Artículo de Macarena Amores García publicado en el Blog Alkimia de El Salto
Se han cumplido 25 años desde que las familias de Lasa y Zabala pudieron enterrar dignamente –que no tranquilamente- los restos de los jóvenes torturados y asesinados por los GAL a principios de los años 80. El último adiós a los dos vascos, quienes no habían cometido ningún delito cuando fueron secuestrados y posteriormente asesinados por la Guardia Civil, estuvo marcado por la violencia del Estado.
Se han cumplido 25 años desde que las familias de Lasa y Zabala pudieron enterrar dignamente –que no tranquilamente- los restos de los jóvenes torturados y asesinados por los GAL a principios de los años 80. El último adiós a los dos vascos, quienes no habían cometido ningún delito cuando fueron secuestrados y posteriormente asesinados por la Guardia Civil, estuvo marcado por la violencia del Estado. Hoy, 25 años después, con una formación “ultraizquierdista” cogobernando el país y sabiendo, como sabemos, que muchos culpables de este crimen no se sentaron en el banquillo para ser juzgados, se cuestiona la conveniencia de apoyar cualquier vía de investigación sobre la banda parapolicial que asesinó impunemente a las órdenes de un Gobierno “democrático” durante algo más de 4 años. La negativa en un primer momento de la formación de Pablo Iglesias a investigar a los GAL y la rectificación a las pocas horas por las presiones recibidas dentro del propio partido, nos debe hacer reflexionar sobre si el mensaje de la “cal blanca” del líder de Podemos en “modo oposición” era falso (una estrategia electoral más), o si al final va a ser verdad aquello de que los mecanismos para revertir el orden establecido y darle la vuelta a este sistema no se pueden activar desde el interior de las instituciones.
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Fuente: El Salto