Los pinchazos son un accidente laboral relativamente frecuente en los centros sanitarios. En el Complexo Hospitalario de Ourense se registraron durante el año 2005 un total de 219, casi la mitad con el personal de enfermería como protagonista.
Dos trabajadoras de este colectivo en el Complexo Hospitalario de Ourense (Chou) presentaron el 24 de agosto en Sao Paulo (Brasil) un estudio que evalúa los costes económicos de la accidentabilidad por bioinoculación, es decir, los gastos derivados de un pinchazo. Su comunicación recibió una mención honorífica.
Los datos más recientes del Complexo Hospitalario de Ourense indican que, de los 219 pinchazos producidos en el 2005, 85 afectaron a enfermeras y 16, a auxiliares. El resto lo sufrieron médicos y personal de otras categorías laborales.
« En personal de enfermería está al orden del día -explica Cándida Pérez, coautora con Ana Gavilanes del estudio presentado en el congreso de asociaciones de enfermería del trabajo-. Pero el hecho de pincharte -matiza- no implica un riesgo importante, tienen que concurrir varias características : que el paciente esté infectado y que tenga riesgo de contagio alto ; ante la duda, el trabajador debe declarar cualquier tipo de accidente porque este tipo de enfermedades no tiene por qué aparecer en el momento en que se hace el control ». La hepatitis B es la enfermedad que más se contagia en estos pinchazos accidentales ; en orden decreciente, la hepatitis C, en casos mínimos, y el VIH, muy ocasionalmente. « La gente que se pincha más de una vez -ilustra Cándida Pérez-, es reacia a decirlo porque piensa que es por torpeza pero, muchas veces, no se mira el trasfondo y es que trabajan más rápido de lo debido y por eso hay más accidentes ; también puede ser debido a falta de atención en algo que estás habituado a hacer ».
Fuente: Mar Gil/www.lavozdegalicia.es
