Se llama Michael Morales y desde ayer es noticia, tiene 46 años y hace 25 años, cuando tenía 21, violo y asesino a una joven lo que motivo una condena a muerte bajo todo tipo de sospechas de ser un juicio basado en un falso testimonio de uno de los testigos.
Durante 25 años ha estado en el corredor de la muerte y ha demostrado, según nos cuentan ahora, arrepentimiento ¿ ? y rehabilitación ¿ ? pero esto no ha sido suficiente para el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, que se ha negado a conmutar su pena de muerte por la de cadena perpetua.
Todo ello es parte de la idiosincrasia de la sociedad americana que mantiene la pena de muerte en la mayoría de sus estados y la exporta como paladín de todas las democracias a terceros países sin rubor, ni pundonor.
Una sociedad capaz de tener a una persona 25 años en el corredor de la muerte a la espera del cumplimiento de una condena a muerte que solo se materializa en unos minutos. Que nadie tome estas ultimas palabras mías como un alegato al cumplimiento inmediato de toda condena a muerte ni mucho menos, estoy en contra de esa potestad que da al gobierno la posibilidad de asesinar a sangre fría a cualquiera que le estorbe y estoy también frente a eternizar en el tiempo esta venganza social que es, sin lugar a dudas, la pena de muerte.
En Estados Unidos se han materializado muchas penas de muerte y se han ejecutado después de muchos y largos años de espera en esos corredores de la muerte, su actual presidente se ha jactado públicamente de ser el gobernador que mas penas de muerte ha firmado. En Estados Unidos, como no podía ser menos, se han asesinado legalmente a muchos inocentes y dejado libres a muchos culpables, es mas por cada preso condenado a muerte en juicios dudosos ha quedado un culpable, como mínimo, libre. La sociedad americana, o parte de ella, se conforma con tener reos a los que culpar de sus males y sus pesadillas, otra cosa diferente es que muchos de estos sean victimas inocentes de estos intereses nacionales.
Pero seguramente este análisis critico de la sociedad y sus pequeñeces es parte de mi animadversión hacia este estado americano que esta convirtiendo el mundo en un lugar inseguro y peligroso, seguramente no todos ellos tienen todas las culpas, cada uno deberemos admitir las nuestras, que sus gobernantes materializan.
Michael Morales debería haber sido ejecutado mediante inyección letal pero los dos anestesistas encargados de que el preso no sufriese, muerte si pero sin que sufra, se han negado hacerlo por razones éticas y morales. Según parece el estado si puede matar a un preso pero no puede hacerle sufrir y la función de estos anestesiólogos era la de administrar de nuevos químicos mortales si la inyección de pentotal sádico no cumplía su cometido.
Los abogados del reo manifestaron que la aplicación de la inyección de pentotal sádico, que en su día sustituyo por ser mas humanitaria a la silla eléctrica, representa un castigo cruel que prohíbe la Constitución americana y es por ello que se requirió los servicios de ambos anestesistas sin conseguir la participación activa de los mismos. La inyección paraliza al condenado pero no le deja necesariamente inconsciente es la conclusión a la que ha llegado un estudio de la Universidad de Miami.
Por eso se ha tenido que posponer la ejecución de Michael Morales un tiempo mas… otra cosa diferente es que el asesinato por el cual fue condenado, injustamente según sus abogados defensores, tuviese lugar hace 25 años y que el preso haya dado pruebas de arrepentimiento y rehabilitación durante esta larga estancia en el Corredor de la Muerte de San Quintín. Seguramente el estado encontrara otros anestesiólogos voluntarios que materializaran el cumplimiento de la condena a muerte y con ella la venganza de un estado contra un reo que sin quererlo les ha dejado, una vez mas, con las vergüenzas al aire.
Estados Unidos no puede materializar un acto contra su propia Constitución y la tortura esta prohibida como tal. Otra cosa es torturar en Guantánamo, en Irak, en Afganistán o en cualquier otra parte del mundo.
Ha pasado poco mas de un mes de la ejecución de Clarence Ray Allen, 76 años, ciego y sordo, en este estado de California quien declaro “Hoy es un buen día para morir” poco antes de ser ajusticiado por esa inyección de pentotal sádico que según se desprende ahora no evita el sufrimiento del preso una vez aplicada. Clarence tuvo suerte y solo estuvo 23 años en el corredor de la muerte, tuvo suerte y al final lo asesinaron por imperativo legal sin necesidad de posponer su muerte hasta que el estado encuentre los voluntarios necesarios para llevarla a cabo.
Mi opinión personal es que Michael acabara siendo ejecutado y que lo harán mucho antes de lo que los medios de comunicación parecen prever y es que un estado no se deja doblegar por sufrimientos o pequeñeces de algunos de sus ciudadanos y mucho mas si llevan 25 años en el Corredor de la Muerte.
2.006 febrero 23
Intxaurrondo (Altza – Euskal Herria)
Par : Nebera (Intxaurrondo)
Fuente: Nebera