Artículo del militante de CGT publicado en las páginas de Levante-EMV.

La ola de agitación social en defensa del sistema público de pensiones parece que ha pillado desprevenido al Gobierno, lo que ha provocado una serie de respuestas a cuanto más torpes y desafortunadas.

La ola de agitación social en defensa del sistema público de pensiones parece que ha pillado desprevenido al Gobierno, lo que ha provocado una serie de respuestas a cuanto más torpes y desafortunadas. Empezando con la carta de Fátima Báñez para convencernos de que con la imperceptible subida del 0,25 % mejoraban las pensiones, a pesar de que los precios han crecido un 1,3 %, y acabando con la ocurrencia del gobernador del Banco de España, que afirma sin rubor que, a pesar de las menguadas pensiones, podemos darnos con un canto en los dientes porque la mayoría de los jubilados disfrutamos de una vivienda en propiedad.

Luis M. Linde parece no percibir el cabreo que sus declaraciones han originado e insiste en su particular teoría con su artículo Pensiones y ahorro, publicado en Levante-EMV el pasado día 21. Defrauda que un brillante economista como parece ser él se atreva a decir que aunque las pensiones sean en España bastante más bajas que en otros países de la UE, el hecho de tener un piso en propiedad incrementa nuestra calidad de vida por lo que él llama «renta en especies». Desconocemos si posee vivienda propia o vive de alquiler, pero en el caso de muchas personas mayores, pagaron sus pisos con grandes sacrificios de toda la familia y, gracias a ese ahorro, ahora no tienen que hacer frente a alquileres de 600 euros con pensiones medias de 1.070; aunque las hay bastante más bajas.

Parece lamentar el máximo guardián de nuestra pasta que no hayamos invertido los modestos ahorros en fondos de pensiones y activos financieros. Pero de haberlo hecho, ahora estaríamos lamentando su pérdida como en Chile, EE UU y otros lugares donde se apostó por esas volátiles inversiones de futuro; aquí mismo, aún resuenan las protestas de las familias arruinadas con las preferentes y otras gangas similares. Tras esa mal disimulada reprimenda, Linde repite los mismos argumentos de los últimos gobiernos y los expertos conservadores sobre la inviabilidad del modelo actual de jubilaciones, manteniendo que el incremento de la esperanza de vida y la caída de las cotizaciones obligan a retrasar la edad del retiro y a seguir recortando la cuantía de las pensiones públicas. Frente a estas propuestas neoliberales no suelen difundirse alternativas serias (que las hay) en la línea de repartir algo mejor la mucha riqueza que se acumula por una selecta minoría. Retrasar la edad de jubilación condena a miles de jóvenes a no tener un empleo digno y a emigrar, como hicieron sus abuelos, privando al país de la gente más preparada profesionalmente.

En cuanto a la falta de recursos económicos para que se cumpla el artículo 50 de la Constitución (que obliga al Estado a mantener y actualizar las pensiones) no creemos que sea cierta. Bastaría –ya que no se quiere subir los impuestos a los ricos– con revisar las partidas destinadas a armamento, Casa Real, altos cargos públicos, Parlamento, rescate de bancos y autopistas€ y nos saldrían fondos para no tener que estar siempre sacrificando a los que menos tienen.

Antonio Pérez Collado

CGT


Fuente: Antonio Pérez Collado