La empresa ha decidido tirar por la calle de en medio, enseñar los dientes, mostrar esa otra cara de la multinacional menos amable que la que muestra a sus clientes, y sancionar con DESPIDO a ocho miembros del Comité de Huelga de GMO’s de Madrid. Su único delito : participar en una huelga que reivindica el mantenimiento y mejora de las condiciones laborales en materia de Seguridad y Salud.
El salto cualitativo es brutal, la empresa (dirigida por Cesar Alierta, el cual ha sido citado a declarar el próximo mes de octubre como imputado por un presunto delito de uso de información privilegiada en la venta de acciones de la antigua Tabacalera) decide sancionar con el DESPIDO como medida de represión. Paradojas de la vida.
¿No sería más fácil utilizar más recursos, económicos y humanos, para paliar la precaria situación de algunos de los trabajadores de esta privatizada compañía ?, véase los Operadores de GMO (trabajos en solitario) o los Asesores de Comercial (mantenido estrés laboral). ¿No tiene límite la voracidad económica ?, ¿no se respeta ni la propia seguridad y salud de los trabajadores ?.
Los trabajadores de Telefónica tenemos que ser conscientes de que estamos hablando de DESPIDOS. La plantilla debe ser consciente de la gravedad de la situación porque de su movilización dependerá el cambio de actitud de la empresa.
La respuesta a las huelgas de GMO está siendo un éxito, con un incremento continuo de participación, con 32 provincias movilizadas que en septiembre se extenderá a todo el territorio nacional. Si en su día decíamos que el mejor pliego de descargo era la participación en la huelga, ahora con mucho más motivo, está participación y la del resto de la plantilla en futuras movilizaciones se debe convertir en el salvavidas de los sancionados.
Nos jugamos mucho, no solo nuestras condiciones laborales a corto y largo plazo, también la reducción de la prepotencia con la que la empresa puede afrontar este proceso y los venideros.
La respuesta unánime y contundente de plantilla y organizaciones sindicales pararía a la empresa en este proceso de acoso y derribo, no podemos olvidar que la gran fuerza de los trabajadores de telefónica reside en el número :
¡¡32.000 trabajadores pidiendo el respeto a sus derechos, derechos fundamentales a la huelga y al trabajo !!.
Madrid, 11 de agosto de 2005
Fuente: CGT Madrid
