La CGT apoya y hace un llamamiento a participar en la manifestación convocada por YESA+NO el 15 de Junio de 2013 en Sangüesa/Zangoza con el lema

“POR SEGURIDAD, NI UN METRO MÁS. HAY ALTERNATIVAS.” 

“POR SEGURIDAD, NI UN METRO MÁS. HAY ALTERNATIVAS.” 

Si la construcción del embalse de Yesa en el año 1959 condenó la vida de los pueblos y al desarraigo a sus gentes y el recrecimiento insensato no hará más que abundar más en lo mismo aguas arriba, por debajo de la presa la situación de peligro provocada por los deslizamientos en las dos laderas en la cabeza de presa, se agrava con los informes que retenía la Confederación Hidrográfica del Ebro desde el mes de diciembre, en el que se reconoce un alzamiento de la presa existente provocado por los trabajos de construcción de la nueva presa. Hay que señalar que el informe asumía un riesgo 1, de una escala al 3, y es anterior al desalojo de 60 viviendas de las Urbanizaciones Lasaitasuna y Mirador del Inglés, debido a los deslizamientos de la ladera derecha, justo encima de la presa. 

Pero más inquietud produce la actitud de la CHE y la del gobierno de Navarra que se limitan a pedir calma mientras ocultan informes hasta que el Parlamento de Navarra obliga a que salga a la luz. Son estos comportamientos irresponsables los que pueden llevar a que una situación de peligro se convierta en una catástrofe. 

RIESGOS DE DESLIZAMIENTO EN EL EMBALSE DE YESA A LA LUZ DE LA CRISIS DE FEBRERO DE 2013 

El embalse de Yesa, cuya construcción terminó en 1959, es la pieza clave de la regulación hidrológica del río Aragón, uno de los principales afluentes de la margen izquierda del Ebro, con un volumen máximo embalsado cercano a los 500 Hm3. Su construcción impulsó la creación de 60.000 Ha de regadío en el polígono de Bardenas y supuso un descalabro económico y social para las comarcas del norte de la provincia de Zaragoza, con una relación global coste/beneficio sometida a revisión y a importantes controversias (ver por ejemplo, el detallado análisis realizado por Arrojo et al., 1999). Desde su construcción, esta presa (con una altura total sobre cimientos próxima a los 80 m, y 400 m de longitud en la zona de coronación) ha estado sometida a problemas de tipo geotécnico, relacionadas con el tipo de materiales en los que se asienta. Los problemas de estabilidad ligados a deslizamientos en el flysch de Yesa se han agudizado con motivo de las obras destinadas al acondicionamiento de laderas para la construcción de una nueva presa (de materiales sueltos), que permitiría duplicar la capacidad del embalse, con una elevación de la cota máxima sobre el nivel actual de unos 30 m. El presupuesto inicial de la obra de 100 millones de € se ha triplicado debido a las complicaciones técnicas sobrevenidas durante las obras. 

La ladera izquierda del embalse de Yesa en las cercanías de la presa presenta morfologías características de los deslizamientos de ladera. El más importante de ellos, el denominado deslizamiento de La Refaya, presenta un volumen de unos 12 Hm3, geometría rotacional y su pie está a la altura de los aliviaderos de la presa actual. Aguas arriba de este deslizamiento, la geometría de la ladera muestra cicatrices antiguas, ya cubiertas por la vegetación, y la zona termina en la punta rocosa, conformada por turbiditas buzando hacia el embalse, conocida como Monte Mélida. En esta zona, se produjo un deslizamiento en 2006, activado por la creación de un vertedero de material sobre la zona de su pie, muy próxima al embalse. En conjunto, el volumen potencialmente inestable de la ladera izquierda está comprendido entre 15 y 60 Hm3. 

En la margen derecha no se reconocen morfologías claras de deslizamiento, pero sí estructuras en los cortes de la carretera que probablemente se deben a deslizamientos antiguos. Durante las fases de construcción del primer embalse se produjeron inestabilidades menores que llevaron, durante el tiempo de explotación del embalse, a realizar inyecciones de hormigón y, durante las obras del recrecimiento, a realizar apantallamientos en la parte basal del mismo modificando consecuentemente el régimen hidrogeológico de la ladera. 

Desde mediados de 2012 y especialmente durante febrero de 2013, se produjo un movimiento importante de la ladera derecha, que alcanzó los 20 cm de desplazamiento, afectando de forma importante a las viviendas situadas sobre la ladera, que fueron desalojadas ante el riesgo de movimiento y los daños provocados en las mismas. La superficie de deslizamiento está situada a 50 m de profundidad en la parte central del mismo, disminuyendo progresivamente hacia los laterales. La zona de pie del deslizamiento no se conoce, pero probablemente afecte al cuerpo de presa, puesto que este ha experimentado un ligero levantamiento. 

El riesgo de inestabilidad de las laderas puede cuantificarse mediante el llamado factor de seguridad, que resulta del cociente entre las fuerzas que mantienen la ladera en situación estable y las fuerzas que tienden a hacer caer el deslizamiento. Los factores que determinan dicha estabilidad son la cohesión del material y el rozamiento interno, en el lado de la estabilidad, y la presión de fluidos y la aceleración sísmica como factores que le afectan negativamente. 

En 2006 se encargó un informe al Colegio Oficial de Geólogos (ICOG) para que determinara de forma imparcial las condiciones de estabilidad de las laderas de Yesa. En los dos informes presentados, uno para cada una de las márgenes de la presa se concluye que los factores de seguridad de todos los posibles deslizamientos del entorno de la presa son superiores a 1. Esto resulta especialmente sorprendente dado que estos informes son posteriores al deslizamiento de Monte Mélida de 2006, que no podría haberse producido con los parámetros considerados en el informe. Lo mismo es aplicable a los deslizamientos de la margen derecha. Esto es aplicable a otros informes encargados por la administración, que dan la impresión de haber sido preparados ad hoc para justificar el recrecimiento y ofrecer una falsa sensación de seguridad. 

La rotura o graves daños que los deslizamientos pueden causar a la presa de Yesa tienen repercusión importante, ya que la población de Sangüesa, con más de 5000 habitantes, se encuentra situada aguas abajo de la presa, a unos 10 km siguiendo el curso del río Aragón. Los caudales de salida en una eventual rotura catastrófica de la presa alcanzan más de 15.000 m3/s como mínimo. Estos caudales serían considerablemente mayores en el caso de que finalmente se realizara el recrecimiento del embalse. La altura de la cota de inundación para Sangüesa en el caso de rotura de presa estaría en el entorno de los 410 m (es decir, la mayor parte de la población quedaría inundada por las aguas), y el tiempo de llegada de la avenida sería de treinta minutos o quizás inferior. A pesar de la gravedad de las posibles situaciones planteadas por estos datos, y de que, dado el tiempo de concentración de la avenida, es posible poner a salvo a casi toda la población en caso de catástrofe, hasta la fecha no se ha realizado ningún simulacro de evacuación ni se han dado instrucciones a la población de cómo desalojar de forma eficaz sus viviendas y alcanzar una cota no inundable. 

La evolución de la información que se ha dado a la población de Sangüesa sobre los riesgos que corre con la presa actual (y que se incrementarán considerablemente con el recrecimiento) ha cumplido el paradigma de lo ocurrido en catástrofes ligadas a accidentes en presas (reflejadas de forma magistral en la película Vaiont, presa mortal, del director Renzo Martinelli). Durante el tiempo en que se produjeron los desplazamientos importantes de la ladera derecha no hubo ningún tipo de alerta ni información ni a la población ni al Ayuntamiento de Sangüesa y solamente la necesidad de desalojar las viviendas situadas sobre la ladera en el municipio de Yesa permitió conocer la situación en que se encontraba. La información detallada, con los informes de la Confederación Hidrográfica del Ebro, apareció más tarde, a petición de grupos parlamentarios en el Parlamento de Navarra, provocando una considerable y justificada alarma entre los colectivos y personas que han seguido la evolución de las obras del recrecimiento. Es importante tener en cuenta que la actitud de la administración (en este caso de la C.H.E.) ha ido más bien enfocada a justificar las posibles repercusiones de las obras de recrecimiento (se ha llegado a postular que el recrecimiento estabilizará las laderas del embalse, en clara contradicción con la repercusión de los ascensos del nivel del agua sobre la estabilidad) que a actuar en consecuencia a las enormes dimensiones de la catástrofe que durante el mes de Febrero de 2013 estuvo amenazando a la población de Sangüesa. 

Desde la oposición al recrecimiento de Yesa, por la regeneración de los pueblos y gentes aguas arriba y por la seguridad de los habitantes aguas abajo, y en el convencimiento que solo la movilización parará estos peligros, CGT apoya y hace un llamamiento a participar en la manifestación convocada por YESA+NO el 15 de Junio de 2013 a las 18 horas en Sangüesa/Zangoza con el lema “POR SEGURIDAD, NI UN METRO MÁS. HAY ALTERNATIVAS.” 

Por todo ello, por seguridad y porque hay alternativas sostenibles y eficaces, 

PARALIZACION DE YESA. NI UN METRO MÁS 

SECRETARIADO PERMANENTE DEL COMITÉ CONFEDERAL DE LA CGT

 


Fuente: Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT