han pasado los sanfermines y los cascaos, las personas que no podemos rascarnos la nariz y necesitamos de apoyos generalizados para la vida diaria, tenemos un tratamiento peor que el que se presta a las basuras. Me explico. El Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) funciona de lunes a viernes y en horarios de oficina ; ni sábados, ni domingos, ni festivos se presta el servicio. Ojo, que estoy hablando de un servicio de supervivencia vegetativa, porque se trata de levantar de la cama a personas que no podemos hacerlo por nosotras mismas y asearnos.
¿Sabía usted que hay muchas personas, más de las que se piensa, a las que se les pone un pañal el viernes y no se le vuelve a cambiar hasta el lunes cuando acude el auxiliar de ayuda a domicilio ? Hay personas octogenarias que están al cuidado de familiares sin ninguna capacidad para movilizarse, comer, asearse… En esta situación se pone al cuidado de quien precisa apoyos constantes a quien no puede prestarlos. El Estado se esconde detrás de la familia. Sin ir mas lejos, en abril saltó a la prensa la noticia de una madre octogenaria que falleció mientras lavaba y aseaba a su hijo en la cama ; la mujer se desplomó sobre su hijo y éste falleció, según certificaron los forenses, a los tres días. Los cadáveres fueron descubiertos a la semana. Pasó en un lugar de España, no importa cuál porque el derecho subjetivo a ser atendido por el Estado que entró en vigor el 1 de enero no ha supuesto ninguna atención directa a los beneficiarios en ninguna comunidad autónoma. Quizá la madre se desplomó mientras escuchaba por una emisora de radio que la autonomía personal que tendría su hijo era ir a una residencia.
Sí, ya sé que la cosa lleva así toda la vida, pero es que el 1 de enero entró en vigor la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia (Lepa). El ministro de Trabajo dejó pasar el primer día del año, pero el segundo ya estaba diciendo que la ley se había puesto en marcha y que llamando a un teléfono le informarían de todo. Mentira cochina, no informaban de nada porque nada había y nada sabían las personas que atendían el citado teléfono.
Tengo que reconocer que la ley se puso en marcha el 1 de enero –bueno, el 2–, y ese día ya empezaron a utilizarse las partidas presupuestarias consignadas para la ley. Empezaron a percibir su sueldo los trabajadores del teléfono de información que he citado, para decir que no sabían nada de lo que tenías que hacer, que llamaras en marzo o abril. Después se han puesto en marcha 17 teléfonos de información, uno por comunidad autónoma. Se han contratado legiones de valoradores, asistentes sociales… Se están impartiendo cursos de formación para los esclavos familiares –perdón, cuidadores familiares– y para los futuros trabajadores de atención directa. La verdad es que se ha creado empleo, y además de calidad, como exigían los sindicatos. Si algo se ha gastado en propaganda institucional o en medios de comunicación, no lo sé. Pero, pasados los sanfermines, ni un céntimo de euro de los 400 millones del Ministerio de Trabajo, ni de los otros tantos que tienen que poner las comunidades autónomas, ha servido para que se le limpien los mocos o el culo a uno de los beneficiarios de la ley.
Para mí ha sido un especial atentado a la democracia que se hayan convocado elecciones a los ayuntamientos y a las comunidades autónomas en un día en que el Estado estaba de vacaciones. Me indigna que se convoquen elecciones un día en que miles de ciudadanos, aunque fuera uno, nos encontramos encerrados en casa porque el Estado incumple la legalidad vigente y niega un derecho perfecto, según el ministro de Trabajo, el de levantarse de la cama, que está en vigor desde el 1 de enero. ¿Por qué el 27-M había servicio de limpieza en las calles y de recogida de basuras, mientras ni siquiera las personas a las que la Administració n les constaba que no podían levantarse permanecían en sus casas quizá con el mismo pañal que les pusieron el viernes ?
Aquellos que en el presente vemos y entendemos y sabemos que el jefe del Estado promulgó la ley el tantos de diciembre de 2006, nos sube la indignación cuando oímos que un alto responsable de administració n autonómica reconoce que no estarán en disposición de prestar servicios o prestaciones, de las reconocidas por la ley hasta finales de octubre o noviembre. Yo apuesto por el 28 de diciembre.
Por increíble que parezca, el desarrollo normativo corresponde a un consejo del que forman parte la Administració n del Estado, las 17 autonómicas y creo recordar que una pequeña representació n municipal. Como las decisiones han de ser consensuadas y de lo que se trata es de poner unos límites de prestaciones básicas lo más pequeños mejor, la cosa está hecha. La Administració n central y las autonómicas dirimen el sexo de los ángeles a costa del erario público, en forma de dietas y gastos de representació n. No faltan los informes y consultorías para refrendar sus posiciones. Lo que está ocurriendo me recuerda a esa situación en que los amigos reunidos en un bar siguen y siguen hablando, después de haber acabado la consumición, a la espera de que el primero saque la cartera. Éstos ya van por el séptimo mes y se van a marchar de vacaciones con la satisfacción del deber cumplido : no haber aumentado el gasto público. Igual la subvención por hijo nacido desde el 3 de julio va a cuenta del ahorro en la partida de dependencia, vaya usted a saber.
Las únicas disposiciones que han salido han sido las encaminadas a valorar el grado de necesidad de apoyos personales, dependencia le llaman ellos, y las que dicen cuáles serán los servicios que cubrirá la ley en forma de atención domiciliaria, tres horas máximo diarias, centros de día y ladrillos –perdón, residencias.
La cuestión está en que en este primer año sólo se prestará atención, recuerden : el 28 de diciembre, a las personas que precisan atención 24 horas al día. A esas personas se les prestará atención domiciliaria como máximo tres horas al día, con lo que alguien, de manera altruista, estará guardándole el puesto de trabajo al trabajador del SAD durante 21 horas diarias. Si optas por que la persona que atienda al cascao reciba una retribución y esté cubierta por la Seguridad Social, entonces, si es familiar, recibe 487 euros y tiene la obligación de atenderte las 24 horas del día ; y si se trata de una asistencia profesional, te dan 780 euros y te apañas. La otra opción es la reclusión residencial a precio de oro, porque para eso sí que pone dinero el Estado, pero la diferencia te la sacan en forma de hipoteca inversa. Muchas personas que han estado informándose sobre las prestaciones de la ley se han puesto en contacto conmigo para que les aclarara alguna cuestión, la principal : qué aportación tendrían que hacer al coste del servicio y por qué ahora resulta más caro acudir a los servicios de la Administració n que al mercado privado y la contratación directa. Yo pensaba que la autonomía personal no consistía en ir a una residencia.
Cómo le explico yo a María que pese a las continuas alusiones al coste de la ley, no se ha gastado un euro para atender a los beneficiarios. Lo cierto es que en 2007 el coste de atender a quienes hemos perdido la autonomía personal será de 800 millones de euros la aportación pública (400 la aportación estatal y 400 la autonómica), por tanto la aportación de los usuarios será de 240. Si, encima, en la memoria económica del anteproyecto de ley se dice que de los 1.040 millones retornarán a las arcas publicas, en forma de impuestos de IRPF, sociedades, IVA y cotizaciones a la SS, las dos terceras partes, resultan unos ingresos de 686 millones de euros, cantidad superior a la aportación estatal (400 millones). No sé si los políticos quieren que levante las manos, cosa que no puedo hacer, o que piensan que soy la gallina de los huevos de oro, pero me los miro y tampoco.
*Miembro del Foro de Vida Independiente.
David Bibiano.- Amigo de Vicente Valero.
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