Nos engañan retransmitiendo en diferido que vivimos dentro de un sistema democrático que garantiza una serie de libertades: la de movimiento, la de manifestación, la de expresión, etc., pero a este sistema se le rompen las costuras, las composturas y los contenidos cuando alguien pone en evidencia sus graves contradicciones, sus injusticias manifiestas y entonces aparece la verdadera cara del sistema, su práctica dictatorial, su argumentario de tópicos manidos donde cualquier disidencia se castiga o bien con el desprecio, o con la represión.

Cuando alguien, organización o individuo, insiste en sacar a la luz las vergüenzas del sistema se le acusa de practicar la demagogia, palabra contenedor donde cabe todo aquello que, acudiendo al estudio comparativo, denuncia las prácticas corruptas del «buen y único» sistema posible.

Cuando alguien, organización o individuo, insiste en sacar a la luz las vergüenzas del sistema se le acusa de practicar la demagogia, palabra contenedor donde cabe todo aquello que, acudiendo al estudio comparativo, denuncia las prácticas corruptas del «buen y único» sistema posible.

Y así llegamos, por ejemplo, a Barcelona cuando un grupo de personas, el día de la huelga general del 29M, teatraliza mediante la quema de unos papeles, frente a la Bolsa de Barcelona, la inconsistencia de uno de los fundamentos del sistema capitalista: la bolsa de los infravalores. Casi un mes después, el 24 de abril, con alevosía y calculada crueldad se detiene a Laura, secretaria general de la federación local de la CGT de Barcelona. Dicho de otro modo, se detiene a la CGT, pero no solo a ella sino a cualquier organización que cuestione los pilares herrumbrosos de este sistema corrupto, donde al mata elefantes nos lo presentan deslumbrante tras su lastimero «no lo volveré a hacer» mientras la mayoría se aplica en no caer en el insistente balanceo de la tela de araña en la que nos quieren enredar, donde Matas y Urdangarines urden nuevas limpiezas de cutis aplicando los subterfugios pactados por el propio sistema, donde la banca gana y sale absuelta y el derecho a la vivienda pierde y es desahuciado, donde el trabajo se acerca al esclavismo y la acumulación de riqueza se presenta como un valor, donde destrozar el planeta es crear riqueza y luchar por su conservación y regeneración una «mariconada», donde la cleptomanía es una ciencia y el reparto equitativo de recursos una locura imposible, en fin, donde la palabra democracia es solo eso, una palabra sin sentido y la hipocresía su guía habitual.

Los prebostes del poder se reúnen, banco central europeo, y miles de guardias pretorianos se aprestan a vigilar las fronteras, como fruto generoso de nuestro esfuerzo, todo el mundo lo pagamos, consiguen hacer retornar a su destino a 18 «antisistema» que iban a lograr, ellos solitos, cambiar el orden impuesto. «Éxito clamoroso de Felip Puig» conseller de interior, autista de sí mismo.

Buenas noticias, liberados los estudiantes Xavi, Dani e Isma, Laura no. La audiencia provincial de Barcelona, desautorizando a la jueza de instrucción, escasa, Carmen García, deja en libertad a los estudiantes, ella les impone fianza.

Noticias de portada, el real Madrid gana la liga, para el secuestro de Laura ocultación y olvido. ¿No vamos a ser antisistema? Claro que somos anti sistema, repudiamos, denunciamos y luchamos por cambiar este antilamayoría. Aquí radica nuestro peligro. Mostrar nuestra disidencia al sistema solo tiene unas consecuencias: represión y cárcel, luego lo que toca mostrar es: insumisión y lucha.

Lo llaman democracia y no lo es. ¡LAURA LIBERTAD!

Santi Herranz (SOV de Salamanca)


Fuente: Santi Herranz