Rafael Amor, treinta años en España, treinta años de canciones. Una gran voz. Poesía pura llena de humanidad. Con él hemos hecho un viaje imaginario hasta su pueblo : Argentina. Un recorrido por la Historia, un acercamiento a la lucha de los piqueteros. Gracias Rafael.


Rafael Amor, treinta años en España, treinta años de canciones. Una gran voz. Poesía pura llena de humanidad. Con él hemos hecho un viaje imaginario hasta su pueblo : Argentina. Un recorrido por la Historia, un acercamiento a la lucha de los piqueteros. Gracias Rafael.

Por Pilar | Rojo y Negro Digital

Pilar.- Naces en Argentina, donde pasas tu infancia. ¿Cómo era la Argentina de entonces ?.

Rafael.- Era el granero del mundo, era la reserva espiritual, éramos los más listos de América. Éramos un país próspero que dábamos de comer al mundo entero y si teníamos alguna crítica era porque nos tenían envidia… Son todos esos «tics» de un país que era un país rico… Un país rico y un estado también rico.
Yo nací en pleno peronismo y viví sobre todo el primer gobierno de Perón. Argentina era un país que en ese momento despertaba de un largo letargo, digamos conservador, a una explosión popular.
Mis padres eran trabajadores. Mi padre era músico, cantor, de la orquesta de Francisco Canaro. Mi madre era artesana, bordadora ; tenía un taller de alta costura y cuando el taller no funcionaba se ocupaba de poner hoteles, pensiones, los habilitaba y después los vendía al fondo de comercio.


En esa época el nivel cultural era muy alto, la educación pública era muy buena. Éramos un país con una expectativa muy grande de progreso, pero con unas luchas internas muy profundas (luchas que de chico no alcanzaba a ver) entre la clase trabajadora y los terratenientes, los oligarcas, los rastacuero que llamaban allí, aquellos que vivían en París, que tenían grandes estancias en Argentina y tiraban la manteca al techo… Y por otro lado estaba la clase trabajadora que empezaba a tener un protagonismo importante gracias a Perón. Eso era más o menos el país : un país rico en vías de desarrollo. Era una colonia importante.

P.- ¿Qué te hace venir a España ?, ¿vienes como exiliado ?.

R.- En principio no. Yo vine a España porque me casé y en ese momento tenía unas grandes contradicciones mi exmujer con mi madre. Vine con la intención de trabajar un tiempo para poder alquilar un apartamento en Argentina. El asunto fue que me empezó a ir bien y me quedé más tiempo… hasta que al final hice venir a la que era mi mujer entonces y a mi primera hija. Aquí vivimos y aquí nació mi segundo hijo.

Volvimos a Argentina en el año 75 con intención de quedarnos porque yo siempre quise volver ; pero en febrero del 76 las cosas estaban muy duras, muy turbias… Empezamos a recibir algunas amenazas y esas cosas que me amedrentaron un poco y me volví. En marzo del 76 ya estuve aquí en carácter de exiliado.

P.- ¿Qué encuentras aquí ?, ¿cómo te recibimos ?. Escribes «No me llames extranjero». ¿Qué contrastes ves entre la España y la Argentina de entonces ?.

R.- ¿Recibir ?, bien. La España de entonces era una España tercermundista también como Argentina… Incluso pienso que Argentina estaba en aquel momento más en un segundo mundo y España estaba peor, salía de… estaba todavía con una dictadura que la había aislado del resto del mundo… En ese momento era más o menos pareja la Historia. Es más, yo creo que Argentina estaba entonces ubicada en la situación que España puede estar hoy. La diferencia está en que España está en Europa y el crédito político, los intereses políticos del sistema eran más claros o favorecían más aquí.

Me recibieron bien porque, en ese momento, no éramos unos parientes tan pobres ¿no ? ; siempre el que molesta más es el pariente pobre. Esto lo digo aquí, en Argentina o donde sea… Se me recibe bien porque hacen un ejercicio de bondad, de apertura, pero al poco tiempo el pariente pobre empieza a molestar, hay que apartarlo de los pasillos. Yo no puedo decir que me hayan recibido mal, ni tampoco que me hayan regalado nada, porque todo lo que hice fue trabajando y a base de esfuerzo. Tuve oportunidades y también tuve puertas que se me cerraron. Hice un primer programa de televisión donde sacamos «No me llames extranjero» (el primer disco, del que se vendieron más de 35.000 placas) y cuando fui a hablar con el jefe de promoción, un tal Gonzalo de la Puerta, me dijo que primero estaban los españoles para hacer promoción. En ese momento tuve un primer choque con los grupos de presión que había en España ; incipientes grupos de presión, después pasó con los dentistas… con los médicos… con los maestros… Pero eso son siempre cosas que el sistema establece. Pero por parte del público, de la gente, siempre he recibido cariño y reconocimiento.

P.- ¿Es la dictadura el origen de los males posteriores para Argentina ?.

R.- No. La dictadura es el colofón más sangriento de un episodio, de un largo itinerario de dolor y de lucha en Argentina. La Argentina es un país muy rico en materias primas que ha sido saqueado siempre por los imperialismos de turno, incluso hay una lucha interimperialista histórica. Primero el imperialismo español, que se contrapone con el imperialismo inglés que ya cuando las invasiones inglesas intentó apoderarse de las colonias españolas del sur de América. Luego han tenido una hegemonía muy grande los ingleses, los alemanes y, después, los yanquis. La gran contradicción que lleva al golpe de estado del 76, que es un enésimo golpe de estado pero más sangriento que ninguno, es la lucha interimperialista entre el imperio yanqui y el imperio soviético. (La Unión Soviética dejó de ser comunista a la muerte de Stalin. Con el advenimiento en el poder de los revisionistas, el marxismo se ha convertido en un socialimperialismo, algo que en su momento denunció el Ché en su discurso de Árgel y que también llevó a la proscripción de un lider marxista leninista como fue Mao). Los soviéticos siempre han tenido en Argentina una gran preponderancia en el entramado económico, incluso en el ejército argentino había una gran facción pro rusa, pro soviética. El golpe de estado del 76, es de común conocimiento, que algunos militantes de izquierda lo festejaron, lamentablemente, porque les costó caro también a ellos.

En estos momentos la lucha que hay es también interimperialista entre el imperio norteamericano y el imperio europeo ; son sin duda del mismo signo, pero mantienen una lucha por ver quien corona el capitalismo, ya sean los yanquis o los europeos.

P.- En tu canción «La perrera» vemos la impotencia de los niños al ver como se llevan a los perros, ¿se puede comparar con la impotencia del pueblo argentino ante el tema de los desaparecidos ?.

R.- Era muy duro aquello. Era un carro siniestro que subrepticiamente en las horas de la siesta solía aparecer y llevarse a los perritos, incluso entraron hasta dentro de casa porque sabían que otros amigos del barrio y yo los odiábamos. Gozaban con nuestro dolor y nuestra impotencia. Más de uno tuvo un golpe con el látigo, era un lazo que era un látigo que se cerraba ; era látigo y lazo, tenía un ojal por donde pasaban el cabo del látigo, además era trenzado de ocho, duro ; nos pegaban cuando queríamos abrir la puerta colgándonos de la parte de atrás del carro.

Por supuesto que eso se puede extrapolar al ver que se llevan a un hermano… a un hijo…

Aquel carro de la perrera estaba amparado, digamos entre comillas, por la cuestión legal. Venían a llevarse a los perros, ¿por qué ?, ¿qué les molestaban los perros ?. Ellos decían : «No, por la sanidad…», pero después sabíamos que a los perros que tenían cierta raza no los mataban, no los gaseaban, sino que los vendían. Lo mismo han hecho con los hijos de los desaparecidos, se los han quedado ellos o se los han vendido a matrimonios… Se saben infinitos casos.
Ya sé que muchos me dirán que no se puede comparar a los perros con los seres humanos, porque hay algunos que dicen que los perros o los animales no tienen alma, como antes la iglesia católica solía decir que los negros no tenían alma o que tenían sólo un poco de alma, no tenían mucha…

Sí, claro que fue doloroso y muy parecido.

P.- El final de tu canción dice «yo sigo esperando que algún día nuestros hijos puedan abrir la puerta a la perrera», ¿se puede comparar con la esperanza en que se haga justicia ?.

R.- Hoy se está viendo. Ellos soñaban con quedarse cien años en el poder, matar tres o cuatro generaciones y borrar la memoria histórica de la lucha del pueblo argentino. No lo han conseguido, sólo han estado siete años y ahora la gente está en las calles ; si dan otro golpe de estado estarán otros tres o cuatro años y volverá la misma situación. Es el destino de los pueblos y en especial del pueblo argentino que es un pueblo que jamás, desde que pudo votar, jamás votó a la derecha oligárquica ¡nunca !, siempre votó, aunque fuera un paso muy pequeñito, de forma progresista, incluso cuando votó a Menen. El pueblo argentino no va a cejar en su lucha, va a seguir luchando.

P.- ¿Podía haber ayudado el gobierno español en hacer justicia en Argentina ?

R.- No nos engañemos. El gobierno español ¿de quién ?, porque es el mismo sistema. Como decimos nosotros : «entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera». ¿En qué sentido ayudar ?, porque estaban poniendo una democraaacia… entonces somos bueniiiiitos… condenamos la dictaduuuura… Es como a la hora de hacerle un juicio a Pinochet, que al final ya se sabe lo que pasó, que lo dejaron libre al día siguiente de que este juez tan estricto que es el juez Garzón no pidió su extradición, vimos que cuando regresó a Chile se levantó de la silla de ruedas y vimos también que al día siguiente España firmó grandes convenios de explotación de Internet en Chile. Es la misma comedia que ahora, cuando iban a juzgar aquí a los militares argentinos. Aparte de que ¿por qué tienen que juzgarlos aquí ?. ¡El pueblo argentino ya los juzgó y ya está dictada su sentencia !. Hay unas leyes que prohibieron eso, la de Obediencia Debida y la de Punto Final, que ellos mismos se las impusieron.

Yo creo que es todo una comedia, la comedia del sistema burgués, de la democracia burguesa, y entre ellos mismos no se van a tirar los cacharros a la cabeza. Hay muchos que sueñan con la convivencia pacífica con el sistema, pero eso es como decimos nosotros : «vaselina en el orto y al final la tragas».

No, no creo que el gobierno español haya querido ayudar… Ni el francés… ¡Nada !.

P.- «Olor a goma quemada» es una canción sobre los piqueteros. ¿Cuál es tu relación con ellos ?.

R.- Mi relación con ellos es que yo he ido allí a aprender, porque sin duda uno puede hablar de muchas cosas pero si no las conoce de primera mano es como hablar de oídas, hablar de oreja. Yo he ido allí a aprender de la gente, a sacarme dogmatismos de encima y, en la práctica, a aprender la lucha de mi gente.
Los piqueteros son la gente que se ha quedado sin trabajo, madres, obreros… que alguna vez creyeron en el sistema, obedeciendo y manteniéndose solamente ocupados en su trabajo pero que hoy día ya no le creen más porque han visto que es mentira. Sólo en la zona de La Matanza hay más de cien barrios de desocupados. Hemos estado viendo en las asambleas, en la gente que habla, en la solidaridad que hay entre ellos algo, una cosa que los medios de comunicación del sistema, de forma torticera, no reflejan, sino que los pintan como unos energúmenos, como unos tipos pancistas incluso. Un amigo mío me lo dijo un día : «Esos son unos pancistas, sólo piden comida». Entonces uno le dice que pedir para comer es el primer acto revolucionario, porque el tipo que no come tampoco lucha, ni piensa, ni escribe, ni ama, ni trabaja, ni construye… Pero yo con ellos aprendí a sacarme el izquierdismo de encima y ver que hay una gran diferencia entre ser la izquierda del sistema – que no la critico – y ser revolucionario. Ser revolucionario es una cosa y ser la izquierda de la burguesía es otra.

Esa gente es realmente revolucionaria, está peleando contra la esencia del sistema, que es la explotación ; no por reformarlo, sino para acabar con él. Hay facciones de la izquierda que muchas veces tienen una actitud que favorece al sistema porque critican : «Ah, los piqueteros, cortan la ruta». No se dan cuenta de que ellos también tendrían que estar allí, cortando la ruta ; siguen creyendo en el sistema, pero los piqueteros o la mayoría de los piqueteros no, ellos no creen más en el sistema, y además son la masa popular. Yo creo que todos los caminos de la lucha son interesantes pero el más profundo es con la masa, por eso me acerqué allí. Hemos estado en La Escuelita Amarilla, en La Matanza, hemos hecho un concierto en el campo de Gregorio de La Ferrere, con más de 16.000 personas, todas gentes del piquete y de la CCC (Corriente Clasista y Combativa), la FTV (Federación Tierra y Vivienda)… Bueno, eso es estar presente en estos momentos en la lucha del pueblo argentino ; digamos que es una actitud de asunción definitiva de la clase a la que uno pertenece.

P.- ¿Tienen algo en común los piqueteros con el movimiento de las caceroladas contra el corralito ?.

R.- Son diferentes. En las caceroladas es la clase media que tenía unos ahorros en los bancos y que fueron saqueados, les metieron la mano en el bolsillo. Son gente que no se había quejado nunca y que si tenía alguna simpatía con los piqueteros, tampoco se manifestaba. Pero el 19 y el 20 de diciembre de 2001 explotaron porque fueron saqueados vilmente – se llevaron sus ahorros – y entonces salieron a la calle enfurecidos y provocaron aquella caída del gobierno entreguista – uno más de los gobiernos entreguistas de Argentina – con la consigna de «que se vayan todos».

Confluyeron en algunos momentos. Fue muy emocionante cuando venía una marcha de piqueteros y los caceroleros les abrieron paso, les daban bebidas, comidas… Muchos de ellos, como dice la izquierda trostkizante, vuelven otra vez al redil. Sí, algunos vuelven al redil, pero otros aprendieron la lección de la lucha ; han quedado ahí porque es evidente que se puede cambiar de clase pero siempre para abajo. ¡Para arriba nunca ! Suben uno o dos que los utilizan : «¿viste como creció en base a su esfuerzo, a su tesón, al empeño ?». Esto es una cosa que sabemos todos que es mentira ; todos los basamentos del capitalismo, aquello del esfuerzo personal, de la cosa pionera…, son mentira. Por ejemplo, si alguien quiere poner una empresa telefónica no puede competir con Telefónica o con Siemens a no ser que ponga una empresa de señales de humo o algo así que ellos no utilicen. No pueden competir, incluso hay grandes ricos como Mario Conde a los que tampoco les dejan entrar en el club de los ricos.
Esto no es lo que pregonan ni tampoco el capitalismo es lo que ellos dicen : un creador de riqueza. El capitalismo lo que más ha creado en la Historia es miseria, riqueza para cuatro y miseria para todos los demás : miseria, dependencia, hambre, enfermedades, guerra, muerte. En ese sentido yo creo que hay mucha gente que cayó de una manera rotunda, que está cobrando conciencia : un día íbamos en un colectivo y una señora se quejaba de que estaba roto el manillar, el colectivero paró y le dijo «señora, éste es un país pobre, no sé si se habrá dado cuenta ; si yo me paro para arreglar esto no trabajo, y si paro una hora ese día ya no como, no cierro el cupo para comer» ; una gente toma conciencia y otra no, sigue erre que erre, pensando que todavía están en aquel país… granero del mundo… los mejores del mundo…

P.- ¿Está cambiando algo con el gobierno de Kischner ?.

R.- El gobierno de Kischner es un gobierno de gestos. Como es un gobierno que salió en realidad con sólo un 16% del electorado al que encima el cabrón de Menem no le dio la oportunidad de darse un baño popular con una mayoría en la segunda vuelta, es un gobierno que entró muy débil, pero que ha sabido hacer gestos que sin duda han provocado en la gente una esperanza.

Esa es la apreciación superficial, la sensación que da. Ahora vamos a la esencia, y la esencia es que ha aceptado las exigencias del Fondo Monetario Internacional, o sea, más de lo mismo : es otra vez el sistema. Ante la consigna popular del «que se vayan todos», lo que intentan ahora es reflotar la supervivencia, el valor del voto en la democracia burguesa.

Vamos a ver, si dijera «yo no pago la deuda externa», que es una deuda fraudulenta además declarada ilegal por la Justicia, la gente lo seguiría mucho más. Lo seguiría y con razón, porque sería la primera vez que un gobierno, un dirigente, tomara esa actitud. Habrá que esperar… Pero yo no me esperanzo mucho. Ya hay grandes movimientos en su contra.

P.- En este mundo globalizado que tan bien describes en tu canción, ¿cómo ves el papel del gobierno español como escudero del capitalismo más reaccionario ?.

R.- Yo siempre comparo a este gobierno de Aznar con Menem, para mí es la misma cosa. Es un gobierno que viene a desmontar – con la cuestión de las privatizaciones -, es la entrega total, además con patrimonio, de la soberanía española. Ante el papel que jugó el socialismo, de cabeza de la integración europea y como adalid de lo que en definitiva se llama el imperialismo socialdemócrata de Europa, este gobierno juega un papel de atomización de Europa, sirviendo a los intereses norteamericanos igual que Menem.
Creo que es una regresión muy grande, que acá ha habido muchos avances, dentro del sistema, en la época socialista y que ahora hay un regreso. Me parece un gobierno antiespañol total, con marcado sentido de prepotencia y de necedad, ¡son rayanos en la necedad !. Siguen unas directrices que van a cumplir si el pueblo español no los saca antes, con las armas que le permite el sistema porque ahora cualquiera que se levante en contra, la condena es que es un terrorista.

P.- Los frecuentes contactos que últimamente hay entre Kischner, Lula, Castro, Chávez… ¿están dando pie a que se esté moviendo algo en América Latina ?.

R.- No es lo mismo Kischner y Lula que Chávez y Fidel. Yo creo que Fidel y Chávez tratan de mover a esos dos gobiernos, sobre todo el de Lula muy popular, para su bando, el bando antiimperialista y latinoamericano, por supuesto en vías al socialismo. Los otros se apoyan en Fidel y en Chávez para tener una coartada social, que el pueblo diga : «no, pero está Fidel y está Chávez…». No puedo decir cuanto hay de auténtico en todo esto porque son cosas que pasan por altas esferas, pero esa es la impresión que tengo. A mí me parece que juegan a dos puntas, peligroso, no en el caso de Chávez ni de Fidel, que están bastante definidos, pero en el caso de Lula sobre todo. Vamos a ver como se decantan las cosas.

P.- ¿Cómo ves el papel de las multinacionales españolas en el saqueo de Argentina ?.

R.- Sí, hay un saqueo muy grande. Sin duda que Telefónica, YPF y otras están haciendo un agosto muy interesante. Lamentablemente allí dicen muchas veces : «los españoles…»

A cambio, los ciudadanos tendrán algún beneficio, alguna tarifa que baje… pero hay que llamar a las cosas por su nombre, esto es el capitalismo que hoy roba allá mientras acá fomenta un poco el bienestar o la sensación de bienestar. Hay también un desprecio, un trato desigual que justifican con la cantinela de que en Europa funciona la democracia porque son civilizados, pero allá nosotros somos unos incivilizados, la cosa no funciona porque unos negros de mierda salen a la calle gritando y saqueando por pan, por hambre, y los sacan en televisión ; en España eso no sucede, en España se hace la revolución en el Parlamento, y habla Llamazares, y habla el otro… ¡y todo sigue igual ! ¡y es un trágala !.

Ese es el juego que ellos hacen, y están chupando mucho ahí, porque no paran de robar y de adueñarse del patrimonio nacional ; no solamente las empresas españolas, sino francesas, alemanas, italianas, yanquis y rusas, muchas rusas.

P.- Cuéntanos lo que quieras que no puedas decir en otros medios.

R.- Son tantas cosas…
Lo principal que se me ocurre decir es que el sistema inocula una idea, que es que sin él no podemos ir a ningún lado, que el sistema es la única forma de sobrevivir y de progresar. Si los intentos socialistas que se han hecho en el mundo fracasaron ha sido un fracaso más del capitalismo, porque tanto en la Unión Soviética como en China, el sistema ha empezado a fracasar cuando han regresado al capitalismo.

A Marx le decían, de forma muy astuta, que en los países socialistas no hay incentivo para la gente, porque no tienen perspectiva de poder económico, de progreso en la historia personal, cuando en realidad en lo que hay que pensar es en la historia colectiva, lo que sin duda incluye el éxito personal. Marx contestó que eso es mentira, porque si no el capitalismo sería una debacle, porque así el que trabaja no adquiere y el que adquiere no trabaja.

Yo pregunto, ¿es posible creer que no tendríamos aviones, internet, adelantos en la medicina, en la ciencia, en el conocimiento… si no existiera el capitalismo ?. Cuando en realidad ese progreso responde a las inherentes necesidades del ser humano : sin que existiera el capitalismo, el ser humano inventó la rueda porque tenía necesidad de rodar, inventó el banco para sentarse y la mesa para comer. Igual inventaría, profundizaría en el conocimiento, si no existiera el capitalismo ; es más, si la gente viviera en un sistema social en el cual no tuviera angustias económicas, hambre, miseria, pobreza extrema, la gente crecería mucho más en el conocimiento.

Esta es una de las primeras mentiras que hay que desmontar de este sistema genocida. Este sistema es un asesino que está todos los días dando vueltas con una navaja, esperándote a la vuelta de cualquier esquina. Tiene sus personeros, sus embajadores que salen en la televisión y aparecen como personajes absolutamente digeribles : buena gente, bien vestidos, con trajes… Y cuando uno dice «éste es un hijo de puta», entonces te dicen que sí, pero que la vida es así y te hablan de leyes, de estadísticas, de la opinión pública… ¡Y todo es absolutamente mentira !. Discuten de cosas que no son reales ; por ejemplo, el año de los discapacitados ; te ponen estadísticas sobre cuantos discapacitados van a formar, a capacitar para luego trabajar, ¡y es mentira !, ¡porque luego ninguno de ellos accede a ningún trabajo !, pero de esa parte de la estadística no habla nadie ; te hablan, sí, del dinero que se gastó, del proyecto, de papapapapa… Y discuten de otro montón de estadísticas que no son más que números fríos y absolutamente atroces que forman parte de la gran mentira que es esto. En esencia, esto es todo una gran mentira ; en el fondo, el saqueo y el trágala.

Otra cuestión que se me ocurre decir es que cuando uno tiene una infección, el cuerpo humano tiene su ejército que lo defiende, que son los leucocitos ; el virus que entra es violento y los leucocitos son violentos también. Cuando uno se cura no creo que haya ningún hígado, ningún pulmón, ningún riñón al que se le ocurra meter en la misma bolsa la violencia de los leucocitos con la violencia del virus. Esto visto desde el punto de vista del organismo que se defiende es lo mismo que los pueblos que se defienden, que se levantan en armas porque luchan contra los invasores que vienen a someterlo y a matarlo. Los que atacan, los virus, los invasores, lo tienen también claro : matar al que se defiende está bien visto. ¡Los únicos que meten en la misma bolsa las dos violencias son los pacifistas !. Y los pacifistas son, con perdón, el cordero que degüellan todos los días en la pira de los sacrificios, y están siempre haciendo propaganda de ese pacifismo, de esa paz que nos pone de rodillas. Pero como yo digo :

«Hablar de la paz no es cosa sencilla,
pero no se precisa de mucha ciencia
para ver que no existe mayor violencia
que la paz que nos pone de rodillas».

Te recomendamos que accedas a su página web http://www.rafaelamor.com, donde podrás ampliar información sobre su obra, fotos, próximos conciertos y además el video de su canción «Olor a goma quemada».