La magnitud de los residuos tóxicos en América Latina es mucho mayor de lo estimado inicialmente y alcanzó proporciones «temerosas», lo que requiere una urgente intervención, según afirma en un comunicado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
Según la agencia de la ONU, con sede en Roma, los residuos químicos tóxicos procedentes de los pesticidas obsoletos almacenados en el continente ascienden a entre 30.000 y 50.000 toneladas, es decir, entre tres y cinco veces más de los estimado inicialmente.
«Las anteriores estimaciones de la FAO, basadas en información proporcionada por los países miembros de la región, indicaban un total de unas 10.000 toneladas de productos químicos que necesitaban ser eliminados», aseguró Mark Davis, coordinador del programa de Prevención y Eliminación de Pesticidas Obsoletos de la FAO.
«Sin embargo ha comenzado a surgir un panorama más preocupante que indica una cifra mucho mayor y que se estima entre 30.000 y 50.000 toneladas» añadió Davis.
En Colombia, por ejemplo, las autoridades localizaron cerca de 5.000 toneladas de pesticidas enterrados en un lugar donde se habían establecido familias de desplazados y donde se proyecta construir un complejo residencial.
En Paraguay se lleva a cabo un gran esfuerzo para retirar 125 toneladas de pesticidas y materiales contaminados que fueron dañados por un incendio en la capital, Asunción, en julio de 2003.
«Los esfuerzos para apagar el fuego produjeron una contaminación grave en el río Paraguay -que atraviesa luego Argentina y desemboca en el océano Atlántico -afectando a una población cercana donde los residentes presentan ahora síntomas de intoxicación crónica.»
En Bolivia fueron localizadas partidas con antiguas donaciones de pesticidas con compuestos de arsénico y productos para la fumigación muy volátiles en áreas residenciales y cerca de importantes reservas acuíferas, incluido el lago Titicaca.
La FAO ha organizado un programa regional de formación en nueve países de Latinoamérica. Sin embargo, el Programa de Pesticidas Obsoletos de la FAO carece de nuevos fondos para apoyar este trabajo en Latinoamérica, según advirtió Davis.
Por ello la organización de la ONU ha realizado un llamamiento a los donantes para permitir que la región cumpla con los estándares internacionales en este campo.
Fuente original :El Comercio