La documentación reportada por la empresa sobre trabajos extraordinarios abonados en 2022 y 2023 es un disparate. Se han seguido realizando una enorme cantidad de horas extras y trabajos en días libres; en un reparto poco equitativo estos se siguen asignando con favoritismo, en perjuicio de algunas personas que también tienen necesidad de realizarlos. Hablamos de jornadas abonadas en salario, pero existe otro montón enorme de jornadas compensadas en tiempo de las que la empresa no tiene ni idea. La suma de todos esos extras supondría la contratación anual de varias personas.

Continúa el manipulado de actas y el intento de silenciar nuestras voces cuando lo que decimos no agrada, algo que por supuesto no aceptamos. Después de haber solicitado acceso al espacio en Intranet que siempre ha existido para informar al colectivo, la pestaña destinada a las secciones sindicales ha sido clausurada en un nuevo acto de censura por parte de la FTR. La Fundación sigue contratando artistas a razón de varios miles de euros por un solo día de trabajo, mientras la plantilla tiene que denunciar a la empresa cuando quiere recibir pagos que le corresponden.

Los intentos de no devolver los días libres trabajados y pagar las horas extras en veladas como horas diurnas han fracasado. Seguimos peleando contra el capricho empresarial de obstaculizar el disfrute de las entradas para ensayos generales a que tenemos derecho. Y ya veremos al final cuánta gente se queda fuera del plan de formación este año, mediante la maniobra del cambio de correo corporativo obligatorio a otro «voluntario». Eso sí, el Plan del Empleado es sin duda el proyecto más maravilloso que hemos tenido nunca en este teatro y por fin podemos contar con algo verdaderamente ilusionante.

El director técnico que eligieron a dedo para llevar el Daoíz y Velarde ha sido finalmente despedido. Ya hay fecha señalada para el juicio por conflicto colectivo en favor de una mejor contratación del personal de ese centro, será el 1 julio de este año.

Ojalá el teatro Real fuera la mitad de lo que dice ser.

 


Fuente: CGT Teatro Real