La multinacional francesa del automóvil Michelin ha estado ocultando la verdad sobre el amianto en su planta de Vitoria. El Instituto vasco de Salud Laboral-Osalan concluye en su nuevo informe que, «en contra de lo que indica la dirección de la empresa», la presencia de amianto es un hecho en la fábrica y la exposición de los trabajadores a las fibras de ese producto cancerígeno ha sido generalizada porque se han incumplido las medidas de seguridad que especifica la legislación. El informe destaca que la multinacional no ha realizado las mediciones de exposición del amianto a su plantilla, a pesar de que ese producto estaba presente de forma masiva en las instalaciones y en el sistema de producción, aunque no como materia prima en la fabricación de los neumáticos.
Este incumplimiento ha desencadenado otros. Al no realizar las mediciones preceptivas para conocer la concentración de fibras de asbestos en el ambiente, tampoco se proporcionó información ni formación específica a la plantilla, ni se le facilitó equipos de protección o medidas de limpieza. Osalan especifica que el amianto existe en las instalaciones y ha sido manipulado sin la adopción de especiales medidas de seguridad que evitasen la exposición y la inhalación de fibras de amianto de quienes realizaban esas tareas, «ni de quienes se encontraban en su entorno».
Osalan reabrió la investigación sobre el amianto en Michelin el pasado mes de junio, al hacerse pública una sentencia del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, fechada en 2006, que en sus hechos probados describía los trabajos de desamiantado que realizaba un trabajador accidentado en la planta de Vitoria.
Hasta entonces, la empresa había negado la presencia de ese producto en las máquinas y circuitos de todo el proceso de producción, y consecuentemente sostenía que no había ningún riesgo para la salud de sus trabajadores. Osalan creyó la versión de la empresa cuando en febrero se entrevistó con sus directivos, el médico y el resto del equipo de seguridad laboral. El informe había sido solicitado por un empleado de Michelin que, después de 33 años de trabajo en la factoría de Vitoria, desarrolló un mesotelioma de pulmón, una patología asociada al contacto con el amianto. En consonancia con el informe de Osalan, la Inspección de Trabajo denegó la posibilidad de que registrar el cáncer como una enfermedad profesional.
Pero no era la primera vez que Michelin intentaba borrar cualquier evidencia de la existencia masiva de amianto en todas sus conducciones de calor e instalaciones. Sus abogados recurrieron, sin éxito, los hechos probados de la sentencia del Superior de 2006 en los que se vinculaba a la firma con el amianto. Pero esta actitud ocultatoria ha provocado el efecto contrario. Las conclusiones de la exhaustiva investigación de Osalan van ahora mucho más allá de lo que la empresa podía imaginar.
Según describe este organismo, la exposición de la plantilla de Michelin al amianto ha sido generalizada e indiscriminada al menos desde 1960, año en el que existe el primer registro oficial de importación de amianto por parte de la multinacional. Pero es que, además, desvela que ha ocultado deliberadamente esa situación, ya que, «a sabiendas» de la existencia de este material en algunos aparatos, ha encargado a empresas no incluidas en el Registro de Empresas con Riesgo de Amianto la realización de trabajos de desamiantado, el último el 20 de junio de 2008.
El informe constata que en 1997 otro trabajador solicitó reconocimiento de enfermedad profesional por asbestosis.
Fuente: PEDRO GOROSPE - EL PAIS