Editoriales Rojo y Negro 223
La resolución de la Plenaria Extraordinaria celebrada este mes en Barcelona ha venido a confirmar el camino lógico que inició la Confederación General del Trabajo cuando, allá por septiembre de 2008, presentaba su campaña contra la crisis. Ya entonces se anunciaba que todas las movilizaciones que comenzaban en ese momento o que habían comenzado poco antes tenían como horizonte la Huelga General. Con esta resolución podemos afirmar que hoy el horizonte está algo más cerca que hace medio año.
Editoriales Rojo y Negro 223

La resolución de la Plenaria Extraordinaria celebrada este mes en Barcelona ha venido a confirmar el camino lógico que inició la Confederación General del Trabajo cuando, allá por septiembre de 2008, presentaba su campaña contra la crisis. Ya entonces se anunciaba que todas las movilizaciones que comenzaban en ese momento o que habían comenzado poco antes tenían como horizonte la Huelga General. Con esta resolución podemos afirmar que hoy el horizonte está algo más cerca que hace medio año.

A día de hoy seguimos diciendo lo mismo que decíamos en el pasado septiembre : esta crisis no la hemos creado nosotros. Se trata de una crisis propia del sistema capitalista, que se repite de forma cíclica para reajustar lo que no les conviene. Y lo “gracioso” de estos reajustes es que siempre los tenemos que pagar nosotros, y ya estamos hartos. Desde CGT pensamos que ya es hora de hacer algo, de que “los de abajo” presenten una respuesta contundente y organizada. Y esta respuesta es la Huelga General.

¿Por qué creemos que hay que hacerlo ya ? Nos sobran razones ; tantas como injusticias a este sistema. De cada injusticia nosotros formulamos una reivindicación, y tenemos muchas. Las hemos agrupado en cuatro bloques : repartir el trabajo para trabajar todos y todas (semana laboral de 35 horas, fin de las horas extra, fin del despido libre, de los EREs, de las ETTs, contratos fijos, indefinidos y sin subcontratas, autogestión obrera de las empresas que cierren…), repartir la riqueza porque la hemos creado entre todos (salario social digno para los desempleados, equilibrio entre los salarios, subida del salario mínimo y la pensión mínima, gratuidad de los servicios públicos básicos, derecho a la vivienda real, conversión de los espacios abandonados en espacios sociales autogestionados…), crear una sociedad de servicios públicos y sociales (paralizar las privatizaciones, derecho a cuidar y ser cuidado, igualdad de derechos para las personas inmigrantes, desarrollar una sociedad de derechos y libertades real…) y construir una sociedad solidaria y sostenible (eliminar las industrias contaminantes, favorecer la producción agroecológica, autogestionar localmente los sistemas de producción y consumo…).

Para todo esto, la Resolución llama a la participación y el compromiso, asumiendo nuestra parte en la lucha junto a los movimientos sociales, movimientos y luchas populares, estudiantiles, movimiento feminista, redes de inmigración… Todxs juntxs contra el Estado y el capital. En esta lucha tendrán autonomía los Entes confederales, adaptándose a las circunstancias concretas de cada sindicato, Federación, Territorial. Paralelamente, se lista una serie de campañas confederales que nos ocuparán en los próximos meses y de las que os iremos informando en éste vuestro periódico, comenzando por la manifestación confederal del 18 de abril en Zaragoza, continuando con el 1º de Mayo, la semana de lucha del 11 al 16 de mayo, el Acto Sindical en Málaga durante el próximo Congreso de la Organización y la Campaña Contra la Unión Europea. Dadle duro, confederales : tenemos tarea por delante.

Los compañeros franceses ya llevan dos huelgas generales en lo que va de año (el 29 de enero y el 19 de marzo), que se han saldado con sendos éxitos (dos millones y medio y tres millones de trabajadores en las calles, respectivamente). Es hora de hacer aquí lo propio. Si lo hacemos todxs juntxs, no nos podrán parar. Diga lo que diga el Ibex-35, el pueblo es quien mueve cualquier sociedad.


Perros guardianes

Las imágenes que se han podido ver en los medios de comunicación tomadas en el desalojo del Rectorado de la Universidad de Barcelona y en las protestas estudiantiles del mismo 18 de marzo han conmovido a la opinión pública, que ha contemplado con sumo desagrado la actuación policial. Los comentarios del españolito de la calle ese día coincidían en denominar “brutos” a los Mossos d’Esquadra que aparecían en los monitores de TV y en rechazar tales actuaciones.

Parece que ver esto sorprende al ciudadano medio. Y desde la redacción de Rojo y Negro no sabemos por qué. En las movilizaciones y protestas que cubrimos, tal comportamiento es bastante habitual. Incluso nosotros, en el ejercicio de nuestra labor y claramente acreditados, tenemos no pocas veces que aguantar intimidaciones, identificaciones, a menudo empujones… Es el pan nuestro de cada día.

En nuestras sociedades, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado tienen el monopolio de la fuerza. Tal monopolio se nos justifica argumentando que esto es así para protegernos (pero… ¿Quién nos protege de ellos ?). Así, nadie puede usar la fuerza para imponerse sobre otro. Sólo estos funcionarios, para mantener el orden público, actuarán con decisión, “rigiéndose al hacerlo por los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance”, lo que puede incluir el uso de la fuerza.

En la práctica esto es un cheque en blanco que se suele traducir en una actitud bastante chulesca y una tendencia a “repartir leña” a la mínima que la cosa se complique un poco. El Abogado del Estado en el juicio de la RCADE lo explicaba bien : “La defensa no es un artículo ornamental que lleva la policía porque quede bonito, se la da la Administración para que la utilicen”. El problema es que cuando la utilizan, casi nunca se les pide cuentas. Entre otras cosas porque no es nada extraño que al agredido se le denuncie después por “atentado a la autoridad”, lo que en caso de condena puede suponer cárcel. Y ya puedes tú denunciarles, que su testimonio “vale doble” : ellos son “la autoridad”.

Así que no sabemos de qué se extrañan : un antidisturbios es alguien cuyo “trabajo” consiste básicamente en golpear a gente (casi siempre a obreros y estudiantes). Perros guardianes al servicio del poder…