Entidades sociales y de derechos humanos solicitan a las administraciones mexicanas que garanticen la seguridad necesaria para el regreso de más de 100 familias desplazadas y acosadas en la región de Chiapas.

Entidades sociales y de derechos humanos solicitan a las administraciones mexicanas que garanticen la seguridad necesaria para el regreso de más de 100 familias desplazadas y acosadas en la región de Chiapas.

Silvia Torralba / Canal Solidario Catalunya

Aunque el conflicto en Chiapas parece haber desaparecido de la agenda internacional, la situación no ha mejorado para los indígenas y las bases de apoyo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional. El ejemplo más claro es la agresión sufrida hace unos días por cerca de medio millar de indígenas que, acosados por sus vecinos y simpatizantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), se vieron obligados a huir de la región, a la que esperan regresar en unos días con varias organizaciones sociales como observadoras.

“La guerra planeada por los malos gobiernos junto con sus caciques locales, como los presidentes municipales y sus paramilitares, cada día va creciendo sus amenazas y sus ataques contra las comunidades de resistencia y sus autoridades autónomas”, advierte la Junta de Buen Gobierno ‘Caracol 2’, uno de los espacios de gobierno paralelo creados por los zapatistas el pasado mes de julio. Hace unos días, y para protestar por el corte del servicio de agua potable a varias comunidades de Jechbo, Elambo alto y Elambo bajo, en el municipio de Zinacantan, 4.000 indígenas de la zona organizaron una movilización pacífica para reclamar a las autoridades locales el derecho de los pueblos al agua potable y el retorno de uno de los pozos. La caravana también aprovechaba la marcha para hacer llegar 45.000 litros de agua a las familias afectadas, que no tenían acceso a este recurso desde el pasado mes de diciembre.

La primera etapa de la manifestación transcurrió sin problemas ; los indígenas pasaron por la comunidad de Pasté y llegaron a la región de Jechbo, donde portavoces de las bases de apoyo zapatistas aprovecharon para reclamar a las autoridades locales el derecho a los recursos naturales por parte de los indígenas y defendieron el funcionamiento de las Juntas de Buen Gobierno. Al finalizar el discurso zapatista e iniciar el regreso a sus comunidades, los indígenas “se encontraron con que el camino había sido cortado con troncos y piedras a la altura de la comunidad de Pasté por unas 150 personas del Partido de la Revolución Democrática originarios de la misma comunidad. Después de unos 40 minutos de espera, los participantes en la marcha empezaron a retirar las piedras del camino para pasar y fueron agredidos con piedras, cohetes e incluso con armas de fuego”, explica el Centro de Derechos Humanos Fray Bartomolé de Las Casas.

Según la Junta de Buen Gobierno ‘Caracol 2’, a consecuencia de las agresiones 35 personas resultaron heridas de gravedad y varias decenas, heridos leves. También a causa del ataque y del miedo infundado en las comunidades, 109 familias – 484 personas – “tuvieron que desplazarse a otros lugares”. Unas horas después, los simpatizantes del PRD “fueron a la comunidad de Jechbo para saquear y destruir varias casas, tirar los 45.000 litros de agua y destruir los diferentes depósitos con que contaban las familias afectadas.”

Retorno con una caravana de acompañamiento

En la actualidad, los 484 desplazados zapatistas se encuentran “en malas condiciones de alojamiento y enfrentan una grave falta de alimentos y atención médica”, señala el diario mexicano La Jornada, que durante los últimos días también ha recibido fuertes presiones del Gobierno por informar sobre lo ocurrido y sobre la situación que se vive en Chiapas.

Según la Junta de Buen Gobierno ‘Caracol 2’, los indígenas desplazados podrían regresar en los próximos días, acompañados de una delegación formada por miembros de la sociedad civil, que desempeñarían funciones de observadores. También se prevé la creación de “campamentos civiles por la paz” en las comunidades donde retornen las familias.

El regreso de los indígenas, además, debería ir acompañado de medidas que “hagan justicia y castiguen a los agresores de la manifestación pacífica”, así como de mejoras en las comunidades zapatistas, para que puedan acceder sin problemas a recursos básicos como el agua potable. Esta petición de la Junta de Buen Gobierno la hacen también organismos como la Red de Defensores Comunitarios por los Derechos Humanos, Enlace Civil y entidades españolas de apoyo a la causa zapatista.

Negociaciones estancadas

Diez años después del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la situación de las comunidades indígenas no ha experimentado grandes mejoras. De hecho, hace años que los zapatistas y el Gobierno mexicano no se sientan a negociar.

A pesar de la gran marcha zapatista realizada en febrero del año 2001 y de las reclamaciones para avanzar en el respeto de los derechos y la cultura indígenas, las peticiones del EZLN no han sido escuchadas. La principal prueba de ello es la Ley sobre Derechos y Cultura Indígena aprobada por el Congreso de la Unión, que no responde a las demandas de la población indígena y que, a pesar de las reclamaciones y quejas del EZLN y los propios indígenas, fue aprobada por la Cámara mexicana.

Canal Solidario