juicio por la masacre de Pueyrredón
En estos momentos, en Argentina, se está desarrollando el primer juicio oral y público vinculado a lo que se ha dado a conocer como “La Masacre de Avellaneda”, ocurrida el 26 de junio de 2002 en los límites de la ciudad de Buenos Aires.
juicio por la masacre de Pueyrredón

En estos momentos, en Argentina, se está desarrollando el primer juicio oral y público vinculado a lo que se ha dado a conocer como “La Masacre de Avellaneda”, ocurrida el 26 de junio de 2002 en los límites de la ciudad de Buenos Aires.

To international public opinion :

At this time, in Argentina, the first public hearing is in progress in connection with what has become known as “The Massacre of Avellaneda,” which took place on June 26, 2002 on the outskirts of the City of Buenos Aires.
At that time, a demonstration of piqueteros (militant unemployed picketers) were making their way to the Pueyrredon Bridge, which joins the Argentine capital with the city of Avellaneda, in order to demand universal unemployment insurance of $150 (currently the equivalent of u$s 50 for each unemployed family). The Argentine State, under the presidency of Eduardo Duhalde, responded with violent repression against the multitude of impoverished men, women and youth. This resulted in the death of two demonstrators (Maximiliano Kosteki and Darío Santillán, today emblems of the whole social and democratic movement in this country) and in 33 officially admitted as having been wounded by lead bullets (although several dozen more were affected) together with repression which spread several blocks from the epicenter and which even reached the public hospital to which the wounded demonstrators and their comrades, friends and family members had sought medical assistance. An operation worthy of the military dictatorship which governed Argentina from 1976 to 1983.
This was a massacre comparable to that of Tlatelolco (México, 1968), Kent State (USA, 1970), Ezeiza (Argentina, 1973) or Tiananmen (China, 1989) : we are in the presence of a case of State terrorism aimed at silencing the popular demands.
During the two months prior to that black day of June 26, in a country shaken by the popular uprising of December 19-20 of 2001, the Argentine government announced in all the communications media a “turn” in their policies towards the so-called “social protest,” a turn characterized by a “hardening.” In and of itself, the sheer magnitude of the events belie any attempt to reduce what is correctly defined as a “massacre” to the actions of three or four members of the police force getting out of control.

Duhalde’s successor to the presidency, Néstor Kirchner, has established a “pact of immunity” with the latter with the aim of presenting the events of that day as the product of “excessive force” on the part of several policemen. The motive is simple : divided among the two large fractions into which the Justicialista Party has split and which respond to each chieftan, are to be found the leaders who had fundamental political responsibility for what occurred, starting with Duhalde himself. The Argentine courts have accepted as fact the thesis of “excessive police force,” upon dividing the case into four separate unconnected cases. Everything points, as part of the long history of impunity in our country, towards the application of a kind of “due obedience law” in reverse : punishing a few members of the police force who carried out the orders, in order to save the superiors who gave those orders.

Darío and Maxi’s family members, the wounded demonstrators, their family members and comrades are mobilizing ourselves and attempting to reach public opinion in order to demand true justice : for there to be punishment not only for those who materially committed the crime but also for the political and intellectual mentors of the “Massacre of Avellaneda.” We do not discard even the possibility of light sentences being handed down against the members of the police force involved.

In this context, we need international public opinion to accompany us and make its voice heard. As one aspect of this international campaign, we are organizing for the latter part of the trial, the visit of personalities from abroad, in order to bring to bear support, with their presence, for our denunciation against impunity and our demand for justice.

We call on you to collaborate by reaching out to us with your solidarity and your adhesion to our demand for justice, by circulating the denunciation we are making and by joining in the chorus of demands directed at the Argentine government.

If you consider it helpful, we would be prepared to expand on the aforementioned and send you a file containing more information on the developments surrounding the trial, as well as background material on the massacre of Puente Pueyrredon (Pueyrredon Bridge), which took place on June 26, 2002.

We look forward to your fraternal reply.


A la opinión pública internacional :

En estos momentos, en Argentina, se está desarrollando el primer juicio oral y público vinculado a lo que se ha dado a conocer como “La Masacre de Avellaneda”, ocurrida el 26 de junio de 2002 en los límites de la ciudad de Buenos Aires.
En aquella oportunidad, una manifestación de desempleados (piqueteros) se dirigía al puente Pueyrredón, que une la capital argentina con la ciudad de Avellaneda, para reclamar un seguro universal al parado de $150 (actualmente equivalentes a menos de U$D 50 por familia desocupada). El Estado argentino, bajo la presidencia de Eduardo Duhalde, respondió con una violenta represión contra la multitud de hombres, mujeres y jóvenes empobrecidos. El saldo fue de dos manifestantes muertos (Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, hoy convertidos en emblemas de todo el movimiento social y democrático de nuestro país) y 33 heridos de bala de plomo oficialmente reconocidos (pero se trata de varias decenas más) y una represión que se extendió a varias cuadras del epicentro y que incluso se extendió al hospital público al que acudieron los manifestantes heridos y sus compañeros, amigos y familiares. Un operativo digno de la dictadura militar que gobernó la Argentina entre 1976 y 1983.

Se trató de una masacre comparable a las de Tlatelolco (México, 1968), Kent State (EEUU, 1970), Ezeiza (Argentina, 1973) o Tienanmen (China, 1989) : estamos ante un caso de terrorismo de Estado pergeñado para acallar los reclamos populares.
Durante los dos meses previos a ese 26 de junio negro, en un país conmovido por el levantamiento popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, el gobierno argentino anunció por todos los medios de comunicación el “viraje” de su política de frente a la llamada “protesta social”, viraje caracterizado por el “endurecimiento”. De por sí, la magnitud de los hechos desmienten cualquier tentativa de reducir lo que correctamente se define como una “masacre” al accionar de tres o cuatro elementos policiales fuera de control.
El sucesor de Duhalde en la presidencia, Néstor Kirchner, ha establecido un “pacto de impunidad” con aquél a los fines de presentar los sucesos de aquel día como producto de “un exceso” por parte de algunos agentes de policía. El motivo es simple : repartidos entre las dos grandes fracciones en que se halla dividido el Partido Justicialista y que responden a cada caudillo, se hallan los dirigentes que han tenido la responsabilidad política fundamental en estos sucesos, empezando por el propio Duhalde.

La Justicia argentina ha aceptado de hecho la tesis del “exceso policial”, al subdividir el caso en cuatro procesos distintos, sin vinculación entre sí. Todo apunta, en la larga historia de impunidad de nuestro país, a aplicar una suerte de “ley de obediencia debida” al revés : castigar a algunos de los efectivos que ejecutaron las órdenes, pero preservar a los superiores que las impartieron.

Los familiares de Darío y Maxi, los manifestantes heridos, sus familiares y compañeros estamos movilizando a la opinión pública para reclamar verdadera justicia : que haya castigo no sólo para los ejecutores materiales sino también para los mentores políticos e intelectuales de la “Masacre de Avellaneda”. No descartamos, incluso , la posibilidad de que finalmente se establezcan penas leves contra los policías involucrados.

En este contexto, necesitamos que la opinión publica internacional nos acompañe y haga sentir su voz. Como un aspecto de esta campaña internacional , estamos organizando para la instancia final del juicio, la visita de personalidades del exterior , para respaldar con su presencia , nuestra denuncia contra la impunidad y nuestro reclamo de justicia.

Llamamos a Ud. a colaborar haciéndonos llegar su solidaridad y adhesión a nuestro pedido de justicia, haciendo circular la denuncia que levantamos y sumándose al reclamo dirigido al gobierno argentino.

Si lo estiman conveniente, estaríamos en condiciones de ampliar lo expresado y enviarle una carpeta conteniendo mayor información del desarrollo del juicio así como antecedentes vinculados a la masacre del Puente Pueyrredon ocurrida el 26 de junio de 2002

Esperamos su fraternal respuesta.

Anexo :

1- Introducción.

2- Lineamientos de la Acusación. Por la Dra. Claudia Braccamonte, representante legal de la familia Kosteki, miembro de Apel (Asociación de Profesionales en Lucha). Fragmentos.

3- Quien es quien en este juicio. Las víctimas – Los familiares – Los imputados – El Tribunal – La fiscalía – Listado de manifestantes heridos el 26/06/02 (oficialmente reconocidos) – La cúpula del gobierno argentino 2002-2003.

4- Los días previos. “Así prepararon la masacre de Avellaneda”. Compilado de medios. Artículo escrito por Paul Castañeda.

5- “A un año de la masacre”. Artículo redactado por Vanina Kosteki (hermana de Maximiliano) en ocasión del primer aniversario de los hechos. Fragmentos.

6- “Condenan a las víctimas, enKubren a los asesinos”. Sobre la condena a Hernán Gurian, manifestante del 26/06/02. Declaración del Partido Obrero / Polo Obrero, aparecida el 5/10/05.

1- Introducción.

En este anexo hemos compilado material que es de público conocimiento y que da cuenta del desarrollo de los hechos y de las características del proceso en forma sintética. En realidad, se han escrito en nuestro país y en muchos países del mundo, toneladas de papel sobre este caso. Además de los testimonios brindados por los testigos a lo largo de las audiencias judiciales, se pueden hallar muchísimos más desperdigados en distintos medios periodísticos y en los periódicos de las organizaciones obreras y de izquierda. Dos fuentes importantes de documentación se pueden hallar en los sitios web del Partido Obrero (www.po.org.ar) y en el que actualizan los militantes del Frente Popular Darío Santillán (www.masacredeavellaneda.org.ar).

Allí se podrán encontrar también las secuencias fotográficas de los medios presentes en aquella jornada, que jugaron un importante papel (junto a la movilización popular de los días subsiguientes) en desbaratar la coartada de los policías hoy acusados.
Respecto de las responsabilidades políticas, éstas son fácilmente rastreables en los periódicos y noticieros de los días previos a los hechos. Consideramos un muy buen resumen el que elaboró Paul Castañeda para Prensa Obrera (“Así prepararon la masacre de Avellaneda”) y que aquí incluimos. Todo el material periodístico fue aportado como prueba a la causa.
Hemos tenido que omitir el informe elaborado por el servicio de inteligencia argentino, debido a las restricciones legales que obstruyen su difusión. De todos modos, por el contenido que fuera ventilado en las audiencias judiciales, lo que queda claro es que el Estado argentino centró su trabajo en el espionaje de las organizaciones populares y aportan como conclusión “que debía impartirse un represión ejemplar” contra las manifestaciones populares (desempleados, ahorristas confiscados, asalariados, estudiantes, el movimiento de asambleas populares, etc).

Asimismo incluimos al comienzo de este anexo los lineamientos de la acusación que fuera presentada por los abogados de la familia Kosteki, militantes de Apel. Para contactarse con ellos, puede hacerlo escribiendo a apelabogados@yahoo.com.ar.

Finalmente hemos considerado conveniente adjuntar una declaración política difundida por el Partido Obrero (una de las organizaciones que participaron de la jornada del 26/06/02 y que sufrieron la represión) sobre la condena que dictó un tribunal sobre Hernán Gurian, militante estudiantil del PO, que fuera detenido tras forcejear con uno de los policías responsables en la ejecución de la masacre. Así, se ha procedido a condenar a una de las víctimas antes de dictar sentencia sobre los autores materiales de los disparos y asesinatos. Tampoco han sido llevados al banquillo de los acusados los responsables políticos por lo sucedido en aquella jornada.

Lo invitamos a leer detenidamente estos testimonios y ha colaborar con nosotros en la lucha por el establecimiento de la verdad y el castigo a todos los culpables.

2- Lineamientos de la acusación.

Por la Dra. Claudia Bracamonte (Asociación de Profesionales en Lucha), representante legal de la familia Kosteki.

Es evidente que estamos en un juicio de gran importancia. La movilización popular que se desarrolla fuera de este Tribunal, la cobertura mediática, muestra claramente que el país entero esta pendiente de la evolución y el resultado de este juicio.

No es para menos si se tiene en cuenta que los hechos que hoy comenzaran a juzgarse, han impactado al país entero. El asesinato de dos luchadores populares, KOSTEKI Y SANTILLÁN, decenas de heridos de bala, una represión brutal, despertaron el repudio de toda la población.

Por otro lado, las consecuencias políticas que produjo, por todos sabidas, fue la renuncia anticipada del doctor Duhalde. No pueden analizarse los hechos si no se tiene en cuenta el entorno político.

Recordamos que en diciembre de 2001 una rebelión popular terminó con el gobierno de De la Rúa. Esa movilización continuó luego contra los presidentes que sucesivamente fueron ocupando el poder. (…) Alguno se animará a objetar que esta parte quiere politizar los hechos. Sin embargo, consideramos que se corre el peligro inverso, la despolitización. Es decir, que los responsables máximos de la masacre, que ocupaban cargos políticos y que aún hoy los siguen ocupando, no sean castigados. (…)

El día 26 de junio de 2002, en la Ciudad de Avellaneda, en el contexto de una manifestación convocada por distintas agrupaciones de desocupados y piqueteros, cerca del mediodía, en las inmediaciones del Puente Pueyrredón, tuvo lugar el «primer operativo conjunto» del total de las fuerzas de seguridad, sumando a la Policía Federal, a la Policía Bonaerense, La Prefectura y la Gendarmería. Iniciada la represión los manifestantes comenzaron a replegarse en distintas direcciones seguidos por los efectivos policiales.

Aquellos manifestantes que se replegaron sobre la avenida Hipólito Yrigoyen fueron seguidos por efectivos que integraban la agrupación Marea Azul (compuesto por personal de Infantería y Caballería) y personal de Infantería.

A la altura de los paredones del supermercado Carrefour, Fanchiotti y Acosta, ubicados en la mitad de la Avenida Hipólito Irigoyen y delante de la línea formada por los efectivos de infantería, disparan sus escopetas con la finalidad de provocar la muerte de las personas que tenían frente a sí, entre las que se encontraban Maximiliano Kosteki, Miguel Ángel Paniagua, Leonardo Raúl Escobar Ferrari y Darío Adolfo Pantoja. Disparan sus escopetas con munición de guerra hacia la muchedumbre, hiriendo en esa oportunidad a los nombrados Paniagua, Escobar Ferrari y Kosteki, quien fallece instantes después a consecuencia de las heridas sufridas (Anexos B a la I de la causa 6643).

La persecución a los manifestantes que se dirigían hacia la estación de trenes de Avellaneda por parte de las fuerzas allí apostadas demuestra por sí sola la existencia de un código y un mando único en la represión que se abatió sobre la movilización piquetera aquella trágica jornada.

(…)

Se trató de una operación de Estado advertida con antelación, ya que desde el 18 de junio de 2002, el gobierno nacional, la Justicia y las fuerzas de seguridad habían avanzado en la definición de las directivas que deberían acatar jueces, fiscales y efectivos uniformados para prevenir y dispersar las protestas como los piquetes. Pero la preocupación del gobierno nacional se evidenció cuando, además de los jefes de las fuerzas de seguridad, se convocó al ministro de Justicia, Jorge Vanossi ; el procurador Nicolás Becerra, y el jefe de los fiscales penales federales, Norberto Quantín. Se definiría así los roles de cada uno de los sectores involucrados al actuar contra la protesta popular.
También se debatió cuál sería la actitud de la Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía Federal y la cobertura a dicho accionar que tendría en la Justicia.

Es el mismo ex presidente Eduardo Duhalde quien advierte que el gobierno no iba a tolerar que la Capital quedara aislada por el accionar de los piquetes, según declaraba el 19 de junio de 2002, día en que encabezó la primera reunión de seguridad.

Estuvieron presentes como representantes de las fuerzas de seguridad sus titulares, Hugo Miranda, de Gendarmería Nacional ; Juan José Beltritti, de la Prefectura, y Roberto Giacomino, por la Policía Federal.

(…)

El 19 de junio, antes de la Asamblea Nacional de Trabajadores de Villa Domínico a la que se le endilgó un plan «insurreccional», se realiza una reunión en la que participan el jefe de Gabinete, el secretario de Seguridad, los jefes de Prefectura, Gendarmería, la Policía Federal, el ministro de Justicia, Jorge Vanossi, el jefe de los fiscales, Nicolás Becerra, y el fiscal de cámara Norberto Quantín, con quienes el gobierno apunta a coordinar las acciones en caso de tener que ordenar desalojos por la fuerza» (Clarín, 19/6). Se resuelve allí el despliegue en masa de las fuerzas de seguridad y Juan José Alvarez, anuncia que el corte de los puentes será tomado como «una acción bélica», lo que supone un plan para contrarrestarlo que no se da a conocer. Ese mismo día, el Gobernador Felipe Solá, se reúne con Duhalde resolviendo la acción conjunta de las cuatro fuerzas de seguridad en las tareas represivas.
Perpetrada la masacre, pero antes de la crisis política que estalla con las revelaciones del periodismo, el gobierno hace una presentación con la firma del Ministro de Justicia Jorge Vanossi, ante la Procuración General de la Nación (contra las organizaciones de los manifestantes) (…).

Sin embargo, la contundencia de las imágenes de la barbarie y las voces de repudio que confluyeron en la movilización de 50.000 manifestantes en la Plaza de Mayo, con el inmenso protagonismo de las Asambleas Populares, provocó que en 48 horas el gobierno pasara de la teoría del complot a la de la brutalidad de algunos personajes policiales, donde todo el esfuerzo estaba puesto en tapar las huellas de la conspiración encabezada por el propio Duhalde.

Este fue el marco institucional otorgado a los aquí imputados, la manutención de la justificación plena de su accionar lo cual adquiere una dimensión especial que les confiere una singular gravedad, cargando sobre los funcionarios públicos en ejercicio al 26 de junio de 2002, la responsabilidad penal correspondiente que esta parte intentará demostrar en el transcurso del debate.

Por ello esta parte reclama se cite en carácter de imputados en los términos del art. 45 del Código Penal a :

1) Eduardo Duhalde, presidente de la Nación al 26 de junio de 2002 y actual representante del Mercosur.

2) Felipe Solá, gobernador de la Provincia de Buenos Aires al 26 de junio de 2002 y cumpliendo idénticas funciones actualmente.

3) Aníbal Fernández, secretario general de la Presidencia al 26 de junio de 2002 y actual Ministro del Interior.

4) Al Sr. Juan José Álvarez, secretario de Seguridad Interior de la Nación al 26 de junio del 2002 y actual Diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.

5) Al Sr. Luis Genoud, ministro de Justicia y Seguridad de la Provincia al 26 de junio del 2002 y actualmente Ministro de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.

6) Alberto Atanasof, jefe de Gabinete al 26 de junio de 2002 y hoy diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.

7) Jorge Matzkin, ministro del Interior al 26 de junio de 2002.

8) Jorge Vanossi, ex ministro de Justicia, hoy diputado nacional por la Capital Federal.

9) Carlos Soria, ex secretario de la SIDE, hoy intendente de Gral. Roca, Pcia. de Río Negro.

10) Oscar Rodríguez, número dos de la SIDE, hoy diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.

11) Carlos Ruckauf, Ministro de Relaciones Exterioes y Culto al 26 de junio de 2002, hoy diputado nacional por la Provincia de Buenos Aires.

En cuanto a los imputados Alfredo Fanchiotti y Alejandro Acosta entendemos que resultan coautores de los delitos de homicidio agravado, respecto de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y tentativa de homicidio agravado respecto de los manifestantes que se retiraban por la Av. Hipólito Irigoyen hacia la estación férrea de Avellaneda, entre los que se encontraban Miguel Angel Paniagua. En consideración a la imputación específica del agravante de alevosía normado en el artículo 80, inc. 2 del Código Penal, se destaca que los imputados actuaron con conocimiento de la situación de indefensión de las víctimas de autos, aprovechándose de esta situación fáctica.”

Sr. Presidente del Tribunal, a través del aniquilamiento físico de luchadores populares como Maximiliano Kosteki y las demás víctimas, la masacre de Puente Pueyrredón persiguió un preciso objetivo político : aniquilar el proceso de movilización popular iniciado en diciembre del 2001. Actualmente, existen 5.000 causas penales contra luchadores populares que demuestran la continuidad política del viejo régimen. (…)
Hoy se inicia un juicio cuya definitiva sentencia dictará el pueblo.

Tribunales de Lomas de Zamora, 17 de mayo de 2005

3 – Quién es quién en este juicio.

Las víctimas
Se están juzgando los homicidios de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, y las agresiones con postas de plomo sufridas por los manifestantes Aurora Cividino, Marcial Bareiro, Sebastián Conti, Walter Medina, Miguel Ángel Paniagua, Héctor Pantoja.

Los familiares

De la familia de Darío Santillán, su padre Alberto y su hermano Leonardo son quienes vienen sosteniendo públicamente el reclamo de justicia. Vanina, Mara y Julieta Kosteki, son las hermanas de Maxi que asumieron el reclamo público tras el fallecimiento de su madre, Mabel Ruiz, en septiembre de 2003.

Los imputados

Los principales imputados son el comisario inspector Alfredo Fanchioti y el cabo Alejandro Acosta por 2 homicidios y 7 tentativas de homicidio. Además, los por entonces policías bonarenses Félix Vega, Gastón Sierra, Lorenzo Colman, Carlos Quevedo y Mario de la Fuente serán imputados por el delito de encubrimiento agravado y el ex policía Francisco Robledo será juzgado por el delito de usurpación de “títulos y honores”, al actuar como policía durante la represión.

El Tribunal, los jueces

El juicio estará a cargo del Tribunal Oral Nº 7 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora, sito en Camino Negro y Av. Larroque. El tribunal está integrado por los jueces Roberto Lugones, Elisa Moyano y Jorge Roldán.

La Fiscalía

El fiscal encargado de la acusación durante el juicio será el Dr. Bernardo Schell. La etapa de instrucción estuvo a cargo del fiscal Juan José González, cuestionado por haber sido miembro de la misma policía bonaerense que debía investigar.

Listado de heridos de bala*

Abraham Alejandro – MTR – Plaza Alsina – Traumatismo en pierna derecha – Exp. Fjs. 543/1807
Álvarez Héctor – MTR – Plaza Alsina – HAF reg tórax / Sin salida – Exp. Fjs. 445
Arredondo Juan – A. Verón – Cercanías estación Gerli – HAF nalga y tobillo izquierdo – Testimonio directo
Bareiro Marcial – A. Verón – Av. Pavón y Mitre – HAF pierna derecha, fractura peroné – Exp. Fjs. 2004/3657
Blais Roberto – – HAF mano izquierda – Exp. Fjs. 1111
Cano Alberto Martín – A. Verón – Av. Pavón y Mitre – HAF nalga izquierda – Exp. Fjs. 3981
Cividino Aurora – Asam. San Telmo – Av. Pavón y Mitre – HAF pierna derecha y muslo izquierdo – Exp. Fjs. 41/4118/4141
Conti Sebastián – A. Verón – Av. Pavón y Mitre – HAF región dorsal tórax y brazo izq. – Exp. Fjs. 447/3663
Chamorro Ezequiel – C.U.Ba. – Plaza Alsina – HAF rodilla izquierda – Exp. Fjs. 2149/02162
Escobar Leonardo – A. Verón – Av. Pavón alt. Carrefour – HAF en pierna – Testimonio directo
Farías Gómez Sergio – Polo Obrero – Av. Mitre – HAF en muslo – Exp. Fjs. 799
Fernández Jorge – Mitre y Montes de Oca – HAF lado izquierdo pecho – Exp. Fjs. 1974/2147
Geroz Juan José – – Múltiples lesiones – HAF en dorso – Testim. periodístico
González Julio César – MTR – Plaza Alsina – Dos HAF en pierna izquierda – Exp. Fjs. 807/1067
Gramajo Gladis – MTR – Calle San Martín – HAF en espalda – Testim periodístico
Herrera Manuel – Polo Obrero La Plata – En local Izquierda Unida – Dos HAF en pierna – Exp. Fjs. 1149
Insaurralde Sergio – Polo Obrero – Av. Mitre – HAF en mejilla derecha y cuello – Exp. Fjs. 1134/4266
Jerez Julio – MTR – HAF – Testim. Mariano Benítez
Kosteki Maximiliano – A. Verón – Asesinado en Av. Pavón alt. Carrefour
Lovari Marx Germán – Estacionamiento Bingo – HAF pie izquierdo, alojado – Exp. Fjs. 2770
Maiorano Pedro – MTR – Fractura expuesta en pie derecho – Testim. Silvina Rodríguez
Medina Walter Javier – A. Verón – Av. Pavón y Mitre – HAF en el abdomen – Testimonio directo
Medina José Evaristo – A. Verón – Av. Pavón y Mitre – HAF tobillo izquierdo – Exp. Fjs. 440
Palavecino Roberto – Polo Obrero – Calle San Martín – HAF omóplato izquiedo, alojado – Exp. Fjs. 4791/4812
Paniagua Miguel Ángel – A. Verón – Av. Pavón alt. Carrefour – HAF pierna derecha debajo de rodilla – Exp. Fjs. 1897/2144
Pereira Silvio – Empl. municip. – Av. Pavón – HAF clavícula izquierda – Exp. Fjs. 676
Pereyra Ruth – A. Verón – Base del puente – HAF en boca, pérdida de dientes – Exp. Fjs. 4005/ 4917
Pérez Mario – A. Verón – Base del puente – HAF fémur der., rodilla izq. y pierna izq. – Exp. Fjs. 443
Rodríguez B. Silvina – MTR – Calle San Martín – HAF muslo izquierdo. Sin salida – Exp. Fjs. 792
Romeo Carlos – A. Verón – Av. Pavón – HAF clavícula derecha – Testimonio directo
Russo Sebastián – FTC – Calle San Martín – HAF pierna derecha. Fractura peroné – Exp. Fjs. 3218/ 1112
Santillán Darío – A Verón – Asesinado en Estación Avellaneda
Torales Leonardo – Polo Obrero – Av. Mitre – HAF pulmón. Proyectil alojado – Testim Norma Jiménez
Valdovino David – P. Alsina – HAF pie derecho, extremo talón – Exp. Fjs. 1056/1964

*HAF : Herida de Arma de Fuego. Se especifican Expediente y Foja donde están asentados los testimonios.

Cúpula del gobierno argentino 2002-2003 (Presidencia de Eduardo Duhalde)

Ex-vice Jefe de Inteligencia

Oscar Rodríguez

Ex vice Jefe de Inteligencia

2002 : Vice Jefe de la SIDE 2005 :

Diputado Nacional

Ex-Jefe de Inteligencia

Carlos Soria

2002 : Jefe de la SIDE

2005 : Intendente de General Roca, Pcia. de Rio Negro

Ex-Presidente de la Nación

Eduardo Duhalde

2002 : Presidente de la Nación

2005 : Jefe del aparato político del PJ bonaerense, titular de la
Comisión de Representantes del Mercosur

Ex-Secretario de Seguridad

Juan José Álvarez

2002 : Secretario de Seguridad

Interior de la Nación

2005 : Diputado Nacional

Gobernador de Buenos Aires

Felipe Solá

2002 / 2005

Gobernador de la Provincia
de Buenos Aires

Ex-Ministro del Interior

Jorge Matzkin

2002 : Ministro del Interior

2005 : No ocupa cargo público

Ex-Ministro de Justicia

Jorge Vanossi

2002 : Ministro de Justicia de la Nación

2005 : Diputado Nacional por el macrismo.

Ex-Jefe de Gabinete

Alfredo Atanasof

2002 : Jefe de Gabinete del Gobierno Nacional 2005 :

Diputado Nacional

4- Así prepararon la masacre de Avellaneda.

Por Paul Castañeda (para Prensa Obrera)

Hacia mayo de 2002 era evidente el fracaso del gobierno Duhalde, (…) la movilización popular se acentuaba.
A fines de mayo, con la crisis política a punto de devorarlo, Duhalde negoció en La Pampa con los gobernadores del PJ el “endurecimiento de las acciones del gobierno” (Ambito Financiero, 29/5/2002) contra los piqueteros y los movimientos de lucha, para lo cual se debía “incluir a fiscales y jueces” (ídem).

El 7 de junio los diarios publicaban las amenazas del gobierno contra los piqueteros. Ambito Financiero las calificó de “inesperado anuncio”. BAE decía el mismo día que el gobierno “resolvió finalmente ponerles un límite a los piqueteros”. Se comenzaba a poner en marcha lo resuelto entre el gobierno y los gobernadores del PJ. Otro medio (10/6/2002) informabaacercadela “existencia de un plan de represión de las fuerzas armadas” para “impedir la desintegración nacional”. Días más tarde, el canciller Ruckauf llamaba a los aviadores a sumarse a la represión (La Nación).

El 14, de acuerdo con Ambito Financiero “el ministro de Gobierno santafesino, Esteban Borgonovo, dijo que ‘no toleraremos que los piqueteros sitien nuevamente la ciudad’”, y señaló un cambio “de actitud respecto a los piquetes. Borgonovo avisó que, de ahora en más, la política oficial con los piqueteros será más dura”.

El 16, Clarín notificó que el secretario de Seguridad, Juan José Alvarez, consideraba el corte de los accesos a la ciudad como “una acción bélica”. Y agregó un dato : “Durante el gobierno de Eduardo Duhalde, la Secretaría de Seguridad fue sacada de la órbita del Ministerio del Interior y colocada bajo dependencia directa del Presidente, convertida en un virtual ministerio”.
El 17, después de una reunión con Alvarez, Duhalde advirtió : “Hay que evitar los piquetes (…) no puede ocurrir más que se corten los accesos a la Capital Federal” (Diario Popular, 18/6/2002). El 18 de junio se produjo una “reunión cumbre” (cable de la agencia Infosic, publicado en Prensa Obrera Nº 761) “para definir normas contra los piquetes”. El cable consignaba que “por segundo día consecutivo se reunieron en la Casa Rosada los responsables oficiales del área de la seguridad para analizar la actitud con la que el gobierno afrontará las modalidades de protesta social a través de la renovación de los piquetes y disturbios. Pero la preocupación oficial se evidenció hoy cuando, además de los jefes de las fuerzas de seguridad, se convocó al ministro de Justicia, Jorge Vanossi ; el procurador, Nicolás Becerra, y el jefe de los fiscales penales federales, Norberto Quantín. Una fuente gubernamental relató a Infosic que la reunión de seguridad, que el lunes encabezó el presidente Eduardo Duhalde, y hoy el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, avanzó en definir los roles de cada uno de los sectores involucrados al actuar contra la protesta popular”.

Sigue el cable : “En los encuentros se debatió cuál será la actitud de la Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía Federal [cuyos jefes estuvieron presentes] y la cobertura a su acción que tendrá en la Justicia, a través de los jueces y los fiscales federales en las próximas acciones de piqueteros que preocupan al gobierno”.

El plan represivo preveía la preparación de las comisarías para recibir masivamente detenidos. Clarín del 19/06/02 informa que “la preocupación por la seguridad no estuvo ajena tampoco en el almuerzo que compartieron ayer en la Casa Rosada el presidente Eduardo Duhalde y el gobernador bonaerense, Felipe Solá : acordaron utilizar la capacidad ociosa del Servicio Penitenciario Federal para alojar presos en sus cárceles y descomprimir las comisarías de la provincia” (el 26 de junio, 150 compañeros fueron encerrados en la ‘descomprimida’ Comisaría 1ª de Avellaneda) y “señalaron la necesidad de coordinar las políticas de seguridad entre la Nación y Buenos Aires. Para ello acordaron convocar a una reunión urgente entre organismos de seguridad de ambas jurisdicciones. Para demostrar que lo consideran una cuestión prioritaria, Duhalde y Solá participarían en forma personal de ese encuentro”.

Las amenazas del gobierno se sucedieron todos los días, incluso del propio Duhalde : “Tenemos que ir poniendo orden” (El Cronista, 19/6/2002). Clarín insistió el 20 en el ‘nuevo rol’ de la Justicia : “A la Justicia no la tomará desprevenida cualquier incidente que se pudiera producir”.

Al día siguiente, La Nación informó que “altas fuentes de la Presidencia (…) expresaron su intención de ‘recuperar rápidamente el orden público’”. Y agregó : “Aunque no aparecerá por escrito en ninguna parte, la consigna que recibió la policía es la siguiente : sólo se permitirá el corte de caminos de poca circulación. Cuando los piquetes se instalen en autopistas o puentes, la orden será desalojar”. Y concluyó : “Para esa tarea, el Gobierno ya cuenta con un elemento del que carecía hace unos meses : el apoyo del Poder Judicial, sin cuya orden expresa es imposible realizar desalojos o represiones”.

El 23/06/02, Carlos Ruckauf advirtió a un auditorio de militares que se venían “días de desbordes”. Brinzoni, entonces jefe del Ejército, confirmó que se discutía que esa fuerza “se ocupe de cuestiones de seguridad que hoy están en manos de la Gendarmería y la Policía” (Página/12, 24/6/2002).

El 24, dos días antes de la masacre, Ambito informaba que “la Justicia de la provincia de Jujuy ordenó a la Policía local que garantice la libre circulación de vehículos y peatones por calles y rutas y otorgó facultades para realizar la detención de piqueteros”. El día anterior habían sido allanados los locales de la CTA y ATE de la capital provincial.

Entre el 24 y el 26 de junio medio gabinete salió a atacar a los piqueteros. El 25 se produjo un anticipo de lo que sería la represión del 26. En Tucumán, “la policía local junto con la Gendarmería desalojó tres piquetes en los puentes Lucas Córdoba, San Andrés e Ingeniero Barros, en el último caso con gases lacrimógenos. El despeje fue realizado por pedido del gobernador Julio Miranda (PJ), con conocimiento del juez federal Felipe Terán” (Página/12, 26/6/2002).

El 26, con 3.000 policías, gendarmes y prefectos en la calle, el gobierno jugó la carta de la aniquilación de la protesta popular para alcanzar su gobernabilidad.

5- Aniversario : 2002 – 26 de junio – 2003

A un año de la masacre

Por Vanina Kosteki (hermana de Maximiliano Kosteki)

A un año del Puente Pueyrredón, así lo recuerdo : ese 26, estaba en mi casa, como tantas otras personas que hasta ese momento no habíamos tomado conciencia, y mirando las noticias del mediodía vi la cacería que se estaba haciendo, cómo la policía reprimía sin piedad y no le importaba si la gente era grande o chica. Alrededor de las 14 horas supe que ya había dos muertos ; sin saber, me lamenté por las familias de ellos. A las 19 hs, mi hija mayor me dijo : «Mamá, el tío Maxi está en la tele, donde se hizo el quilombo» ; en ese momento supe que Darío Santillán y Maximiliano Kosteki eran los dos muertos. Las primeras imágenes que vi fueron las peores, es algo que jamás me voy a poder olvidar, y menos por la manera en que lo supe. Las cosas que sentí y viví toda esa semana son difíciles de decir o expresar con palabras, pero por primera vez comprendí que la lucha no es en vano ; lo mataron injustamente por haber ido a reclamar trabajo y esto va mucho más allá de una represión. Acá hay responsables, y no es solamente la policía ; los responsables son políticos y ellos se tienen que hacer cargo. (…) Todos ellos son los responsable de la muerte de Maxi y Darío. Todos ellos tienen que ser condenados y castigados por asesinos encubridores (…).

Durante once meses estuvimos en el Puente reclamando justicia y castigo por los compañeros caídos ; a un año le exigimos al gobierno el juicio a Fanchotti por asesino y a Duhalde por responsable directo.

De esta manera recuerdo a Maxi y Darío, reclamando Juicio y Castigo a los responsables(…). Esta será la forma en que todos tendrán presente que Maxi y Darío lucharon por mucho más que un trabajo, porque el gesto solidario de Darío en quedarse con Maxi sin conocerlo vale mucho más que un plan de 150 pesos. Por eso, como decía Maxi, entre tantas cosas que ha escrito : «Los que tenemos memoria no hemos olvidado».

(…)

6- Sobre la condena a Hernán Gurian, manifestante del 26/06/02.

Declaración del Partido Obrero / Polo Obrero, aparecida el 5/10/05.

Puente Pueyrredón : Aberrante condena contra Hernán Gurian
Condenan a las víctimas, enKubren a los asesinos.

Hernán Gurian fue condenado por el juez Raúl Calvente, del juzgado correccional nº3 de Lomas de Zamora, a 18 meses de prisión condicional bajo las acusaciones de “atentado a la autoridad y hurto en grado de tentativa”, a solicitud de la fiscal, Karina Lameiro.

En realidad, Gurian fue condenado por defender a sus compañeros contra los secuestros y la brutalidad policial desatada en el interior del Hospital Fiorito el 26 de junio de 2002, apenas momentos después de que se dieran a conocer los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. En un hospital atiborrado de manifestantes heridos de bala de plomo, de sus familiares y compañeros, la policía instauró un estado de terror para contener las denuncias contra la sangrienta cacería que acababa de llevar acabo.

Todas las pruebas contra Gurian, que aquel día fue secuestrado, golpeado y amenazado de muerte en la comisaría 1ª de Avellaneda, fueron aportadas por policías acusados de tentativa de homicidio, encubrimiento agravado y usurpación de títulos y honores en las otras causas en las que fue desmembrada la “masacre del Puente Pueyrredón”.
Como en toda farsa, las cosas se presentan invertidas : aquí, los asesinos desfilaron como víctimas y la víctima fue condenada a pedido de los asesinos.
Todo esto representa uno de los puntos más altos del operativo que pretende dejar impune la masacre.

Se inició primero al desmembrarse los hechos en 5 causas diferentes ; de este modo, se pretende ocultar el hecho de que fuera una masacre premeditada, planificada desde lo más alto del poder político, empezando por el entonces presidente Eduardo Duhalde, todo su gabinete, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires de entonces y de ahora, Felipe Solá.

Luego, tanto el tribunal como el mismo fiscal han evitado la presentación de los principales funcionarios políticos de aquella época : los que anunciaron durante las semanas previas el “endurecimiento” de la política oficial frente a la protesta social, los que ordenaron tareas de espionaje contra las organizaciones populares, los que iniciaron causas penales desde el gobierno contra los movimientos de desocupados apenas 24 horas después de la masacre, los que consideraban la unificación de los reclamos del pueblo hambreado y estafado como una “amenaza a la que había que poner fin”.

Ahora el gobierno y todos los políticos de la burguesía han cerrado filas para respaldar a los autores de la masacre : se pretende reflotar la podrida teoría de los “dos demonios” y preparar judicial y políticamente el terreno para aliviar las penas contra los policías acusados por la represión.

El gobierno de Kirchner es incapaz de llevar a fondo la investigación. Porque por un lado los responsables políticos e ideológicos de la masacre se reparten casi por igual entre las dos camarillas dominantes del PJ. Existe por lo tanto entre ellas un pacto de impunidad mutua.
Por otra parte, porque el gobierno sabe que debe “preservar la moral” de sus fuerzas de seguridad para hacer frente a las luchas que se avecinan y a las que ya se están desarrollando.

Se ha condenado a una víctima de la represión del 26 de junio de 2002 antes de dictar fallo contra los asesinos de Kosteki y Santillán.

La condena contra Hernán Gurian es una aberración que debe ser desbaratada por el conjunto del movimiento popular, democrático y de lucha. Esa es la forma de contrarrestar nuevas y peores provocaciones contra los luchadores.

(…) Nuestros compañeros deben ser reivindicados por su valor, su entrega y la justicia de sus planteos.


Par : campaña internacional de solidaridad



Fuente: campaña internacional de solidaridad