Reclama las bases
Alrededor de un centenar de personas se han concentrado en la alameda de Bétera para participar en la sexta edición de la inspección ciudadana a la base de la Fuerza de Respuesta de la OTAN. Desde las 10 estuvo montado un puesto informativo que acogió a los participantes que iban acudiendo y les proporcionó una hoja de instrucciones con el esquema de la acción, un mapa de las inmediaciones de la instalación, y la tradicional bata blanca de los inspectores e inspectoras ciudadanas. Un autobús transportó a otro grupo de personas directamente desde la estación de RENFE en Valencia hasta Bétera.
Reclama las bases

Alrededor de un centenar de personas se han concentrado en la alameda de Bétera para participar en la sexta edición de la inspección ciudadana a la base de la Fuerza de Respuesta de la OTAN. Desde las 10 estuvo montado un puesto informativo que acogió a los participantes que iban acudiendo y les proporcionó una hoja de instrucciones con el esquema de la acción, un mapa de las inmediaciones de la instalación, y la tradicional bata blanca de los inspectores e inspectoras ciudadanas. Un autobús transportó a otro grupo de personas directamente desde la estación de RENFE en Valencia hasta Bétera.

A las 11:45 ha partido la marcha de 3 km. por la carretera de Olocau, después de hacer un pequeño pasacalles con música de dolçaina i tabalet por algunas de las calles del centro de Bétera. Durante el recorrido hasta las inmediaciones de la instalación de la OTAN los y las antimilitaristas portaban paraguas decorados con símbolos contra la guerra, fotos de ciudades heridas por conflictos bélicos, banderas y pancartas.

Tras media hora de marcha, el grupo ha llegado al perímetro militar, en la rotonda donde se dividen las dos carreteras que limitan con la base, la que va a Olocau, y la que va a Porta Coeli. En ese punto, la marcha se ha divido en multitud de pequeños grupos de afinidad de 3-6 personas que se han repartido y estirado a lo largo de los dos lados del perímetro militar. Algunos grupos han extendido cinta de señalización de peligro a lo largo de la valla exterior, como forma de clausurar simbólicamente la base.

Foto : Carina del Rosario Al mismo tiempo, un grupo de mujeres, junto con sus hijos e hijas, se concentraba ante la puerta principal de la base, con una pancarta que decía : “Les mares parim la vida… els exèrcits sembren la mort”.

Poco después de la división en grupos de afinidad, se han empezado a producir intentos de entrada a lo largo del perímetro militar junto a la carretera de Olocau. Poco antes de llegar a la salida de vehículos de la base, a la altura de las instalaciones de la Unidad Militar de Emergencias, se ha producido la entrada de personas de diferentes grupos de afinidad. Algunas han sorteado las dos vallas metálicas pasando por debajo, aprovechando su holgura. Otras, han trepado y pasado entre los alambres de espino que coronan las vallas, descolgándose del otro lado. En total, 10 personas han conseguido traspasar el perímetro de seguridad y acceder a la zona de las instalaciones.

Rápidamente han sido todas ellas interceptadas por agentes de la Guardia Civil, precedidos por vehículos militares, e identificadas. Tras unos 20 minutos de espera, los agentes han hecho subir a los activistas en varios vehículos. Justo en el momento en que eran transportados hacia la base, se ha desatado una fuerte tormenta sobre la zona, con granizo incluido, en medio de la cual han sido desalojados los 10 activistas, a través de la salida trasera de vehículos de la base. Los efectivos de la base de despliegue rápido no encontraban las llaves de la puerta de salida, lo cual ha retrasado el desalojo.

Es la segunda vez consecutiva que los y las inspectoras ciudadanas se introducen en el recinto principal de esta instalación de guerra, por puntos diferentes del perímetro de seguridad. Desde la primera edición de la “inspección ciudadana”, más de un centenar de personas han desobedecido la prohibición de entrar en el terreno militar, accediendo también por el campo de maniobras de la base.

Está acción está enmarcada en un movimiento a escala europea para demandar el desmantelamiento de las infraestructuras militares y la devolución de sus terrenos para usos sociales y ecológicos. “Las guerras comienzan en Europa. Paremos la guerra desde Europa”, es uno de los lemas centrales de este movimiento que señala la implicación de los estados europeos en los preparativos de las guerras, ya sea albergando instalaciones militares ofensivas o de apoyo al combate, cediendo infraestructuras civiles como puertos o aeropuertos para el despliegue internacional de tropas, o aumentando el presupuesto público para gasto militar. Este movimiento antimilitarista europeo tuvo su presentación en sociedad el pasado 22 de marzo en el cuartel general de la alianza Atlántica en Bruselas. En la acción “OTAN GAME OVER”, unas 1000 personas de Bélgica y otras 150 procedentes de 17 países europeos intentaron sortear las vallas y alambradas. 50 personas lo consiguieron y 400 fueron detenidas durante varias horas.

La implicación del Estado español en el entramado global de la guerra es cada vez mayor. No solamente a través del comercio y producción de armas y de la participación creciente en las operaciones militares de combate y/u ocupación como en Afganistán, Líbano, Balcanes o Haití, sino también con de los diferentes cuarteles españoles que acogen o pueden acoger en breve plazo infraestructuras de la Alianza Atlántica : el submando regional en Retamares (Madrid), el mando rotario de la Fueza de Respuesta en Bétera(Valencia), la base de vigilancia terrestre (Aliance Ground Surveillance) en Zaragoza y la escuela de pilotos de guerra (Tactical Leadership Programme) en Albacete.

En el caso concreto de la base de Bétera, estas instalaciones albergan el mando rotatorio de la reciente Fuerza de Respuesta de la OTAN, un ejército de carácter netamente intervencionista y ofensivo, capaz de golpear con armamento de alta tecnología en pocos días en cualquier lugar del planeta.


Fuente: Alternativa Antimilitarista – MOC