Grupos ecologistas y pacifistas de Burgos participaron ayer en la segunda marcha protesta a la planta de Unión de Explosivos, situada en el Páramo de Masa. Cerca de un centenar de personas se unió al acto, que tuvo un carácter lúdico y reivindicativo. En él, los participantes pidieron el cumplimiento de una resolución de las Naciones Unidas que implicaría la reducción de un 5% del gasto militar.


Grupos ecologistas y pacifistas de Burgos participaron ayer en la segunda marcha protesta a la planta de Unión de Explosivos, situada en el Páramo de Masa. Cerca de un centenar de personas se unió al acto, que tuvo un carácter lúdico y reivindicativo. En él, los participantes pidieron el cumplimiento de una resolución de las Naciones Unidas que implicaría la reducción de un 5% del gasto militar.

Entre las reivindicaciones de estos colectivos, entre los que se encuentra la Asamblea de Objetores Fiscales de Burgos, Cauca, CGT y Ecologistas en Acción, está incluida la de que se reconvierta la inversión en industria e investigación militar en civil. Las organizaciones representadas en la marcha leyeron un comunicado en las proximidades de la planta del Páramo de Masa -a la que se dirigieron a pie o en bicicleta desde el pueblo de Quintanilla Sobresierra- en el que se resumían todas sus reivindicaciones.

Los miembros de colectivos ecologistas y pacifistas denunciaron la falta de ética de algunas entidades financieras por sus vinculaciones con la industria del armamento y solicitaron continuar efectuando la « objeción fiscal » al gasto militar en la declaración de hacienda, para no « ser cómplices » de estas situaciones, que se consideran obligados a denunciar.

Reivindicaciones

Entre las preocupaciones de los participantes también está la incorporación en la planta de munición y explosivos de la provincia de Burgos de una línea de fabricación de armamento procedente de una planta del mismo grupo en Álava. Las nuevas instalaciones se ubicarán en una superficie de 1.400 hectáreas en la zona. Entre los proyectiles y explosivos que se unirán a los que ya se fabrican en la planta estarán, según denunciaron estos colectivos, bombas de racimo o las llamadas « inteligentes », como explicó Elena Juarros, portavoz del colectivo Cauca. El año pasado participaron en la marcha, vigilada por fuertes medidas de seguridad y por un dispositivo de la Guardia Civil, unas doscientas personas de estos colectivos, también acompañados por actividades lúdicas.