Nuestro pueblo recoge las mas variadas experiencias a lo largo de los años de lucha. Desde las grandes gestas del 1900 con las masas obreras organizadas por los sindicatos anarquistas, la agitada experiencia revolucionaria latinoamericana de los años 60 y 70 a la lucha piquetera y popular de hoy. Es un camino que transitamos por convicción y por necesidad de liberación.
Pero… ¿anarquistas ? Si. Existe la falsa creencia que asocia el anarquismo con el caos, el terrorismo, la desorganización y el individualismo fanático, cuando no también lo asimilan a un ritmo musical o una corriente de la contra cultura. Sin embargo, el anarquismo ha sido y es una de las alternativas ideológicas de las clases oprimidas y explotadas. Allí donde el anarquismo tuvo influencia sobre el curso de la historia sus filas estuvieron compuestas por mayorías obreras y campesinas.
Las luchas campesinas de Ucrania durante la revolución de octubre, las colectivizaciones de tierras y fabricas en el periodo de la revolución española, o el nacimiento mismo del movimiento obrero en Europa e incluso en Argentina ejemplifican estos dichos. ¿Es posible semejante obra popular sin organización, en el terror, la abulia o la desatención ? Evidentemente no, y es la acción colectiva de resistencia, digna y revolucionaria de los de abajo la materia prima con la que se ha moldeado el anarquismo. Lo que lo ha convertido en herramienta para la liberación integral de hombres y mujeres.
Producto de la lucha de clases, herramienta para la militancia política, social y popular, clasista y revolucionaria la OSL es un vinculo entre todos y todas los que somos fieles a la corriente socialista libertaria del movimiento obrero y popular, expresión de una voluntad colectiva. Hundimos nuestra matriz teórica y militante con el pensamiento anarquista que se manifestó en el seno de la primera Asociación Internacional de Trabajadores.
Una organización popular partícipe del pueblo latinoamericano que construye codo a codo desde abajo organizaciones de lucha, autónomas de partidos políticos, Estado, iglesia y demás instituciones burguesas. Desde nuestros trabajos, nuestros barrios, lugares de estudio, peleando por hacer valer nuestros derechos y conquistando nuestras necesidades.
En política proponemos otra manera de construir y otros protagonistas. Por fuera del parlamento, con unidad, en las calles, en equidad, con democracia y federalismo, donde todos y todas tengan la posibilidad de participar y decidir.
Y revolucionaria es nuestra finalidad. Luchamos día a día con una mirada estratégica y a largo plazo. Creando poder desde abajo para derrotar a los opresores y explotadores de todo signo, con unidad ideológica y táctica y acción colectiva para construir una sociedad igualitaria, socialista y libre.
Nuestra historia
Podemos situar los orígenes de lo que luego sería la OSL hacia la segunda mitad de 1996 cuando una cantidad de jóvenes simpatizantes del anarquismo provenientes de distintos ámbitos comenzamos una serie de discusiones tendientes a superar el estado de dispersión de los elementos libertarios y la ausencia de una práctica militante sostenida en el tiempo. Las ideas fuerza serán anarquismo organizado y sacar el anarquismo a la calle. En busca de un nuevo espacio que superara la ortodoxia y el sectarismo reinantes, comienza a formarse alrededor de aquellas dos consignas un colectivo más o menos estable con el nombre de CAIN agrupación anarquista. Durante aquellos primeros años se desarrolla principalmente un trabajo propagandístico y cultural que, en base a un gran dinamismo, consigue instalar al nuevo colectivo al menos entre los círculos militantes. La edición de En la Calle (actual órgano de OSL) a partir de noviembre del 97, conjuntamente con otros agrupamientos anarquistas (AUCA, de La Plata y OAR de Rosario, ambos disueltos hoy día) consolidará esa presencia pública. Al mismo tiempo se participa de espacios abiertos de lucha antirrepresiva, en la lucha de los estudiantes secundarios y se inician algunos trabajos en barrios populares que, por distintos motivos, no perdurarán. Sin embargo, la actividad desarrollada por el grupo se destaca entre la pasiva escena libertaria local, por lo que se convierte en un referente de jóvenes libertarios Buenos Aires y alrededores atraídos por la idea básica de un anarquismo organizado, o sea de superar la pasividad o el accionar individual, y de hacer al anarquismo protagonista nuevamente de las luchas sociales.
El proceso de maduración política nos lleva del privilegio de lo propagandístico a una paulatina inserción y participación en organizaciones sociales de base, desarrollando trabajos barriales, sindicales, antirrepresivos y de desocupados. Para la segunda mitad de 2000 el proceso se cristaliza el congreso que da nacimiento a la Organización Socialista Libertaria. El desarrollo de la organización estuvo, por supuesto, ligado al desarrollo de la lucha de clases y del contexto social político del país.
Es a partir del 2001, y puntualmente desde el período abierto con las jornadas del 19 y 20 de diciembre de ese año, que comienza a afianzarse el desarrollo de los frentes de inserción. A la par que se vuelca ampliamente la fuerza militante a la militancia social, privilegiando las organizaciones piqueteras, desde el 2002 la OSL promueve espacios de confluencia entre compañeros y compañeras libertarios, organizados o no, que tienen participación en las luchas sociales. Estos intentos por conformar espacios unitarios de discusión política entre libertarios corrieron distinta suerte. Durante los años que siguen se gana en experiencia real y concreta de lucha, y existe una involucración real con las luchas de la clase. Todo esto significó para la OSL un gran aprendizaje, aunque sea difícil transformarlo en lineamientos políticos sistematizados. Sin embargo, el saldo es positivo, ya que se consolida la inserción, se gana cierta influencia en algunos ámbitos y se desarrollan los primeros lineamientos hacia una política de masas libertaria.
Hoy que el desarrollo de la lucha de clases en Argentina no es tan vertiginoso como lo fue hasta 2003, podemos decir que la OSL es una realidad pero también un proyecto. Que se ha desarrollado y madurado políticamente desde las consignas iniciales con las que dimos los primeros pasos hasta la modesta pero importante experiencia ganada en la lucha concreta de los oprimidos. Es una realidad porque los compañeros y compañeras que la integran llevan adelante una militancia cotidiana en organizaciones sociales, tratando de aportar a su desarrollo social y político ; también por la pequeña pero concreta referencia política que ha podido cristalizar. Y es un proyecto con mucho por delante, porque entendemos imprescindible el crecimiento del anarquismo políticamente organizado en el país, avanzar en la articulación política concreta del trabajo de las distintas experiencias libertarias en el camino de construir una organización de alcance nacional de la que la OSL será solo una parte.
Cinco años, un balance
La revuelta en Argentina nos dejó un gran aprendizaje – que lentamente pudo ser sistematizado- pero sobre todo una gran reflexión sobre nuestras propias limitaciones. La recuperación de las calles como escenario de la acción directa y las posibilidades del protagonismo popular nos siguen marcando el camino.
La burguesía supo recomponer hábilmente la crisis política que estalló en diciembre del 2001. En alguna medida, ha logrado descomprimir la combatividad de las organizaciones populares. En base a un doble trabajo de represión y cooptación el gobierno ha ido desarticulando a ese sujeto social heterogéneo que cuestionó el proyecto económico y social del neoliberalismo.
A pesar de los gestos para estar en sintonía con el nuevo ¨progresismo¨ latinoamericano, es claro de qué lado de la lucha de clases se para el gobierno de Kirchner Si por una parte se siguen pagando millones al Fondo Monetario, la criminalización de la protesta no se detiene. El número de presos y presas políticos sigue en aumento, los procesados ya llegan a 4800 en todo el país
Hoy más que nunca nos enfrentamos al desafío de reconstruir la unidad de todos los sectores que luchan, avanzar en la organización independiente de la clase trabajadora, apostar al trabajo militante por reivindicaciones concretas sin perder de vista la perspectiva de construcción de una estrategia de poder popular.
La lucha será más dura para aquellas organizaciones que no resignen la independencia de clase. La conquista de reivindicaciones y la construcción de la necesaria unidad entre organizaciones de desocupados y ocupados requerirá una mayor preparación política.
A pesar de lo adverso de la coyuntura, las distintas luchas -todavía aisladas- de los trabajadores ocupados por aumento de salarios se reproducen todos los días. Es fundamental que estas luchas extiendan, se coordinen, se organicen en base al protagonismo de los compañeros y la compañeras al tiempo que impidamos que la burocracia se apropie de las luchas genuinas de la clase.
Las fuerzas anarquistas tenemos que ser protagonistas de las luchas de clases argentinas y continentales. Los libertarios debemos estar unidos y preparados para las luchas que se avecinan. Cada vez se hace más necesario conformar espacios de diálogo y coordinación política entre los y las anarquistas comprometidos con la lucha, que nos permitan conformar una clara referencia política de lucha clasista, anti-burocrática, anti-parlamentaria, anti-capitalista, en la perspectiva del socialismo y la libertad.
Fuente: OSL