Muy poca gente sabe que hoy 2 de octubre es el Día Internacional de la Noviolencia. Nuestro Ministro de Defensa, el sr. Pedro Morenés, sí lo sabe. Helo aquí inaugurando hoy miércoles, en la plaza de Madrid donde está el Parlamento, un monumento a Gandhi; véase la foto de abajo y este recorte de prensa que lo explica:

 

¿No es asombroso que un Ministro de Defensa, que además procede de la industria armamentística, acuda a un acto en homenaje a la figura y las ideas de Gandhi?. Qué tiempos estos de cruda perversión del lenguaje y los gestos políticos.

¿No es asombroso que un Ministro de Defensa, que además procede de la industria armamentística, acuda a un acto en homenaje a la figura y las ideas de Gandhi?. Qué tiempos estos de cruda perversión del lenguaje y los gestos políticos. Esto recuerda a la novela de George Orwell «1984» donde se decía, creo,  aquello de que, al describir las sutilezas corruptoras del Sistema, una mentira es verdad si se repite muchas veces.

 
¿Qué arcano mensaje habrá querido dar Pedro Morenés -aparte de venderle armas al embajador de India y lavarse ante todos sus manos manchadas de sangre- al homenajear a Gandhi?. No sé, pero de verdad que me pregunto si él, en el acto de descubrimiento del monumento a Gandhi, al aplaudir la gentil maniobra de la misma reina de España que bautiza barcos de guerra y entrega banderas de combate a las unidades militares, me pregunto si él, que quizás alguna vez, quién sabe, haya leído algún texto de Gandhi, habrá sentido alguna contradicción interna o no. Supongo que no, claro. Y la reina quizás aún menos.
 
 
 
Personalmente, me viene muy bien que el símbolo por excelencia de la Noviolencia, la figura del Mahatma Gandhi, a quien muchos tratamos de seguir en lo que a la transformación personal y al profundo respeto a los Derechos Humanos se refiere, sea manipulado con tanto atrevimiento por parte del mismo gobierno que nos coloca el escudo antimisiles en Rota, o permite el atraque de armas nucleares en nuestros puertos o envía soldados a Somalia, Afganistán, Malí, Libia, Líbano… me viene bien porque me baja del burro de las tontas ilusiones de que haya algo en este mundo que no pueda ser ensuciado, degradado, absorbido y anulado por el poder.
 
Esta pedagógica escena me devuelve, obligadamente, a la humildad de la que nunca debemos salir los noviolentos. ¿O acaso, Cristóbal, te creías que el «no matarás» y la figura de Gandhi podían no ser usado por quienes organizan las guerras?, ¿te creías que el «no matarás» y la ahimsa no iban a ser usados como coartada para seguir organizándolas?, ¿no se ha usado el mensaje y la figura de Jesús de Nazaret para matar MUCHO en estos dos mil años?.
 
Anoto el hecho y encajo el golpe, con gran dolor, en mi corazón. Pero hago votos para que ese mismo dolor (que habrán sentido otras muchas personas) nos haga reaccionar a todos y nos impulse con una recrecida determinación ética y política en la dirección de la Paz y el Desarme por la que trabajamos. Los gobernantes que dedican inmensas sumas de dinero y grandes esfuerzos políticos para organizar las guerras pueden, sin duda, montar estos shows en favor de la Noviolencia… nosotros y nosotras podemos recordarles que sus gravísimas contradicciones no son tolerables porque causan la destrucción de muchas vidas humanas y nos conducen a todos por una espiral de violencia sin fin.
 
Este año, caminando, cuando vaya a las Marchas a Rota, Morón y Gibraltar (los próximos días 13, 6 y 5, respectivamente) recordaré en mi interior, algo conmovido, lo reconozco, este perverso acto de la reina y Pedro Morenés en favor de Gandhi y la Noviolencia.

Fuente: Cristobal Orellana