En cuanto formaron gobierno, los liquidadores del estado del bienestar, inmediatamente cambiaron la dirección de RTVE; la pérdida de calidad en los programas no tardó en notarse y la audiencia cayó rápidamente. No fue suficiente, sin embargo, porque ahora han vuelto a desembarcar en el ente público creando, según los propios trabajadores, una especie de redacción paralela en los noticieros con periodistas afines, procedentes de los medios ultras que tanto abundan en esta España atascada entre el tardofranquismo y la verdadera democracia.

La razón es obvia, vienen elecciones y el partido gobernante ha perpetrado tantas barbaridades contra el pueblo español, que ya no tiene segura la victoria. De modo que han optado por imponer a sus propagandistas en las redacciones de los informativos para que “cocinen” bien las noticias para los españoles que aún se atreven a ver, desprevenidos, esta infecta TVE…

La razón es obvia, vienen elecciones y el partido gobernante ha perpetrado tantas barbaridades contra el pueblo español, que ya no tiene segura la victoria. De modo que han optado por imponer a sus propagandistas en las redacciones de los informativos para que “cocinen” bien las noticias para los españoles que aún se atreven a ver, desprevenidos, esta infecta TVE…

Así, en los telediarios ya no tendrán cabida esas desagradables imágenes de tantas familias desahuciadas de sus casas porque sus miembros se han quedado sin trabajo y no pueden seguir pagando la hipoteca, familias enteras que son aherrojadas por los mismos bancos que han recibido miles de millones de dinero público, de todos, a fondo perdido, para evitar la quiebra a que los había llevado la pésima gestión de sus dirigentes, casi todos del mismo partido que gobierna. No saldrán imágenes de los pobres que rebuscan comida en los contenedores de basura o de los que malviven en las calles absolutamente abandonados porque lo han perdido todo con esta maldita crisis del capitalismo, ni se verá un mínimo análisis sobre las causas reales de tanta pobreza.

En la TVE no saldrán los suicidios por desesperación de quienes se tiran por el balcón cuando van a desahuciarlos, ni los dependientes que se mueren antes de que les lleguen sus ayudas aprobadas, ni los enfermos de hepatitis que mueren también porque ni la farmacéutica ni el gobierno les pasan la medicina. No habrán reportajes sobre los cientos de miles de jóvenes, y no tan jóvenes, que han tenido que emigrar porque aquí no encontraron trabajo o el trabajo era en condiciones miserables, inaceptables; eso mientras a los mayores nos bajaban los salarios y nos aumentaban los años para jubilarnos, algo de dudosa racionalidad.

Tampoco hablarán de la impagable deuda pública que ha acumulado el gobierno al absorber la deuda privada, tapando los agujeros de las Cajas y empresas que ellos o sus amigos gestionaban ruinosamente, ni de la inmensa fortuna que han dilapidado en obras faraónicas innecesarias, ni de las comisiones y la corrupción generalizada que pudre al gobierno y su partido, ni de los vergonzosos indultos a los pocos de sus compinches que algunos jueces valientes se han atrevido a enjaular…

No, de la vida y los problemas reales no hablarán en la secuestrada RTVE, en cambio sí que sacarán, un día sí y otro también, a ese Gran Hermano que balbucea seseante a través del plasma y a sus siniestros ministros, que nos repetirán hasta la saciedad que estamos saliendo de la crisis (¿quienes?, habría que preguntar), que la austeridad ya se acaba, que cada vez hay más trabajo (¡trabajo basura, semiesclavo!), que España es un ejemplo para los demás países y que vivimos en el mejor de los mundos posibles… Y lamentablemente habrá gente que se lo creerá, ahí están las encuestas que dicen que ya no caen en intención de voto, que empiezan a remontar. Aunque a lo mejor es otra de sus mentiras, que van a repetir como una letanía hasta que nos la creamos.

Es la estrategia de Goebbels, repetir infinidad de veces una mentira hasta que acabe pesando más que la verdad, una estrategia tan vieja y tan utilizada por los malos gobernantes como el “pan y circo” de los romanos. De hecho estos mismos la han aplicado a fondo en Tele Madrid y en Canal 9, QEPD, donde el nepotismo, la corrupción y la duplicación de plantillas alcanzó niveles tan vomitivos que al final la audiencia cayó a índices ridículos, por lo visto ya ni los propios creyentes del partido gobernante lo veían. El resultado final lo conocemos todos: una deuda astronómica, el ente arruinado y un cierre vil, indigno, vergonzante y carísimo. ¡Ay, cuánto sabemos en Valencia de ruinas de empresas públicas! Terra Mítica, Ciudad de la Luz, Ciudad de las Artes y las Ciencias, Oceanográfico, Aeropuerto de Castellón, Canal 9, …

Es curioso como esta fauna corrupta se llena la boca loando la empresa privada, cuando ellos no sobrevivirían lejos de la empresa pública, porque no saben gestionar ninguna y viven de parasitar lo público como sanguijuelas o vampiros. Si gestionan alguna empresa privada, o consiguen subvenciones y contratos ventajosos de las instituciones que han copado sus compinches o las arruinan rápidamente. Tenemos ejemplos paradigmáticos, como el de Díaz Ferrán, aquel que fue máximo representante de la patronal española y hoy está en la cárcel por blanqueo de capitales, alzamiento de bienes y delito contra la Hacienda pública; o el de Rato, que dirigiendo el FMI no vio venir la crisi que tenía delante y acabó de hundir Bankia llevándose por delante a millones de pequeños ahorradores; o las concesionarias de autopistas y recientemente rescatadas con el dinero de todos. Curioso capitalismo éste, que cuando hay beneficios son privados y cuando hay pérdidas se nacionalizan…

La respuesta colectiva a este nuevo asalto a RTVE, o al menos la respuesta de los colectivos progresistas debería de ser de rechazo y denuncia unánime, absoluta, sin paliativos; y los trabajadores deberían espabilarse y boicotear con toda su fuerza estos cambios aberrantes, porque empiezan duplicando la plantilla y acaban cerrando la empresa por ruina galopante…

Y paralelamente hay que buscar canales alternativos de comunicación que nos permitan llegar al grueso de la población, porque los grandes medios escritos y audiovisuales están endeudados o comprados por bancos y grandes empresas, en manos de las cuarenta familias multimillonarias de España; por lo tanto vomitan continuamente una información embrutecedora, sesgada, tendenciosa, manipuladora. Hay que potenciar medios como éste digital, que todavía son libres y, además, hay que crear otros más potentes, independientes de los poderes fácticos, para poder llevar información objetiva, veraz y razonable a todos los ciudadanos. Nos estamos jugando la democracia y el bienestar futuros.

Pedro Domínguez

 


Fuente: Pedro Domínguez