Las personas con diversidad funcional también tienen derechos a una vida independiente.
Con motivo de la celebración del próximo 3 de diciembre del día internacional de la Discapacidad, un día más en el calendario oficial de hipócritas buenas intenciones, la CGT desea mostrar públicamente su apoyo a todas las personas con diversidad funcional -así prefieren denominarse a quienes llamamos paternalistamente “discapacitados/as”-, y que luchan día a día por desarrollar su vida en igualdad de derechos y oportunidades.
Las personas con diversidad funcional también tienen derechos a una vida independiente.
Con motivo de la celebración del próximo 3 de diciembre del día internacional de la Discapacidad, un día más en el calendario oficial de hipócritas buenas intenciones, la CGT desea mostrar públicamente su apoyo a todas las personas con diversidad funcional -así prefieren denominarse a quienes llamamos paternalistamente “discapacitados/as”-, y que luchan día a día por desarrollar su vida en igualdad de derechos y oportunidades.
Por ello, consideramos necesario ser sumamente críticos con el proyecto de la futura Ley de Autonomía Personal, que el PSOE quiere vendernos como la gran apuesta social de su legislatura. Sin embargo, el tratamiento legislador de las personas con diversidad funcional sigue desconsiderando su dignidad como personas y como ciudadanas/os con plenos derechos.
No se contempla en ningún momento la figura del ASISTENTE PERSONAL que atienda a los cuidados cotidianos que necesitan, ni se recoge el PAGO DIRECTO, como piezas indiscutibles para la promoción de la vida independiente, reivindicaciones sostenidas largo tiempo por el colectivo de la personas con diversidad funcional. Por el contrario, se mantiene el pago en función de los ingresos, aspecto este que no se aplica en el resto de los denominados “pilares del bienestar”, como la sanidad o la educación.
Por otro lado, esperamos que la administración tome conciencia, de una vez por todas, de las difíciles condiciones de vida que tienen que soportar muchas personas con diversidad funcional, que se encuentran, a menudo en contra de su voluntad, internadas en instituciones públicas y privadas. Reivindicamos que se adopten las medidas oportunas para que tanto los/as profesionales como los/as afectados que se atreven a denunciar situaciones de abuso y acoso en estos centro, dejen de recibir como recompensa el despido o la incapacitación, condenando de esta forma a miles de personas a la más absoluta indefensión, impropia de una sociedad democrática.
No podemos olvidar a las personas trabajadoras de los Centros Especiales de Empleo, víctimas inocentes de los intereses políticos, utilizados como mano de obra barata de usar y tirar, y en muchas ocasiones privadas de los derechos laborales y sociales más básicos.
Por último, apostamos por la lucha permanente, frecuentemente callada e invisible, de las personas con diversidad funcional en la consecución de sus derechos humanos y sociales por una vida independiente.
Fuente: Secretaría de Acción Social - Comité Confederal de la CGT