Artículo de opinión de Gabriel Rodriguez Tapiz, del grupo de Acción Social de CGT/LKN-Nafarroa
El planeta entero está inmerso en un proceso de negociaciones para un nuevo marco de relaciones comerciales internacionales, algunas de esas negociaciones ya son conocidas por la ciudadanía europea: el TTIP, el TISA … Otras, nos son totalmente desconocidas, como es el caso del Acuerdo de Asociación del Pacífico (TPP en sus siglas en ingles). Este acuerdo pretende facilitar las transacciones económicas y comerciales entre 11 países del Pacifico (Estados Unidos, Canadá, Japón, Singapur…) cuyas economías representan el 40% del PIB mundial.
El planeta entero está inmerso en un proceso de negociaciones para un nuevo marco de relaciones comerciales internacionales, algunas de esas negociaciones ya son conocidas por la ciudadanía europea: el TTIP, el TISA … Otras, nos son totalmente desconocidas, como es el caso del Acuerdo de Asociación del Pacífico (TPP en sus siglas en ingles). Este acuerdo pretende facilitar las transacciones económicas y comerciales entre 11 países del Pacifico (Estados Unidos, Canadá, Japón, Singapur…) cuyas economías representan el 40% del PIB mundial.
Esta semana pasada los demócratas bloquearon al presidente Barack Obama, uno de los mayores defensores de la liberalización comercial, la ley (TPA) que le permitía negociar el TPP. La cámara de Representantes vinculaba esa ley con la protección de derechos de los trabajadores y al no aceptarse esta exigencia, se rechazo la propuesta de ley.
EEUU, Canadá y México firmaron el acuerdo NAFTA, el resultado fue la deslocalización de miles de empresas del sur de EEUU que fueron trasladaras al norte de México. Así, se perdieron 800.000 mil puestos de trabajo y las condiciones laborales de la clase obrera norteamericana sufrieron un considerable deterioro. Las presiones de los sindicatos estadounidenses sobre los demócratas han alimentado las reticencias de estos últimos sobre este tipo de acuerdos comerciales. La lucha sindical ha dado sus frutos y Obama lo tiene más difícil en su política antisocial.
En Europa el pasado miércoles el parlamento Europeo tenía que haber votado una propuesta de la Comisión Europea para dar el visto bueno a las negociaciones del TTIP, y dentro de la misma a los ISDS, tribunales para la resolución de controversias económicas al margen de la jurisprudencia europea e internacional. El texto de la propuesta que había sido elaborado por el socialista Bernd Lange y avalado por la comisaria de Comercio Cecilia Malmström, tenía el apoyo de los grupos conservadores, liberales y socialdemócratas por lo que todo apuntaba a que sería aprobado sin grandes dificultades. ¿Qué ha pasado para que finalmente no se haya realizado la votación? La respuesta la podemos encontrar en los siguientes acontecimientos: Los días anteriores a la misma miles de personas se movilizaron exigiendo la no aprobación de la propuesta, muchos militantes de los partidos socialdemócratas europeos mostraron su malestar y disconformidad con el texto. Los socialistas europeos en su laberinto, recularon y presentaron varias enmiendas a su propia propuesta. Ante la posibilidad de que la Euro Cámara rechazase las negociaciones que se están llevando con EEUU para aprobar el TTIP, el pleno ha decidido posponer la votación y seguir negociando para lograr un acuerdo entre los grupos que apoyan el TTIP.
Ya estamos viendo que las negociaciones para alcanzar un acuerdo Transatlántico de comercio, están siendo mucho más difíciles de lo que algunos esperaban. Conforme se van conociendo los entresijos de la negociación, la oposición ciudadana va creciendo y esto es lo que más temen los negociadores, que las personas que vamos a sufrir esa nueva forma de entender los intercambios comerciales, nos informemos y movilicemos. No estamos en contra de que se firmen acuerdos comerciales, este mundo globalizado así lo exige, pero entendemos que el eje de esos acuerdos tiene que ser la defensa de la economía y el comercio local, en lugar de la destructiva lógica del capitalismo. Solo lo pequeño y cercano nos va a garantizar una economía solidaria y justa. Es mucho lo que nos estamos jugando y estamos convencidos que es posible tumbar el TTIP.
Gabriel Rodriguez Tapiz
Fuente: Gabriel Rodriguez Tapiz